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jueves, 15 de marzo de 2018

EXPOSICIÓN: MATER DOLOROSA. Arte e iconografía de la Pasión


El pasado sábado día 10 de marzo se inauguró la exposición que anualmente vienen celebrando la Junta de Cofradías de Semana Santa y el Ayuntamiento de Valladolid, con la salvedad de que en esta ocasión se desarrolla en un marco incomparable como es la Sala Municipal de Exposiciones de las Francesas. Este capítulo, “Stabat Mater” ha sido nuevamente comisariado por Alejandro Rebollo, y con él finaliza el ciclo de cuatro años que empezó con “Signa Christi" (2015) y siguió con Nazarenus" (2016) y “Vera Icon” (2017). La exposición de este año es una versión mejorada, ya no solo por las piezas que acuden a la misma, sino por la sala de exposiciones en la que se realiza, que dada su amplitud permiten un mayor número de obras. La muestra se divide en tres ámbitos claramente diferenciados: se comienza por el antiguo coro de las monjas, en el que se muestra la sección "Mater Speciosa", a continuación toda la nave de la iglesia recoge "Mater Dolorosa", y finalmente el altar mayor se dedica a "Mater Gloriosa".
En cuanto a autores la exposición muestra obra de escultores y pintores de primer nivel. Así, en el recorrido podremos disfrutar de pinturas de los madrileños Alonso del Arco y Francisco Camilo, los vallisoletanos Juan Pantoja de la Cruz, Felipe Gil de Mena y Gaspar de Palencia, del círculo inmediato de Van Dyck, o de los italianos Sassoferrato, Christophoro Goenaga y Bartolomeo Mancini; en cuanto a escultores la nómina es mucho mayor: Felipe Bigarny y su hijo Gregorio Pardo (o Bigarny), Gregorio Fernández, Alejandro Carnicero, Francisco Alonso de los Ríos, Pedro de Sierra, Juan y Pedro de Ávila, Juan de Anchieta, Francisco de la Maza, Antonio de Gautúa, etc... Además de todo esto hay numerosas obras anónimas que rayan a gran nivel.

P. CHRISTOPHORO GOENAGA. El triunfo de la Inmaculada (siglo XVII)
ALONSO DEL ARCO. Adoración de los Pastores (segunda mitad del siglo XVII)
ESCUELA VALLISOLETANA. Llanto sobre Cristo muerto (finales del siglo XVI)
Se podrían destacar muchísimas obras, sin embargo, voy a reseñar algunas por cuanto han sido verdaderos hallazgos o logros conseguidos gracias a esta exposición. Así, hay un precioso Niño Jesús (h. 1754) sentado en su trono de plata que tiene una historia maravillosa. Esculpido en Nápoles fue enviado a Tierra Santa, en donde se le hizo reposar una noche en la Gruta Santa de la Natividad. Después un franciscano lo regaló al convento de las Descalzas Reales de Valladolid. Para más curiosidad, este Niño tiene en la espalda un sello de lacre con el escudo de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Este Niño se conserva en el convento dentro de una urna acompañado de numerosos elementos tales como el barquito que se muestra en la exposición que es una alegoría de su peregrinaje. Tampoco querría olvidarme del excelente hallazgo realizado por Enrique Gómez, que ha descubierto que un magnífico cobre que representa a la Madonna del Dito es obra de Bartolomeo Mancini, puesto que aparece su firma en la parte trasera; pero no solo eso puesto que hasta entonces se pensaba que Mancini había muerto hacia 1715, y esta obra es de 1727, con lo que se ha logrado extender su biografía una década más.

ANÓNIMO NAPOLITANO. Niño Jesús (h. 1754)
BARTOLOMEO MANCINI. Madonna del Dito (1727)
Como no destacar también la Virgen de las Candelas (primer tercio del siglo XVII) de Gregorio Fernández, procedente de la iglesia de San Lorenzo, la cual durante muchos años ejerció el papel de "Virgen de la Alegría" durante la procesión del Domingo de Resurrección; o el relieve de la Huida a Egipto (1648-1651) de Francisco Alonso de los Ríos que en origen formó parte del desaparecido y malvendido retablo mayor de la iglesia de San Ildefonso, del cual tan solo quedan en la actualidad todos los relieves del mismo, habiéndose perdido el resto de esculturas de bulto redondo.

GREGORIO FERNÁNDEZ. Virgen de las Candelas (primer tercio del siglo XVII)
Hay que destacar sobremanera tres piezas que han sido restauradas gracias al saber hacer de Jaime Tesón y Hugo Pastor. Antes de tratarlas se veía que eran pinturas que podían tener mucha calidad, pero tras la intervención se ha superado con creces ese pensamiento, resultando ser tres obras magníficas. Se trata de la anónima Soledad (mediados del siglo XVII) del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, en la que como curiosidad puede verse en el fondo lo que parecen ser los restos de la Basílica de Majencio de Roma; de la también anónima Virgen de la Pasión (mediados del siglo XVII) de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo; y de la Sagrada Familia (primer tercio del siglo XVII) del círculo de Van Dyck.

ANÓNIMO. La Soledad (mediados del siglo XVII)
CÍRCULO DE ANTÓN VAN DYK. La Sagrada Familia (primer tercio del siglo XVII)
Desde el apartado personal no puedo por menos que destacar el "hallazgo" de la Virgen de la Compasión de la desaparecida iglesia de San Julián. Se trata de una Virgen que se halla en el Santuario Nacional de la Gran Promesa y que hasta el momento se pensaba que era una Asunción. Pero no solo eso, una serie de búsquedas y de casualidades me ha llevado a dar con su autoría, y es que esta excelente Virgen es obra ni más ni menos que del iscariense Alejandro Carnicero, uno de los escultores españoles más importantes de la primera mitad del siglo XVIII. Con taller abierto en Salamanca pasó posteriormente a Madrid debido a que le solicitaron la ejecución de determinadas esculturas para el nuevo palacio real que por entonces estaban construyendo los Borbones. Me gustaría dar las gracias a mi compañero de ficha Javier Juárez, quien ha logrado desentrañar el azaroso viaje que realizó la imagen desde que se destruyó la iglesia de San Julián a finales del siglo XVIII hasta la actualidad.

ALEJANDRO CARNICERO. Virgen de la Compasión (1738)
Podríamos tirarnos aquí explicando piezas dos horas pero lo mejor es que si tenéis oportunidad vayáis a verla, que encima es gratuita. Tan solo os señalaré a manera de inventario otras obras que para mi gusto no podéis perderos: la Visitación (h. 1815-1830) del Convento de las Salesas, las Dolorosas de Juan Pantoja de la Cruz (h. 1603), Sassoferrato (siglo XVII), Pedro de Sierra (h. 1740), los Bustos de Dolorosa de Antonio de Gautúa (primer tercio del siglo XVIII) y otro anónimo (h. 1720); la Piedad procedente de Geria (h. 1774) y que pienso que puede ser obra del semidesconocido José Fernández, el Calvario del Colegio de los Ingleses (Juan de Ávila o Juan Antonio de la Peña, h. 1677); el relieve de la Piedad (h. 1562) de Juan de Anchieta; el Llanto sobre Cristo (h. 1570) muerto atribuido a Francisco de la Maza; la portentosa Inmaculada (1721) de Pedro de Ávila, la maqueta en plata maciza del Cristo de la Luz (1995) de Antonio Zúñiga; o el Cristo Yacente (finales del siglo XVI) que procede de la celda que habito Santa Teresa en el convento del mismo nombre en Valladolid.

ANÓNIMO. La Visitación (h. 1815-1830)
FRANCISCO DE LA MAZA. Llanto sobre Cristo muerto (h. 1570)
JUAN DE ANCHIETA. Piedad (h. 1562)
GREGORIO PARDO (o BIGARNY). Virgen con el Niño (h. 1540)
FRANCISCO CAMILO. Dolorosa (segunda mitad del siglo XVII)
ANTONIO DE GAUTÚA (atrib.). Busto de Dolorosa (primer tercio del siglo XVIII)
PEDRO DE SIERRA. Virgen Dolorosa (h. 1740)
JUAN ANTONIO DE LA PEÑA O JUAN DE ÁVILA (atrib.). Calvario (h. 1677)
PEDRO DE ÁVILA. Inmaculada (1721)
JOSÉ FERNÁNDEZ (atrib.). Piedad (h. 1774)
ANÓNIMO. Cristo Yacente (finales del siglo XVI). y JUAN DE ÁVILA. Virgen de la Soledad (h. 1697)

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