Berta
Santos Solé (Valladolid, 1994) con su exposición “Obiectum” conforma la primera
muestra de la Convocatoria de Artistas Locales que acoge el Museo Patio
Herreriano de Valladolid. En la Sala 0 se puede admirar una exposición de arte comprometido, porque eso es lo que nos propone
la artista, una artista comprometida con los más necesitados, especialmente los
sintecho y los marginados por el sistema capitalista.
Fotografía tomada de http://www.diariodevalladolid.es/noticias/cultura/santos-sole-abstraccion-visibiliza-ignorado_79865.html |
En
una época en la que el arte está tan desprestigiado por culpa de una gran
cantidad de “artistas” que es capaz de venderte una caca de perro como una obra
de arte, es de agradecer que haya exposiciones con calado, con un fondo social
tan importante como esta. Una de las funciones del arte, desarrollada sobre todo
a partir del siglo XIX, fue la de la denuncia social. Berta, a la que creo que
tuve la oportunidad de ver fugazmente el sábado por la mañana mientras hacía
las fotografías para ilustrar este post, demuestra ser una digna heredera de
míticos artistas comprometidos como Goya, Delacroix, Picasso, Diego Rivera, u
otros más cercanos como el Equipo Crónica, Alberto Sánchez o Francisco Pérez
Mateo, este último una debilidad mía.
Sin título 1 |
Sin título 2 |
Sin título 5 |
Sin título 7 |
La
exposición consta de un buen puñado de pinturas abstractas, o casi, realizadas
sobre lienzo y también sobre cartón, elemento para nada casual y que es un
tributo a las cientos de miles de personas que viven en la calle y utilizan ese
material para resguardarse de las inclemencias meteorológicas día tras día en
nuestras calles. Hay también otras pinturas en las que combina ambos elementos,
creando collages muy sugestivos. Desde el punto de vista visual, las pinturas
son muy agradables a la vista tanto por los trazos, en los cuales combina a la
perfección las líneas rectas con las curvas, como por las manchas de color
perfectamente maridados. Especialmente atractivos resultan Sin título 7 y Sin título 8.
Quizás
la pieza más llamativa es un mosaico gigante formado por cientos de cartones en
cada uno de los cuales van escritos deseos de quienes se encuentran instalados
dentro del sistema. El riesgo de pobreza en nuestro país no es para nada
baladí, es más, cada día aumenta. Según los últimos informes, ésta alcanza ya
casi al 29% de los españoles. Las mismas políticas sólo harán que agravar esta
cifra. ¿Cuándo nos daremos cuenta de este fracaso?.
Sin título 9 |
Sin título 11 |
Sin título 13 |
Sin título 14 |
Para
finalizar, a continuación, además de animaros a ir a ver la exposición, y ya de
paso todo el Museo Patio Herreriano (para los más reticentes os recordaré que
es gratuito) se inserta el texto que preside la exposición, y que yo mismo
firmo palabra por palabra. No se puede decir más en menos metros cuadrados de
pared. Habla muy claro y encima tiene toda la razón. Desde ahora tengo una
nueva artista a la que seguir, recuerden su nombre: Berta Santos Solé.
“Supongamos que los cuadros son espejos
nítidos en los que quien observa pudiera ver a alguien a quien nunca se
recuerda. Tras el redescubrimiento de ese alguien, el observador comienza,
necesariamente, a hacerse preguntas; ahí se inicia la reflexión ante la
revelación de lo que las obras de esta exposición muestran. Y ese mismo es el
propósito de OBIECTUM: generar
reflexión ante una clara pero difusa realidad.
De esa realidad mostrada
se descubre algo que también pudiera ser evidente pero que una gran parte de la
población parece no entrever: el capitalismo necesita a la crisis para
sobrevivir; y más aún, necesita de la ceguera ante los desasistidos.
De este modo, el número
de gente que está sufriendo las consecuencias de la desigualdad ha aumentado
considerablemente. Las fuerzas capitalistas -entendidas como la agresividad de
la mano invisible del libre mercado y, a pie de calle, las actitudes egoístas y
materialistas que provocan- han agradado profundamente la grieta que separa a
ricos y pobres. El mercado capitalista produce una inevitable polarización
entre quienes están convencidos y dentro del sistema y los que no; así, estamos
ante una desigualdad tan grotesca que sólo a través de un cambio drástico al
modelo del sistema la desigualdad podrá ser superada o al menos, afrontada.
Y, frente a este
panorama, ¿qué papel cumple la cultura?. En la modernidad la cultura se
concebía como un fenómeno secundario respecto a la lucha de clases y relaciones
de producción. En la actualidad, la función cultural ha dado un giro, ya que la
cultura es parte de una industria que da rentabilidad al estado; esta función
más mercantil o productiva ha roto las dicotomías existentes: cultura y
comercio ahora son una, se ha producido una asimilación de contenidos
heterogéneos. Cada vez aumentan más los intereses, se crean más necesidades
cada vez más especializadas, a lo que hay que añadir el valor absoluto que
supone actualmente la inmediatez, lo que provoca más presión a las personas
implicadas en el sistema capitalista.
Así pues, a raíz de todo
ello y de la generación de más contenido, hay un aumento de necesidades y de
objetos que las cubren, pero la felicidad de los individuos no aumenta con
ello, ya que se produce una constante sensación de inestabilidad.
Sin título 22 y 17 |
Dicha desestabilización
que acarrea la sociedad de hiperconsumo no se detiene aquí. Afecta incluso a la
identidad de las personas excluidas del paraíso comercial. En un mundo invadido
por el mercado, la pobreza adquiere un nuevo rostro, más aún en la actualidad,
en la que ha desaparecido la antigua cultura o visión de la pobreza. La inmensa
mayoría de ella está ya integrada en el universo del bienestar y todo el mundo
aspira a gozar del consumo, el ocio y las marcas. Todos -al menos en espíritu-
somos hiperconsumidores. Esto genera que los individuos educados en un cosmos
consumista y que no pueden beneficiarse de él viven en un estado de
frustración, de descalificación de sí mismos, de fracaso. Solicitar ayudas
sociales, economizar en lo básico, calcular el precio de todo, privarse de
todo, no llegar a fin de mes: en una época de consumo hipertrofiado, el
subconsumo conduce a la exclusión, a la vergüenza, a la autocondena. Aunque el
capitalismo de hiperconsumo ha acabado con la pobreza absoluta en nuestros lares,
se agudizan la pobreza interior y la sensación de llevar una subsistencia entre
quienes no pueden acceder a la felicidad consumista que se nos promete a todos.
A raíz de esto, hay un trabajo
crítico con la inminencia: el melancólico desencanto sobre el sistema en el que
la interpretación se torna como propio sistema. Queremos un cambio, se nos está
presionando para ser parte de una comunidad cada vez más destruida, no somos
capaces de ver a nuestro alrededor y para reconciliarnos no solo hace falta ver
sino actuar, y este proyecto ofrece una visión y enmarca un problema que el
sistema trata de olvidar.
Por suerte, la
indignación moral no ha desaparecido: ha aumentado el sentido de
responsabilidad y espíritu solidario, las sociedades descoyuntadas tienden a la
fuerza moral. Intentamos acabar con las discriminaciones sociales, en teoría la
democracia supone la igualdad pero podemos ver, día a día, que esto no es así.
Según Bourdieu, la democratización de la sociedad y la cultura solo afecta a
las minorías, creando un sentimiento de exclusión, un nefasto sentido
comunitario. La buena integración pasa por una política que contaba las
desigualdades socioeconómicas y la construcción de beneficencia pura.
En este marco social, los
proyectos acaban de realizarse en el reconocimiento de quienes lo ven, por eso
espero que este proyecto artístico active nuestra sensibilidad. “La pregunta no
es qué es el arte, sino qué puede hacer” (Poperlard, 2002).
Los visitantes modifican
el rumbo de los artistas. Las obras presentadas centran el foco de atención en
dudas que sólo en la mirada de quien trata de ver pueden encontrar respuesta. Todo
ello para tratar que el diálogo se expanda desde los propios protagonistas, la
obra generando interrogantes, hasta el espectador -que habría de seguir
preguntándose a sí mismo-. Dice el poeta Francisco José Sevilla que “la indiferencia
será la asesina en serie más peligrosa de la Humidad”, así que esperamos que
este proyecto contribuya a que la indiferencia se disipe todo lo posible”.
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