“Los
Antimodernos. De Renoir a Torres García” es la actual y atractiva propuesta
expositiva que se exhibe entre el 18 de enero y hasta el 31 de marzo en la Sala
Municipal del Museo de la Pasión. La exposición plantea un discurso que recorre
las consecuencias estéticas de la crisis de 1900. La crisis de la Modernidad es
el resultado del agotamiento de los valores y las esperanzas tradicionales,
unido a la desorientación y la angustia de este periodo histórico. El nuevo
arte, como defendió Ortega y Gasset, no es producto de una evolución sino de la
ruptura.
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PIERRE-AUGUSTE RENOIR. Femme et jeune fille dans un paysage (h. 1916) |
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RAMÓN CASAS. Invierno (1914) |
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RAMÓN CASAS. Descanso de los ciclistas (1896) |
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SANTIAGO RUSIÑOL. Caragolada de Rusinyol, Casas y Clarasó (1893) |
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JOAQUÍN SOROLLA. Desnudo en el diván amarillo (1912) |
De
esta manera, el espíritu de sus protagonistas es contrarrevolucionario. Como
defiende Nietzsche, los auténticos fundadores de la Modernidad, sus
representantes más eminentes son precisamente antimodernos. Tal y como postula
Antoine Compagnon en su ensayo con el mismo título, los antimodernos son los
modernos en libertad. Como el mismo autor recuerda, no es de extrañar que
muchos de ellos se manifiesten en contra del progreso tecnológico o social,
criticando, por ejemplo el sufragio universal o la emancipación de la mujer.
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FRANCESC MIRALLES. Passeig vora el Bois de Boulogne, París (h. 1891) |
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JOAQUIM MIR. Las comparsas. Plaça de les Cols, Vilanova (h. 1926) |
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ALEJANDRO DE CABANYES. Barcas al viento (1922) |
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HERMEN ANGLADA CAMARASA. Flores, dalias y peonía blanca (1940-1947) |
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ARCADI MAS i FONTDEVILA. Vendimia (1920) |
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JOAQUIM SUNYER. Rouen (1905) |
Las
obras de Mariano Fortuny ofrecen el germen decimonónico del incipiente cambio,
presente ya en su pincelada, aportación técnica al estudio de la luz, sobre la que
investigan también los macchiaioli (manchistas
o manchadores, fue un movimiento que se oponía al Romanticismo y al
Academicismo, y afirmaban que la imagen de la realidad es un contraste de
manchas de colores y de claroscuro) con su renovación antiacadémica de la
pintura italiana, así como los primeros impresionistas franceses. Pierre August
Renoir, el gran maestro del Impresionismo, deja atrás para siempre los modelos
propuestos por la razón. El arte español sigue estos caminos, como se observa
en la composición del desnudo de Sorolla presente en esta exposición, o en la
pareja de amigas de Antonio Utrillo, nacido en Barcelona pero de formación
estética parisina, amigo de Ramón Casas y Santiago Rusiñol, grandes nombres del
Modernismo en España. En el nuevo siglo, el espíritu de ruptura de los ismos
del XIX eclosionará en las Vanguardias, epílogos de la Modernidad. La obra de
Torres García de 1912 que aquí se muestra es un claro ejemplo de transición
hacia ellas. Cinco años después, este artista expone en la galería barcelonesa
Dalmau, mientras en la misma ciudad se estrena la ya centenaria Parade creada por Serguéi Diághilev,
Erik Satie, Jean Cocteau y Pablo Picasso y, a la vez, Francis Picabia comienza
a editar, también en Barcelona, la Revista
391. [Información tomada de los paneles de la exposición]
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ISIDRE NONELL. Mujer leyendo un periódico en un parque (1897) |
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ANTONIO UTRILLO. Dos amigas (1900) |
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FRANCISCO MASRIERA i MANOVENS. Figura femenina (1891) |
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LLUÍS MASRIERA i ROSÉS. Clase de canto (h. 1900) |
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LLUÍS MASRIERA i ROSÉS. En la playa (1928) |
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MODEST TEIXIDOR. La lectura (h. 1910) |
Wow Excellent your art.. Thanks for sharing with us..
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