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viernes, 4 de noviembre de 2016

MUSEOS DE LA PROVINCIA: MUSEO COMARCAL DE ARTE SACRO DE PEÑAFIEL 2/2 LOS RETABLOS PLATERESCOS


Finalizábamos la anterior entrada dedicada al Museo Comarcal de Arte Sacro de Peñafiel aseverando que aún quedaban por tratar de una forma más pormenorizada dos pequeñas joyas en forma de retablos platerescos. Ambos se localizan bajo el estupendo coro, también de progenie plateresca. Allá vamos.

RETABLO DE LAS ÁNIMAS (Atribuido a Felipe Bigarny. Comienzos siglo XVI)
Aunque llegó al museo desde la iglesia de San Miguel de Reoyo, este enigmático retablo procede en origen del desaparecido templo de San Salvador de Reoyo. Lo denominamos enigmático por cuanto a lo largo del tiempo sus tablas se han modificado de posición en numerosas ocasiones. Por ejemplo, en la foto que veis en blanco y negro presenta el aspecto que aún tenía cuando se encontraba en la iglesia de San Miguel de Reoyo, allá por la década de 1980. Como podéis ver se trataba de un retablo descabalado al cual se habían unido elementos de diferentes épocas: una pintura de la Virgen de la Soledad del siglo XVII, un banco con pinturas renacentistas, e incluso se aprecian en el ático, a los lados, las dos pequeñas tablas de San Jerónimo y San Juan Evangelista que se conservan en el museo y se atribuyen al Maestro de Osma. De este mismo artista se guardaba una tercera tabla en el Museo, la de San Miguel con los ángeles caídos, pintura que en otras épocas también formó parte de este retablo. En definitiva, este retablo era un “totum revolutum”.
Estado primitivo
Estado actual
Aunque actualmente se conservan los relieves que lo conformaron, además de algunos elementos de la mazonería primitiva, es preferible la forma en que se expone en el Museo por cuanto no añade nada ajeno al conjunto. La disposición actual, que no presenta los relieves según un orden lógico, presenta tres pisos con cinco calles. No todos los relieves son del mismo tamaño, siendo los que se han colocado en la parte inferior de la mitad de la altura del resto, no poseyendo, además, la venera que remata a los otros. En el piso inferior figuran los relieves de la Oración del Huerto, el Prendimiento, la Flagelación y el Camino del Calvario. En el segundo cuerpo los del Descendimiento, Llanto sobre Cristo muerto, el Calvario, el Santo Entierro y la Matanza de los Inocentes. El piso superior sí que presenta mayor unidad temática ya que los cinco relieves tratan episodios acaecidos tras la resurrección de Cristo: la Resurrección, la Cena de Emaús, la Transfiguración, el Descenso a los infiernos y el Juicio Final. En los extremos del retablo se conservan tres pilastras superpuestas, de mayor tamaño las inferiores, decoradas con la típica decoración del primer renacimiento (grutescos, motivos a candelieri, putti, etc.). Además de todo ello, en otra parte del museo se conserva otra serie de elementos que pertenecieron a este retablo, tales como cuatro pequeños clípeos en los que figuran rostros afrontados.
El Descendimiento
La Resurrección
La Cena de Emaús
Llanto sobre Cristo muerto
Como señala Azcárate las figuras que componen los relieves están muy influidas por el gótico, como lo demuestran su inexpresividad quebrada ocasionalmente en alguna de las composiciones, o su canon corto y achatado. En cuanto a su autoría se baraja la posibilidad de que hubiera sido esculpido por un anónimo seguidor de Felipe Bigarny, sin descartar tampoco a Juan Ortiz Fernández. Sea como fuere, tanto Portela Sandoval como José María Azcárate estiman que se adscribe a una serie de creaciones pertenecientes al foco palentino de influjo burgalés realizadas a principios del siglo XVI y que vienen marcadas por la intervención personal de Bigarny y la fuerte influencia que los talleres burgaleses ejercieron sobre toda Castilla la Vieja en los albores de la centuria.
La Trasnfiguración
Matanza de los Inocentes
Camino del Calvario


RETABLO PLATERESCO
Retablo de la iglesia de Santa María. Peñafiel
Este retablo, que procede de la propia iglesia de Santa María, es más coqueto, aunque por fortuna se conserva tal cual salió del taller del maestro que lo realizó. Su estructura es muy sencilla ya que se distribuye a través de dos cuerpos y tres calles, poseyendo una mazonería decorada con verdadero “horror vacui”, no hay un solo centímetro del retablo que se encuentre sin labrar. Nuevamente vemos los elementos típicos del retablo plateresco: putti, motivos a candelieri, cabezas afrontadas, seres fantásticos, calaveras, frutas, elementos vegetales, etc. Todo el conjunto remata en su parte superior por una pulsera curva, y a los lados otras dos rectas. Es alucinante el repertorio decorativo que podemos observar en ellas.
El primer cuerpo presenta los relieves de la Imposición de la casulla a San Ildefonso, tema muy frecuente en la retablística pucelana, el Llanto sobre Cristo muerto, y San Juan ante Portam Latinam (se trata de uno de los martirios a los que se sometió a San Juan Evangelista, concretamente aquel en el que le metieron en una caldera de aceite hirviendo). Sirve de separación entre ambos cuerpos un friso con cabezas aladas de serafines afrontadas. Ya en el segundo piso observamos el Abrazo ante la Puerta Dorada, la cual extrañamente no figura, la Presentación de la Virgen en el Templo, y el Martirio de Santa Catalina de Alejandría (se trata de la decapitación, y no de las ruedas acuchilladas que es su martirio más conocido). Los relieves se ven separados por columnas, otras dos de mayor tamaño y en esviaje sirven para amoldar ambos cuerpos al friso semicircular superior cierra el retablo por los extremos. Como en el anterior retablo, los relieves de éste también se ven rematadas por veneras con las charnelas hacia dentro. Aunque pasan muy desapercibidas son muy interesantes sendos rostros afrontados que figuran bajo las columnas extremas. Sería muy sugestivo pensar que una de esas caras fuera la del maestro que llevó a cabo el retablo.
Abrazo ante la Puerta Dorada
Imposición de la casulla a San Ildefonso
Presentación de la Virgen en el templo
Llanto sobre Cristo muerto
San Juan ante Portam Latinam
En cuanto a su cronología, parece que fue realizado hacia el primer cuarto del siglo XVI, fechas que se corresponden con los de la elaboración de los retablos platerescos. Diferentes investigadores lo ponen en conexión con un grupo de obras palentinas de influjo burgalés (Portela Sandoval, Parrado del Olmo, Weise). El profesor Parrado piensa que pudo ser tallado hacia el año 1521 por Juan Ortiz el Viejo I. Del ensamblaje y la talla decorativa pudo ocuparse el entallador palentino Pedro Manso, que solía trabajar en compañía con el referido Ortiz.

BIBLIOGRAFÍA
  • MARTÍN JIMENEZ, Carlos Manuel y MARTÍN RUIZ, Abelardo: Retablos Escultóricos: renacentistas y clasicistas, Diputación de Valladolid, Valladolid, 2010.
  • VALDIVIESO, Enrique: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo VIII. Antiguo partido judicial de Peñafiel, Diputación de Valladolid, Valladolid, 1975.

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