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lunes, 31 de enero de 2022

La pintura gótica del siglo XV en la provincia de Valladolid. Parte II. Por Sergio Núñez Morcillo

 

Acabamos el artículo previo hablando del Maestro de Osma. Pues bien, en línea con la corriente historiográfica concentrada en desentrañar los interrogantes que subyacen tras el Maestro de Osma, el retablo de San Ildefonso (ca.1485-1500), conjunto en origen ubicado en la capilla epónima y actualmente integrado en el discurso expositivo del Museo Catedralicio y Diocesano de la seo oxomense al disponerse en la antigua capilla de la Concepción, condensaría los fundamentos pictóricos del anónimo artista. Este retablo lo constituyen dieciséis tablas sujetas a un sistema estructural concebido en época barroca, cuando la antigua mazonería se sustituyó por un esquema organizativo moderno, articulado en un único cuerpo estructurado, como el ático, en tres calles, y una predela constituida por seis tablas (de izquierda a derecha, San Jerónimo, la Virgen entre ángeles, Cristo Varón de Dolores, la Misa de San Gregorio, San Bernardo y San Esteban). Los modernos postulados compositivos propiciaron que la Imposición de la casulla a San Ildefonso ocupara la calle central, estando ésta flanqueada por dos calles laterales que contienen el episodio de la Anunciación (comparte el espacio con el retrato del donante y la efigie de Santa Lucía) en la calle izquierda y el pasaje de la Natividad (acompañado de la efigie de Santa Águeda y de un santo dominico) en la calle derecha. El esquema organizativo al que se amolda el cuerpo principal de este retablo tiene su continuidad con el implantado en el ático, siendo la calle central del mismo ocupada por la escena de Jesucristo camino del Calvario y las calles laterales por la Virgen María bajo palio a la izquierda y por La presentación del Niño Jesús en el Templo a la derecha.

MAESTRO DE OSMA. Imposición de la casulla a San Ildefonso (ca.1485-1500). Museo de la catedral de El Burgo de Osma

MAESTRO DE OSMA. Tablas del desaparecido retablo gótico aprovechado en uno nuevo de ensamlaje barroco
MAESTRO DE OSMA. La Coronación de la Virgen (ca.1485-1500). Museo de la catedral de El Burgo de Osma
MAESTRO DE OSMA. El Nacimiento (ca.1485-1500). Museo de la catedral de El Burgo de Osma
MAESTRO DE OSMA. Ecce Homo y La Misa de San Gregorio (ca.1485-1500). Museo de la catedral de El Burgo de Osma

En la catedral de El Burgo de Osma se custodia también una pintura del Santo Entierro que debió de formar parte del antiguo retablo que presidió la capilla de la Resurrección, una estancia construida por el obispo Montoya (1454-1474), hasta su inserción en la moderna mazonería barroca ejecutada en 1788. Contraviniendo la interpretación de Rathfon Post, para quien esta tabla se debía al pincel de un artista hispanoflamenco de fines del siglo XV o a la de un imitador del Maestro de Osma (pero de factura mucho más arcaizante), Silva Maroto sostiene, a tenor de los componentes francoborgoñones evocados por algunos de los atuendos representados, como el tocado de José de Arimatea, que la pintura debió realizarse en torno a los años 1470-1475 por un artista que nada tuvo que ver con el citado Maestro de Osma, quien parece debió de trabajar entre 1480-1515/1520. Iconográficamente, el autor elige el instante en el que Jesucristo es depositado en el sepulcro ante la actitud de lamento protagonizada por la Virgen María, ligeramente inclinada sobre el cuerpo inerte de su hijo. Escoltando a la Virgen, cuyo dolor ha sido expresado mediante una espada que atraviesa su pecho, el autor sitúa junto al grupo sagrado a San Juan, a María Magdalena y a tres santas mujeres que contemplan dicho acontecimiento.

A las aportaciones procedentes de las anónimas figuras antes referidas habría que añadir las debidas al Maestro de Portillo, apelativo creado por Angulo Íñiguez con la finalidad de aquilatar la personalidad del artista que ejecutó las pinturas del retablo que, proveniente de la desaparecida iglesia de San Esteban de Portillo, se encuentra hoy en día en la capilla del palacio arzobispal de Valladolid. De compleja articulación, el conjunto de pinturas que alberga el retablo, pese a no pertenecer todas a la misma mano, pues en el centro del banco se halla una Visitación atribuida por la historiografía al referido Maestro de Portillo. En efecto, y a través de las pinturas que conforman el banco (de izquierda a derecha, San Andrés y San Simón, un Ecce Homo entre dos figuras angélicas, San Pedro y San Pablo, Santa Elena y Santa Catalina, San Juan Evangelista y Santiago el Mayor) y los dos cuerpos principales en los que se representa la hagiografía de San Esteban (de izquierda a derecha, San Esteban diácono, el Prendimiento de San Esteban en el Concilio, la Preparación del martirio de San Esteban y el Martirio de San Esteban en el cuerpo superior; el Entierro de San Esteban, la Invención del cuerpo de San Esteban, la Adoración y milagro de las reliquias y la Traslación por mar del cuerpo de San Esteban en el cuerpo inferior), puede concretarse la personalidad pictórica de un artista que Post vinculó con Pedro Berruguete e, incluso, a partir de las relaciones que llegó a observar con la pintura umbra de finales del Quattrocento, con Juana de Borgoña.

MAESTRO DE PORTILLO. Pinturas del antiguo retablo de San Esteban de Portillo. Capilla del Palacio Arzobispal, Valladolid

A dicho influjo italiano habría que añadir la reciente hipótesis que sostiene, a partir de las recientes indagaciones sobre el retablo de San Juan Bautista de la iglesia parroquial de San Miguel del Pino (Valladolid), que las raíces estilísticas del Maestro de Portillo se sitúan también en la Picardía influida por el Flandes de la segunda mitad del siglo XV. De las seis tablas que conformaban el retablo apenas se han conservado tres: la tabla que representa a María Magdalena y Santa Catalina, así como dos escenas relativas al ciclo hagiográfico del Precursor: su Predicación y Decapitación. Se desconoce sin embargo, el paradero de las que representaban a los santos Cosme y Damián, el Bautismo de Cristo y San Juan Bautista entronizado con donante.

MAESTRO DE PORTILLO. Degollación del Bautista (comienzos del siglo XVI). Iglesia de San Miguel, San Miguel del Pino (Valladolid)
MAESTRO DE PORTILLO. Santa Catalina y María Magdalena (comienzos del siglo XVI). Iglesia de San Miguel, San Miguel del Pino (Valladolid)
MAESTRO DE PORTILLO. Predicación del Bautista (comienzos del siglo XVI). Iglesia de San Miguel, San Miguel del Pino (Valladolid)

Sea como fuere, las analogías estéticas existentes con Pedro Berruguete (1445/1450-1503) propiciaron que la historiografía relacionara su trabajo con el círculo palentino, un vínculo que, lejos de ser exclusivo, se extiende también por el territorio abulense, siendo el extremo septentrional de dicho ámbito lugar de concurrencia de obras a él atribuidas: el retablo de San Miguel de la iglesia parroquial de Sinlabajos y a día de hoy expuesto en el Museo Catedralicio de Ávila o el retablo de la Anunciación de la iglesia de Fuentes de Año (también participaría en el retablo mayor de la iglesia de Rubí de Bracamonte, antaño perteneciente a la sede abulense).

Retablo mayor. Iglesia de Santa María del Castillo, Rubí de Bracamonte (Valladolid)
MAESTRO DE PORTILLO. Abrazo en la Puerta Dorada (ca. 1496). Iglesia de Santa María del Castillo, Rubí de Bracamonte (Valladolid)
MAESTRO DE PORTILLO.  El Nacimiento de la Virgen (ca. 1496). Iglesia de Santa María del Castillo, Peñaranda de Bracamonte (Valladolid)
MAESTRO DE PORTILLO. El Nacimiento (ca. 1496). Iglesia de Santa María del Castillo, Rubí de Bracamonte (Valladolid)

A dichas obras habría que añadir un retablo de la iglesia de La Seca hoy conservado en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid –de la citada iglesia parroquial proviene un interesante conjunto pictórico conformado por tres tablas: a la escena de la Visitación situada en el centro, habría que añadir la representación de los evangelistas San Mateo y San Marcos en las tablas situadas a izquierda y a derecha respectivamente–, el retablo con escenas de la vida de Cristo de la iglesia parroquial de Viana de Cega –hoy en la capilla del Alcázar de Segovia– o unas tablas relativas a la vida de Santa Clara y San Francisco de Asís del Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas.

MAESTRO DE PORTILLO. Retablo de la Visitación (ca. 1500). Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid
San Mateo
La Visitación
San Marcos
MAESTRO DE PORTILLO. Pinturas del retablo de Viana de Cega (ca. 1500). Alcázar, Segovia
San Lucas
Adoración de los Reyes Magos

MAESTRO DE PORTILLO. Muerte de Santa Clara (ca. 1500). Monasterio de Santa Clara, Tordesillas (Valladolid)
MAESTRO DE PORTILLO. Muerte de San Francisco (ca. 1500). Monasterio de Santa Clara, Tordesillas (Valladolid)

Lejos de conformarse con obras pictóricas ejecutadas por artistas “flamenquizados”, los grandes comitentes manifestaron un notable interés por adquirir a través de la importación conjuntos pictóricos ejecutados por artistas flamencos. La predilección revelada hacia obras pictóricas concebidas con arreglo a parámetros estilísticos de raigambre nórdica tiene como ejemplo paradigmático el retablo de San Juan Bautista realizado para la capilla homónima abierta en el lado de la epístola de la iglesia del Salvador de Valladolid. Fue, en efecto, para esta capilla, erigida entre 1487 y 1492 a cargo de don Gonzalo González de Illescas, oidor de la Real Chancillería y miembro del Consejo de los Reyes Católicos, y de su esposa, doña Mariana de Estrada, según reza una inscripción que corre por los muros internos de la misma”, para la que se encargó un retablo articulado en dos partes: una superior, que es de origen extranjero y una inferior, consistente en una especie de añadido a manera de banco, ejecutado en España con el objeto de ampliar las dimensiones de la obra. De esta manera, el retablo propiamente dicho consta de una caja central que alberga varios relieves alusivos a la hagiografía del Precursor y dos grandes puertas con decoración pictórica. Al margen de las incógnitas que se ciernen sobre el artista responsable de la vertiente pictórica, dudas que devienen de las diferentes interpretaciones que ubican las pinturas en la órbita bien de Quentin Metsys, como así lo consideró Agapito y Revilla, o bien del Maestro del tríptico Morrison –recibe dicha denominación del apellido del antiguo propietario del tríptico de la Virgen con el Niño y dos ángeles músicos que hoy en día se expone en The Toledo Museum of Art de Ohio (EE.UU.)–, estas puertas reproducen un programa iconográfico divergente dependiendo de si las mismas se encuentran abiertas (la Adoración de los pastores, en la puerta izquierda, y la Adoración de los Reyes Magos, en la puerta derecha) o si están cerradas (la Misa de San Gregorio en ambas puertas). Por lo que al cuerpo inferior respecta, este también cuenta con dos puertas decoradas con pinturas consideradas pertenecientes a un seguidor de Pedro Berruguete: por dentro, se ve las dos tablas de los donantes con su familia, y San Jerónimo y San Agustín; por fuera, San Marcos, San Francisco, Santo Domingo y San Lucas.

Retablo de la capilla de San Juan Bautista de la iglesia del Salvador de Valladolid -abierto-
Retablo de la capilla de San Juan Bautista de la iglesia del Salvador de Valladolid -cerrado-

En dicho contexto, don Alonso Sánchez de Logroño, quien fuera canciller de los Reyes Católicos, expresó en sus últimas voluntades su pretensión de ser sepultado en la primitiva iglesia del monasterio de San Benito el Real de Valladolid, mandato que hizo efectivo su hermano don Juan Alfonso de Logroño mediante la concesión de una capellanía, a la vez que la donación de un retablo proveniente de Flandes. El retablo, trasladado a mediados del siglo XVI al nuevo templo, parece que permaneció, según las informaciones aportadas por Rodríguez Martínez, en la capilla del doctor Cornejo hasta el año 1609 (dicha capilla estaba bajo el coro en la nave del lado de la Epístola), “en que se colocó en ese mismo lugar el Cristo de la Cepa en un retablo realizado por Juan de Muniátegui”. Según el referido autor, desde ese instante no se registran noticias de una obra que debió de concebirse a manera de tríptico del que se conservarían algunos vestigios en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid: a saber, las “dos tablas en que se representa a los santos arzobispos sevillanos San Isidoro y San Leandro”. Angulo Iñiguez, en su artículo “El retablo de San Ildefonso del Museo de Bellas Artes de Valladolid”, afirma que las dos pinturas con los retratos de los prelados serían las puertas de un tríptico cuya tabla central, a día de hoy conservada en una colección privada estadounidense y previamente en la colección Pacully de París, reproduciría el episodio de la Imposición de la casulla a San Ildefonso –Marcos Villán sostiene “que la tabla de la colección Pacully salió de España en fecha indeterminada en el siglo XIX pues formó parte de la colección del infante don Sebastián Gabriel de Borbón, que durante cierto tiempo residió en Valladolid”–. Dicha reconstrucción la dio a conocer el ya citado Angulo Iñiguez, quien también aboga, aunque en fechas más avanzadas, porque dicho tríptico constaría de una predela formada por “dos tablas hermanas con tres apóstoles cada una” conservadas en el Museo Nacional del Prado, así como una tercera pintura que el autor encontró en una colección privada de Madrid en la que es posible identificar a los “seis restantes apóstoles con el Salvador encuadrado por dos columnillas jaspeadas en el centro”. Asimismo, en 1925 Angulo Iñiguez ya afirmaba que la ejecución del tríptico pudiera corresponder a algún autor flamenco venido a España o a algún imitador español de Hans Memling (ca.1435/1440-1494), llegando a admitir la posibilidad de que la obra hubiera sido traída directamente de Flandes. Esta opción, la de un pintor flamenco activo en Brujas durante el último cuarto del siglo XV ha sido sostenida por Friedlander, Martens o Vos en contraposición de otras interpretaciones. En este sentido, Post, quien en el año 1943 se refiere al autor del conjunto pictórico con el apelativo del Maestro de la Colección Pacully, caracterizó al pintor como un seguidor hispano de Hans Memling, llegando incluso a afirmar la existencia de influencias de Fernando Gallego.

Reconstrucción virtual del retablo de la Imposición de la casulla a San Ildefonso del Maestro de la Colección Pacully. Prohibido utilizar esta imagen sin pedir permiso.

 

Puedes ver: La pintura gótica del siglo XV en la provincia de Valladolid. Parte I.

 

WEBGRAFÍA (pinchad en los enlaces para ir a los respectivos artículos)

Pintura mural tardogótica en Castilla y León: Valladolid, Segovia y Soria.

Retablo de la capilla de San Juan Bautista de la iglesia del Salvador

Retablo del arzobispo Sancho de Rojas del Monasterio de San Benito el Real

Retablo del Maestro de San Ildefonso del Monasterio de San Benito el Real

Retablo de San Jerónimo del Monasterio de Santa María de la Mejorada de Olmedo

Retablo mayor de la parroquial de Viana de Cega, hoy en la capilla del Alcázar de Segovia

 

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