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martes, 13 de mayo de 2014

ESCULTORES VALLISOLETANOS OLVIDADOS: José Martínez Oteiza (h.1870-1942)


Hoy vamos a hablar de otro destacado escultor que se asentó en Valladolid a comienzos del siglo XX y que aunque no era natural de la misma podemos considerarle vallisoletano de adopción ya que viviría en ella más de la mitad de su vida. Es decir, se trata de un caso similar a los ya vistos de los escultores Ángel DíazDionisio Pastor Valsero, o del pintor Gabriel Osmundo Gómez. Si tuvierais conocimiento de alguna otra obra, dato o fotografía de este interesantísimo escultor os agradecería me lo hicierais saber.
El escultor y militar José Martínez Oteiza nació en Estella (Navarra) hacia el año 1870. La llega a Valladolid fue propiciada por su carrera militar, la cual le hizo residir en la ciudad del Pisuerga al menos desde el año 1906. Salvo un breve paréntesis que transcurrió en Soria y en Alcalá de Henares, vivió hasta su fallecimiento en 1942 en nuestra ciudad.
En lo que respecta a su carrera militar, la primera noticia que poseemos data del 17 de noviembre de 1888. En aquella fecha el “El Rey (q. D. g), y en su nombre la REINA Regente del Reino” hace constar al Capital General de Castilla la Nueva que se había “servido conceder el empleo personal de alférez de Infantería, a los 16 alumnos de la Academia Militar”, entre los cuales se encontraba Oteiza. Asimismo era voluntad de “S.M., que los alumnos referidos disfruten en el empleo que se les concede, la antigüedad de 13 de julio del corriente año, para todos los efectos que previene la real orden de 17 de noviembre de 1888”.

José Martínez Oteiza en su estudio modelando el retrato de un militar. Al fondo su escultura La Esclava
Diez años después, en 1898, poseyendo ya al grado de Capitán de Infantería, es destinado a Pamplona. Con el mismo rango le veremos en 1906 en el Regimiento de Isabel II de Valladolid. Fue por entonces cuando sintió que aunque su profesión era la de militar, su verdadera vocación era la de la escultura, apuntándose ese mismo año en la Escuela de Artes y Oficios, como más adelante veremos. En el año 1910 asciende a Comandante, siendo efectivo el nombramiento a partir del día 28 de mayo. Tres años después, el 17 de septiembre de 1913, la cruz blanca de segunda clase del Mérito Militar. En 1921 alcanzaría la graduación de coronel. En diciembre de este último año, aunque desconocemos si tendría algo que ver con la reciente graduación, se le obsequia con un almuerzo en el Hotel Inglaterra. El prestigio le acompañaba en sus dos facetas puesto que en esta última noticia se le denominaba como “notable escultor”.
El 1 de noviembre de 1922 llega la noticia de que se le acaba de nombrar Gobernador Militar de la Provincia de Soria. El Noticiero de Soria se mostraba ilusionado con aquel nombramiento, definiéndole como “sencillo y caballeroso, el escultor Martínez Oteiza desea que en el lugar que hoy ocupa se vea al cumplidor de las leyes y al hombre que con nuestro país quiere vivir identificado al tomar medidas de carácter púbico. Vigila, trabaja y ama el orden, para cumplirlo y hacerlo cumplir”. Además de este cargo ostentó la Presidencia de la Junta Patriótica de Soria. Poco tiempo duraría en el cargo, ya que a mediados de diciembre de ese mismo año cesaba en el cargo, eso sí, Martínez Oteiza, al que se calificaba como “inteligente y pundonoroso coronel”, dejaba “gratísimo recuerdo de su actuación como Gobernador y grandes simpatías personales como caballero”.  La vinculación del militar-escultor con Soria no desapareció, ya que en consta que en noviembre de 1926 consta que volvió “a pasar unos días en nuestra capital”.

Retrato de D. Vicente de Mendoza Castaño, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Valladolid
Pasando a comentar ya su perfil artístico, ya referimos que en 1906 se matricula en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid, donde estudia con profesores tan acreditados como el madrileño Ángel Díaz o el gaditano Ramón Núñez. Probablemente la decisión de matricularse tiene que ver con un deseo de querer proseguir unos estudios iniciados tiempo atrás o con la intención de perfeccionar sus conocimientos. Ese mismo año debió de hacer grandes progresos ya que se le otorga el Premio Extraordinario de Composición Decorativa.
El 27 de septiembre de 1910 se celebró en Valladolid una retreta militar, en el cual cada cuerpo de la guarnición debía de presentar su propia carroza. Oteiza y el teniente Brena, que pertenecían a la guarnición “Isabel II” construyeron una carroza titulada Salud a la Patria. El periódico madrileño La Época la describía así: “Sobre unos picachos álzase una arrogante matrona, que representa a España. A su diestra aparece un león y al frente un soldado, en actitud de subir al pedestal, saludando a la Patria. Cruces, banderas y emblemas del regimiento completan el decorado”.

Autorretrato
El regimiento de Ingenieros hizo otra “que representa un castillo roquero, detalladísimo, sobre cuyas torres se ve un aeroplano”, de la cual fueron autores los tenientes “Parellada y Zorrilla y el escultor vallisoletano Sr. Argüello”, este último no será otro que Tomás Argüello. Los Artilleros presentaron una copia, en miniatura, del Alcázar de Segovia, descansando sobre unos cañones. Los lanceros de Farnesio reproducían el castillo de Blanjo, adornado con las armas del Cuerpo. Las fuerzas de Administración militar han hecho una carroza que figura un horno de campaña. La comitiva la cerraba una carroza titulada Patria, que también se debía al escultor Tomás Argüello.
En 1911 concluye un Monumento al heroico general gerundense José Marina Vega, que se había distinguido en Cavite y Cuba y que por esos días ocupaba la Capitanía General de Castilla la Nueva. El monumento, que estaba destinado al Museo de Infantería de Toledo, se componía de un pedestal, sobre el que colocó el artista el busto del general, junto al que situó el “bravo león español apoyando sus zarpas sobre las cumbreras africanas y el glorioso pabellón de la Patria rodeando una gran parte del monumento, viéndose a un lado un precioso desnudo que representa al comercio”.

Busto recostado
En ese mismo año realiza una medalla destinada al Museo de la Infantería, aunque dibujada por él, fue fundida por la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, que se ofreció a realizarlo gratuitamente.
Para la Academia de Infantería de Toledo, realiza en 1912 “una artística lápida, obra del comandante de Infantería y notable escultor Sr. Martínez Oteiza, lápida en la que los supervivientes de la General honran la memoria de los compañeros que rindieron su vida en los campos de batalla”. Realizado en altorrelieve, entre dos figuras alusivas a la Patria y al Valor, representó el busto de un oficial muerto, cubierto con un sudario sutil. El diario El Eco Toledano, que decía que la lápida era “en honor de todos cuantos procedentes de la General rindieron su vida en holocausto de la Patria”, señalaba asimismo que poseía una inscripción en el centro: “A los compañeros que hallaron gloriosa muerte en el campo de batalla, los supervivientes de la Academia General Militar”. La lápida fue colocada en el patio del Alcázar el día 4 de marzo. 

Retrato de Segismundo Moret
Aquel mismo año regaló a su propio Regimiento “un magnífico medallón en el que destaca en bajo relieve la figura de la reina Victoria”, que fue calificado como “de asombroso parecido y acertada ejecución”. Se colocó en el despacho del Coronel del cuerpo. Todavía en este mismo año concurriría a la Exposición Regional de Bellas Artes, en donde presentó cuatro obras de muy diferentes temáticas: simbólica (Abril despierta), Estudio de desnudo, retrato (Busto retrato) y asuntos de actualidad (En el terreno). De todas formas la faceta en la que destacó fue en la de retratista.

Medallón del Capitán Ripoll
Sus preocupaciones artísticas le hicieron formar parte de la recién creada sociedad “Arte Castellano” que dirigía el dibujante Ricardo Huerta, y en la que Oteiza fue su primer secretario. En la Exposición que organizó en 1915 esta asociación de artistas participó con varias obras –Retrato de Segismundo Moret, Torso de hombre, Retrato y Desnudo femenino– y el crítico de arte Carlos Rodríguez Díaz observó que “Oteiza demuestra que sigue estudiando, que busca dificultades para vencerlas, que modela a conciencia, cuidándose poco de cuanto no signifique estudio”.
Además de trabajar en barro y yeso se conocen varias obras realizadas en granito: se trata dos monumentos funerarios conservados en el cementerio de Valladolid. El primero es un Cristo yacente (1919) colocado en el panteón de don David, y el segundo en una patética figura de mujer, implorante y dispuesta en forzada posición, titulado Hágase tu voluntad, encargado hacia 1923 por la familia Gallego Gómez.

Hágase tu voluntad
El 14 de julio de 1920 publica el diario La Vanguardia que en otoño de ese mismo año, “coincidiendo con la visita de los Reyes a Valladolid, se inaugurará una exposición de obras del pintor don Raimundo Castro Cires y del escultor teniente coronel de infantería don José Martínez Oteiza”.
Indica Urrea que la afición taurina vallisoletana pensó en nuestro escultor cuando esta tuvo la intención de levantar un monumento funerario a la memoria del torero vallisoletano Félix Merino, trágicamente muerto a consecuencia de una cogida sufrida en la plaza de toros de Úbeda (Jaén); sin embargo el proyecto popular fracasó. No obstante Oteiza modeló un busto de Félix Merinoen yeso, de tamaño natural y de notable parecido”, el cual se lo regaló a los familiares del diestro.

Retrato del torero Felix Moreno Obanos
Todavía en 1935 concurrió a la Exposición de Artistas locales organizada por el Ateneo, con una obra titulada La esclava, definida como “formidable desnudo e indiscutiblemente su creación de mayor calidad”. Unos meses más tarde el Centro Republicano de la Juventud Radical vallisoletana instaló en sus locales una escultura de la República Española que había realizado el escultor. El Norte de Castilla, en su tirada del día 2 de agosto de ese año, ofrece una minuciosa descripción de la misma, aunque por fortuna poseemos una fotografía: El escultor José Martínez Oteiza regala al Centro Republicano Radical de Valladolid una figura de la República, gentil matrona tocada muy artísticamente con el gorro frigio, aparece sentada y a su lado, como cobijadas por su manto, están los cuarteles del escudo de España, el león y el castillo, las barras de Aragón y las cadenas de Navarra y a sus pies, la granada. El conjunto no puede ser más acertado, es indudablemente la más lograda representación de la República española que hasta el presente hemos vistos”.

La República Española
Con destino al Casino Republicano modeló un busto del ministro de Estado Alejandro Lerroux, “obra de gran técnica y perfecto parecido”. Las últimas obras que conocemos de su mano son un retrato del Presidente de la República, Sr. Azaña, un busto del industrial F. Battaner; y en 1937 el retrato del General Mola, que se conserva en el Ayuntamiento. Martínez Oteiza falleció en 1942.

BIBLIOGRAFÍA
  • BRASAS EGIDO, José  Carlos y URREA, Jesús: Pintura y escultura en Valladolid en el siglo XX (1900-1936), Ateneo de Valladolid, Valladolid, 1988.
  • URREA, Jesús: La escultura en Valladolid (1850-1936), Caja de Ahorros Popular de Valladolid, Valladolid, 1984.

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