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lunes, 26 de julio de 2021

EXPOSICIÓN: "PINTURA. Renovación permanente"

 

Entre las exposiciones que pueden disfrutarse actualmente en las salas del Museo Patio Herreriano destaca sobremanera Pintura: renovación permanente, una muestra colectiva comisariada por el crítico de arte Mariano Navarro que pretende tomar el pulso al gran elenco de tendencias bajo las que se ha fraguado el lenguaje de la pintura en las últimas décadas. Heredera de la exposición Una dimensión ulterior, que tuvo lugar en las mismas salas a mediados de 2019 y que se asomaba a las evoluciones recientes de la escultura en nuestro país, esta muestra subraya el compromiso del Museo Patio Herreriano con el arte realizado en España y con las posibles genealogías que entre artistas de diferentes generaciones pueden aflorar. La exposición, que puede contemplarse desde el 6 de marzo y hasta el 29 de agosto, reúne trabajos de medio centenar de artistas con obras de la Asociación Colección Arte Contemporáneo a las que se suman otras procedentes de colecciones públicas y privadas.

En la segunda planta se distribuyen en las salas 3, 4, 5 y 8. En ellas, nos asomamos a diferentes modos de entender la práctica pictórica de nuestro tiempo. Así, en la Sala 3 observamos una pintura que excede los límites de su soporte tradicional, el lienzo, para expandirse en el espacio, convirtiendo el continente –la sala– en contenido. En la Sala 4 asistimos a una práctica más conceptual en la que las ideas sobre la pintura parecen imponerse sobre la propia materia pictórica. En la Sala 5 nos adentramos en un espacio en el que diferentes artistas expresan lo que habitualmente no vemos sobre su proceso artístico, su trabajo en el taller y, finalmente, en la Sala 8, ya en el ala norte del museo, nos asalta un exuberante conjunto de grandes formatos que abundan en una pintura ambivalente, a medio camino entre la figuración y la abstracción, que en su mayor parte acude al sentido del humor como pretexto.

En la tercera planta podemos visitar las Salas 6 y 7, en las que dos tipos de pintura muy diferentes permiten comprender el carácter heterogéneo de la pintura de hoy en nuestro país. A su derecha, en la Sala 7, un amplio grupo de pintores figurativos despliegan recursos de corte narrativo, apelando en muchos casos a la tradición y a la propia historia de la pintura. En la Sala 6, un tipo de abstracción líquida, fluida y de carácter más bien lírico, permite acercarse a una pintura subjetiva en la que los referentes externos se sustituyen por un retorno desacomplejado a la tradición abstracta.

Sin más preámbulos vamos a ver brevemente en qué consta cada una de las salas que componen la exposición, no sin antes señalar que los textos proceden de las propias salas expositivas.

 

PINTURA EXPANDIDA     (Sala 3)

–Pintura expandida. Pintura que escapa del lienzo. Pintura que coloniza el espacio. Pintura que ocupa un lugar –

La pintura expandida excede los límites del tiempo, que ha sido, y todavía es, el soporte tradicional de la pintura. Desde los años noventa, el espacio de exposiciones dejó de ser un contenedor que reunía obras de arte para convertirse en contenido en sí mismo. Todos los artistas que vemos en esta sala, en su mayoría pertenecientes a la generación más joven, parten de la pintura para llevarla a una dimensión más amplia que incluye muchas veces el espacio circundante. Si no avanza hacia los muros, colonizándolos, lo hace hacia un amplio elenco de materiales, que se despliegan en un ilimitado abanico de escalas. La relación de la pintura con la arquitectura siempre ha existido, pero hoy, en su afán de subversión, la encontramos en lugares insólitos, a menudo evocando formas del pasado o proyectándose hacia quien sabe qué futuro. Porque la pintura se entiende hoy como posibilidad, como pura contingencia.

GUILLERMO MORA. Mis pies, tu cabeza (2014)
MIREN DOIZ. Sin título (Serie des-hechos) (2015)
PALOMA GÁMEZ. Monócromo amarillo fluor (2019)
MIREN DOIZ. Sin título (Serie des-hechos) (2013)
MITSUO MIURA. Esta ciudad no es lo suficientemente grande para los dos (1996)


DESMATERIALIZACIÓN DE LA PINTURA      (Sala 4)

-Desmaterialización de la pintura. Palabras que sustituyen a los colores. Pintura que significa, Pintura que es idea. Pintura que se piensa, Pintura que se ve–

La pintura desmaterializada es la pintura que ha sido despojada de la materia, que a su vez ha sido sustituida por las ideas, por el pensamiento y la reflexión en torno a la propia pintura. Pintura que, más que verse, se piensa. Este espacio, la Sala 4, está habitado por artistas para quienes las ideas en torno al arte, y la reflexión en torno a los elementos que componen un cuadro, como el color, la superficie, el límite, la pincelada, la textura o la perspectiva, son tan importantes como lo que tradicionalmente había despertado el interés de los pintores, que, por lo general, no era otra cosa que el tema a representar. Los artistas que ya estaban activos en los años sesenta y setenta, como Nacho Criado, vivieron en primera persona la revolución del arte conceptual. No es algo que se pueda reducir a esa época, pues su huella ha permanecido en creadores de décadas sucesivas, algo que vemos en figuras como Aballí, Maldonado o Agut primero, y Álvarez-Laviada o Ángela de la Cruz después.

MIQUEL MONT. Autorretrato (Cuerpo en extensión II) (2011)
NÉSTOR SANMIGUEL DIEST. El jardinero nocturno 5 y 2 (2019)
NACHO CRIADO. Homenaje a Rothko, 1970 (1994)
ÁNGELA DE LA CRUZ. Loose Fit (Red/Pink) (2000-2019)
JOSÉ MALDONADO. Ventana dorada abierta I y II (2011)


EL TALLER DE PENSAR   (Sala 5)

–El lugar del pensamiento. La pintura y sus procesos. Cómo se construye un cuadro. La génesis de la pintura–

En esta sala vemos una selección de elementos que no siempre hemos de considerar obra finalizada. Se trata de presentar el proceso de trabajo de los artistas, lo que hemos llamado “el taller de pensar”. Muchas de las obras en la exposición traen consigo un largo camino de investigación y de reflexión. Muchas de las imágenes que nos seducen en el resto de las salas de la muestra tuvieron otro signo, otra temperatura en el trayecto recorrido hasta que los artistas las dieron finalmente por buenas. Este espacio constata el perfil analítico del arte de nuestro tiempo, en el que, detrás del gesto más espontáneo en apariencia se oculta siempre una actitud reflexiva. El trabajo en el taller, la especulación en torno al quehacer artístico y sus procesos, ha ocupado siempre un lugar central en el arte, en su fondo y en su forma.

MIKI LEAL. El menú de los campeones (2018)
NACHO CRIADO. Homenaje a Rothko (1970)
GUILLERMO MORA. Serie Moldes (2013)


FIGURACIÓN A-REPRESENTATIVA     (Sala 8)

–Realidad ambivalente. Entre figuración y abstracción. Narraciones implícitas. Pintura o realdad–

El espacio de la Sala 8, especialmente propicio para la representación de obras de gran formato por la inusual altura de sus muros, acoge una sección que se ha dado en llamar “figuración a-representativa”. ¿Qué entendemos por este término? Se trata de una pintura que no siente la llamada de la narración, que voluntariamente se instala en una marcada ambigüedad iconográfica y que no tiene la necesidad de “contar” nada. En su ambivalencia, ocupa un lugar en el que las cosas son y no son a un mismo tiempo, una deliberada tierra de nadie que, sin embargo, no deja de ser expresiva. Seducen aquí los estallidos de color y llama la atención el humor como herramienta, presente en muchos de los cuadros que aquí se presentan. Y aunque no haya una narración concreta, si hay un sinfín de citas, ya sea al propio arte o a innumerables estímulos visibles que introducen la ilusión de una historia que siempre deja cabos sueltos.

MIKI LEAL. El duelo (Pensando en John Cheever) (2017)
ALFONSO ALBACETE. Jacob 12 (1999)

ABRAHAM LACALLE. En el camino de la carne. El astronauta (1998
SANTIAGO GIRALDA. Il boschetto (2017)
LUIS GORDILLO. Despectivos en campo verde (1981)


PINTURA FLUIDA. ABSTRACCIÓN       (Sala 6)

–Pintura fluida. Paisaje interior. Materia acuosa. Campo de color–

Esta sala, dedicada a la pintura fluida, tiene como protagonistas a artistas que permanecen ligados a un perseverante ejercicio reflexivo en torno a la abstracción, lo que no significa que su investigación y su infatigable análisis no den constantes frutos, pues sus resultados revelan, como constata el título de esta exposición, una renovación permanente. Esta es una pintura que se despliega en grandes campos de color, en goteos, en gestos más o menos drásticos, en atmósferas oscuras o luminosas. Que sean abstractos no quiere decir que estos cuadros den la espalda a estímulos que se encuentran en la realidad, en lo cotidiano o en cierta fenomenología, pues hay en muchos de ellos alusiones veladas a paisajes y otros motivos externos, aunque por lo general respondan a una llamada interior, subjetiva y poética. En toda abstracción siempre hay algo de reflexión en torno a la propia pintura, su fluir, sus ritmos, más fogosos en los de raíz expresionista, más lentos cuanto más líricos, conectando así con ciertas pinturas de la Sala 4, en el piso inferior, que especulan en torno al recorrido de tazo, el concepto de límite y todo lo que de “pictórico” hallamos en la pintura.

RUBEN GUERRERO. Ejercicio de abstracción (electronic beats) (2018)
JUAN USLÉ. Líneas de vida (2000-2001)
RUBEN GUERRERO. Estratégico y darwiniano (2014)

 

FIGURACIÓN NARRATIVA         (Sala 7)

–Figuras y tramas. Pintura y memoria. Pintura que cuenta historias. Una voluntad narrativa–

En esta sala vemos obras de artistas que hacen gala de un firme compromiso con la figuración. Esto es algo que no ocurre en la Sala 8, al otro lado del claustro, donde este compromiso no es tan firme, toda vez que los artistas ahí presentes se acogen a una mayor ambivalencia y tienden a flirtear con la abstracción. Aquí la pintura acude a motivos clásicos, como el bodegón o el retrato; se dirige a diferentes modelos narrativos, en su mayoría quebrados, no lineales, como evidencia la fuerte presencia del collage; hay, como no podía ser de otra forma, cuadros que hablan de cuadros, pinturas que hablan de pintores o de movimientos artísticos como el minimalismo o el expresionismo (el arte mismo siempre como vigoroso pretexto…). Hay mucho también de crítica de la propia imagen, un escepticismo hacia la capacidad de la imagen de abordar determinadas formas narrativas. Algunas imágenes contribuyeron a la forja de una mirada de género. Sin mayor rémora, otras se ríen de sí mismas, huyendo de toda solemnidad.

NACHO MARTÍN SILVA. Detrás de la política el pueblo (2019)
CARLOS FRANCO. La mujer y los perros (interior-exterior) (1973)
LUIS CRUZ HERNÁNDEZ. La Lección de Anatomía (2013)
GUILLERMO PÉREZ VILLALTA. Personaje matando a un dragón (1977)
ÁNGELES AGRELA. Mujer joven con sombrero rojo de Vermeer (2011)
ÁNGELES AGRELA. Bernini en el sofá (2017)
SANDRA GAMARRA. Minimalismo III (Carl André) y Minimalismo II (D. Judd) (2008)

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