En
Valladolid se conserva, según dijera el gran investigador de la pintura barroca
española Alfonso Emilio Pérez Sánchez, “el más importante
conjunto de pintura italiana de comienzos del siglo XVII conservado en nuestra
patria”. Y, no, en esta ocasión no nos estamos refiriendo a la magníficacolección de pintura barroca toscana que se guarda en el Convento de las Descalzas Reales, sino a los fantásticos lienzos que realizara el excelente pintor
tenebrista italiano Orazio Borgianni (1578-1616) para el Convento de Porta
Coeli. Sabemos que don Rodrigo Calderón se los encargó a Borgianni en torno a
1611 a través de don Francisco de Castro, duque de Taurisano, y embajador
español en Roma entre 1609-1616. El propio Francisco de Castro, y su
secretario, Juan de Lezcano, también poseyeron algunas pinturas de Borgianni,
lo que lleva a pensar en el éxito que tuvo el romano entre los españoles
asentados en la Ciudad Eterna.
Don
Rodrigo Calderón, a la sazón Marqués de Siete Iglesias, quiso dotar a “su
templo” de las mejores obras de arte posibles. Y desde luego lo consiguió, si
hay una iglesia medio italiana en Valladolid es la de Porta Coeli, su interior
es fastuoso. Aunque fundado en 1603 por doña Mariana de Paz, viuda del regidor
don Juan Bautista Gallo, bajo la Regla de San Francisco, cuando ésta cedió la
fundación y patronato perpetuo del convento a don Rodrigo Calderón, éste pasó a
seguir la Orden de Santo Domingo, previos breves firmados por el Papa en 1608 y
1609. Don Rodrigo no era un cualquier, su padre, don Francisco Calderón, fue capitán
en los tercios de Flandes. El futuro Marqués de Siete Iglesias nació el 18 de
julio de 1578 en Amberes. Al poco de nacer, sus padres regresaron a España,
concretamente a Valladolid, ciudad en la que pasaría buena parte de su niñez e infancia.
En 1591 cursó estudios de Gramática en la Universidad, pero a los trece años se
trasladó a Madrid para formar parte del servicio de don Francisco Gómez de
Sandoval, Marqués de Denia. Fallecido Felipe II en 1598, al erigirse en sucesor
Felipe III, el Marqués de Denia afianzaría su posición, logrando el valimiento
único del monarca. De esta suerte don Rodrigo pasaría a ser un satélite de su
política. En 1599 don Francisco Gómez de Sandoval obtenía el título de Duque de
Lerma. Seguidamente iniciaría su política de trasladar la Corte de Madrid a
Valladolid. Los intereses personales del Duque de Lerma y de los Calderón
impulsarían este objetivo, que se convirtió en realidad el año 1601. Don
Rodrigo Calderón hizo de Valladolid asiento de su política, dado el arraigo
familiar, y de Porta Coeli su panteón familiar y todo un centro de arte
cortesano.
|
¿GREGORIO FERNÁNDEZ?. Esculturas funerarias de Don Rodrigo Calderón y su esposa |
|
PEDRO PABLO RUBENS. Don Rodrigo Calderón |
Cuando
se realizó la definitiva fundación del convento, el 6 de mayo de 1615, don
Rodrigo hizo entrega de “las casas e iglesias
nueva que para este efecto ha edificado desde sus cimientos (…) a su propia costa y
de todos los retablos de piedra y pinturas que están en la dicha iglesia, y de
las tapicerías y ornamentos (…) que están en la
sacristía, candeleros de plata, cristal, bronce y ébano y otros muchos
ornamentos y aderezos de altar y coro que hasta ahora su señoría les tiene
entregados y de todas las pinturas e imágenes que están por todo el dicho
convento, y de las piedras de jaspes y mármoles”. La generosidad de don
Rodrigo no quedó ahí, puesto que también concedió al convento 3.600 ducados de
renta perpetua al año.
Una
vez realizada una breve semblanza del patrón que hizo posible este trocito de
Roma en Valladolid, volveremos a los cuadros que nos ocupan. Las pinturas las
hallamos distribuidas en los tres retablos (mayor y colaterales) que posee el
templo dominico, los cuales fueron llevados a cabo en mármol de Extremoz por el
ensamblador vallisoletano Juan de Muniátegui, quien en su testamento otorgado
el 7 de mayo de 1612 refiere que aún se le debían 280 reales de resto “de los retablos de
Portaceli”.
El
retablo mayor, al igual que los colaterales, constituyen toda una excepción en
el mundo vallisoletano puesto que, si aquí solía tratarse de retablos
realizados en madera y donde la escultura tenía un papel principal, este de
Porta Coeli es todo lo contrario: está realizado en materiales nobles, mármoles
de diferentes colores, y además su tema principal es una gran pala de altar, a
la manera de la Corte y de Italia. El retablo se distribuye en un banco, en el
que aparecen cuatro pequeñas pinturas en los netos (la Visitación, la Inmaculada,
los Desposorios, y la Huida a Egipto), que seguramente fueron
realizados por un pintor vallisoletano, así como sendos escudos en mármol del
Marqués de Siete Iglesias en los extremos; un cuerpo con tres calles, las
laterales con dos pisos con un total de cuatro esculturas de santos dominicos, y en la central una gran pintura de
Orazio Borgianni ilustrando la Asunción
de la Virgen (350 x 200 cm). Ya en el ático campea un gran grupo del Calvario en escultura en la hornacina
principal, y a los lados otras dos pinturas de Borgianni: la Anunciación y el Nacimiento de la Virgen.
|
La Asunción |
|
La Anunciación |
|
El Nacimiento de la Virgen |
Pasando
a los retablos colaterales, el de la izquierda está dedicado a San Francisco y
el de la derecha a Santo Domingo. Aunque puede llegar a sorprender la presencia
de un retablo dedicado al fundador de los franciscanos no es nada
extraordinario, y además hemos de tener en cuenta que en un principio el
convento estuvo sujeto a la Orden de San Francisco. Aunque los llamamos
retablos, su parte arquitectónica no pasa de ser el mero encuadramiento de los
dos lienzos que componen cada una de las dos máquinas. El de San Francisco nos
presenta en su pala central a San Francisco
recibiendo los Estigmas (311 x 200 cm), y en la superior, de menor tamaño
la Circuncisión. Mientras tanto, en
el de Santo Domingo observamos a la Virgen
entregando el rosario a Santo Domingo (311 x 200 cm.), y en el ático la Presentación de la Virgen en el templo.
|
San Francisco recibiendo los estigmas |
|
La Circuncisión |
|
Retablo de Santo Domingo |
|
La Virgen entregando el Rosario a Santo Domingo |
|
La Presentación de la Virgen en el templo |
Hay
otra obra en el convento que ha sido relacionada con Borgianni, y más concretamente
con su círculo. Se trata de una gigantesca Anunciación
que se conserva en la escalera del cenobio y que ya figuraba en la entrega de
bienes que realizó don Rodrigo en 1616.
|
La Anunciación |
Pero,
¿quién fue Borgianni?. Orazio Borgianni (1578-1616) fue uno de los pintores de
mayor relumbrón que trabajaron en la Ciudad Eterna durante el paso del siglo
XVI al XVII. Aunque formado en el manierismo romano, la influencia que
ejercería sobre él la estancia de Caravaggio en Roma entre 1591-1606, resultaría
decisiva para que tomara para sí el tenebrismo caravaggesco. Ese cambio del
manierismo al naturalismo caravaggesco se nota especialmente a partir de 1604.
En 1593 consta su presencia en Sicilia, donde firmó su primera obra
documentada: San
Gregorio en su estudio de Catania. Borgianni vino a España en dos
ocasiones: la primera entre 1598-1603, y la segunda entre 1605-1607. La primera
vez que vino, atraído por la prodigalidad de Felipe II hacia los italianos en
la decoración del Monasterio de El Escorial, fue en compañía de un grupo de
pintores que tenían intención de hacer fortuna y regresar después a su país de
origen. Junto a Cavarozzi y Nardi, forma la tríada de artistas italianos
relevantes que vinieron a España y afianzaron la relación de la pintura
española con la italiana del momento. Borgianni, al contrario que el longevo
Nardi, no se asentó en España de manera definitiva. Durante esta etapa tuvo la
oportunidad de estudiar la obra de El Greco y de los maestros venecianos
Tiziano, Tintoretto y los Bassano. En junio de 1603, junto con Patricio Cajés,
Antonio Ricci y otros pintores madrileños solicitó al rey licencia para
redactar las ordenanzas de la academia de pintura que se proponían crear en
Madrid para “aumento
de dicho arte y porque hay muchos daños que remediar”. También junto a
Cajés figuró en 1603 como tasador de los bienes del Marqués de Poza. Durante
estos momentos su estilo aún estaba impregnado de un tardo manierismo no
distante del de El Greco.
|
¿Autorretrato?. Museo del Prado |
|
San Gregorio en su estudio de Catania |
|
San Cristóbal. Museo del Prado |
|
San Francisco recibiendo los estigmas. Museo del Prado |
Tras
regresar a Roma en 1603 entró en contacto con la pintura caravaggesca, solo así
se explica que durante su segunda etapa española (1605-1607) demostrara conocer
perfectamente los modos y maneras de Caravaggio. De este periodo destacan,
según Alfonso Pérez Sánchez y Benito Navarrete, obras tan expresivas y
avanzadas en la estética naturalista como el San Cristóbal de
la iglesia de Gelves (Sevilla), el Santo Domingo
penitente de colección particular madrileña, el San Francisco,
adquirido por el Museo del Prado, o el soberbio David y Goliat de
la Academia de San Fernando. Tras regresar a Roma en 1605 no perdió la
clientela española, de hecho, en 1611 fue cuando don Rodrigo Calderón le
encargó las pinturas para los retablos de su fundación de Porta Coeli. Señala
la web del Museo del Prado que la figura de Borgianni “es esencial como
puente de unión entre las novedades del naturalismo tenebrista italiano y la
evolución en ese sentido de la pintura española del siglo XVII”. Su estilo
en estos momentos destacaba por un intenso caravaggismo, así como por su
adhesión al natural y su interés por la iluminación tenebrista, fuertemente
contrastada y procedente de un intenso foco de luz, exterior generalmente al
cuadro e invisible para el espectador. Asimismo, sus composiciones están
realizadas con colores cálidos y tipos humanos no idealizados.
|
San Carlos Borromeo. Chiesa di San Carlo alle Quattro Fontante. Roma |
|
San Carlos Borromeo |
|
Cristo Crucificado (h. 1600). Museo de Cádiz |
El
hecho de poseer numerosos contactos con la clientela española favoreció la
llegada de gran cantidad de pinturas de Borgianni a España. Así, podemos
reseñar el supuesto Autorretrato
conservado en el Museo del Prado, institución que también posee los estupendos
lienzos de San
Cristóbal y San
Francisco recibiendo los estigmas (hacia 1605); el Cristo Crucificado
(hacia 1600) del Museo de Cádiz; el Descanso en la huida
a Egipto del Museo de Jaén; o el David y Goliat
del Museo de la Real Academia de San Fernando de Madrid, el cual viene a
representar, por su iluminación tenebrista, el punto máximo de la influencia de
Caravaggio en la pintura de Borgianni.
También
merecen destacarse las dos versiones de San Carlos Borromeo, una de ella
conservada en la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane (1611-1612), o las
dos obras expuestas en la Galleria Nazionale d´Arte Antica de Roma: un Autorretrato (1615) y la Sagrada Familia (hacia 1615).
|
Autorretrato (1615). Galleria Nazionale d´Arte Antica. Roma |
|
David derrotando a Goliat. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid |
|
Descanso en la Huída a Egipto. Museo de Jaén |
|
Sagrada Familia (1615). Galleria Nazionale d´Arte Antica (Roma) |
BIBLIOGRAFÍA
- CATURLA,
María Luisa: “Borgianni en Valladolid”, B.S.A.A., Tomo X,
1943-1944, pp. 99-102.
- MORALES,
Alfredo: “Un nuevo San Cristóbal de Horacio Borgianni”, Archivo Español de
Arte, Tomo 59, Nº 236, 1986, pp. 415-417.
- PÉREZ
SÁNCHEZ, Alfonso Emilio: “Más sobre Borgianni y Nardi”, Archivo Español de
Arte, Tomo 38, Nº 150, 1965, pp. 105-114.
- PÉREZ
SÁNCHEZ, Alfonso Emilio: “Nuevas obras de Oracio Borgianni en España”, B.S.A.A., Tomo
XXXVIII, 1972, pp. 527-530.
- PÉREZ
SÁNCHEZ, Alfonso Emilio: Borgianni, Cavarozzi
y Nardi en España, Instituto Diego Velázquez, Madrid, 1964.
- PÉREZ
SÁNCHEZ, Alfonso: Pintura
barroca en España (1600-1750), Ediciones Cátedra, Madrid, 2010.
- SÁNCHEZ
LATORRE, Margarita: “Temas navideños en el Museo de Jaén”. En CAMPOS Y
FERNÁNDEZ DE SEVILLA, Francisco Javier (coord.): La Natividad: arte,
religiosidad y tradiciones populares, Real Centro Universitario
Escorial-María Cristina, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario