miércoles, 23 de marzo de 2022

PÍLDORAS ARTÍSTICAS: "Nuestra Señora de la Compasión" (Alejandro Carnicero, 1738). Por Francisco Javier Juárez Domínguez y Javier Baladrón Alonso

 

Título: Nuestra Señora de la Compasión

Autor: Alejandro Carnicero

Año: 1738

Material: Madera policromada y corona de plata

Medidas: 126 x 71 x 35 cm.

Lugar donde se encuentra: Basílica Santuario Nacional de la Gran Promesa

 

Título: Grabado de Nuestra Señora de la Compasión

Autor: Ventura de Ágreda

Año: 1772

Material: papel y tinta

Medidas: 28 x 19 cm.

Lugar donde se encuentra: Iglesia de San Miguel y San Julián. Valladolid.

 

Por primera vez se expone y se revela la autoría de la Virgen de la Compasión (126 x 71 x 35 cm), la cual fuera imagen titular de la Venerable Congregación del Dulcísimo Corazón de Jesús y Nuestra Señora de la Compasión, hermandad erigida en 1727 en la desaparecida iglesia de San Julián y Santa Basilisa, según informa José Colón de Larreátegui.

La Virgen es obra documentada del escultor iscariense Alejandro Carnicero (1693-1756), una de las cimas de la escultura barroca española, tal es así que llegó a trabajar en la decoración escultórica del nuevo Palacio Real de Madrid. Carnicero vivió en Valladolid entre 1733-1738, año este último en el que regresó a Salamanca, siendo por lo tanto la efigie de Nuestra Señora de la Compasión y Corazón de Jesús una de las últimas esculturas que talló en la ciudad puesto que el 2 de febrero de 1739 la imagen se colocó a solicitud de Don Diego Alonso, párroco de San Julián, en la capilla mayor de la citada iglesia. Asimismo, refiere Ventura Pérez que poco después se situó en el mismo templo una efigie de San Juan Nepomuceno, escultura que, conservada en la iglesia de San Miguel, se viene atribuyendo indubitablemente a Carnicero. No parece casualidad que ambas imágenes las realizara él puesto vivió en una casa sita en el “Malcocinado” (actual calle Francisco Zarandona), paraje perteneciente a la jurisdicción de la parroquia de San Julián.

La imagen permanecería en la capilla mayor del templo encima de un trono que le talló ex profeso el ensamblador Bentura Ramos (1703-1756). De su estancia en San Julián se conserva el grabado expuesto, obra de Ventura de Agreda en 1772, es decir, los últimos años del antiguo edificio. Después será Ventura Pérez quien narre como en 1775 es una de las imágenes que se lleva procesionalmente hasta San Ignacio al reunirse en este templo las Parroquias de San Miguel y San Julián. De allí, pasaría a la Parroquia de San Ildefonso, donde un inventario de 1859 la describe “con 6 ángeles de adorno” y, finalmente, será cedida a la Parroquia de San Esteban El Real, hoy Santuario de la Gran Promesa, tras las obras de acondicionamiento realizadas a causa del grave incendio que se desató en ella en 1869 y que consumió todos sus retablos y esculturas, siendo una de ellas una efigie de Nuestra Señora de la Compasión, tal vez encargada por la propia Cofradía al desligarse de San Miguel. Tras la reapertura en 1870 se instaló en un retablo dorado, cedido por Don Rafael y Don Manuel Reinoso, ocupando diversos espacios en el lado de la epístola. La Cofradía, cuya presencia en San Esteban ya se constata en 1841, tuvo diferentes denominaciones como Venerable Orden de Nuestra Señora de la Compasión (1861) o Congregación de Nuestra Señora de la Compasión (1864).


La Virgen figura de pie sobre una nube flanqueada por dos cabezas aladas de querubines. Tiene la mirada baja y las manos juntas sobre el pecho, el cual es traspasado de dolor por una afilada espada de plata que hace referencia a la profecía de Simeón: “¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!” (Lc. 2, 33-35). Porta túnica roja, manto azul y toca blanca que le enmarca el rostro, de delicadas facciones, ojos de tapilla vítrea y trae al recuerdo el modelo de Dolorosa de Pedro de Mena. Las manos son exquisitas, estando modeladas con detalle y elegante disposición.

Por su parte, el grabado presenta a la Virgen de manera idéntica a la escultura, rodeada de ángeles y enmarcado todo el conjunto por rocallas y una leyenda que dice que el obispo Rubín de Celis otorgaba indulgencias a quien rezara una salve a esta imagen.


BIBLIOGRAFÍA

ALBARRÁN MARTÍN, Virginia: El escultor Alejandro Carnicero entre Valladolid y la Corte (1693-1756), Diputación de Valladolid, Valladolid, 2012.

CANESI ACEVEDO, Manuel: Historia de Valladolid (1750), Tomo I, Grupo Pinciano, Valladolid, 1996, p. 178.

GONZÁLEZ GARCÍA-VALLADOLID, Casimiro: Valladolid, sus recuerdos y sus grandezas: religión, historia, ciencias, literatura, industria, comercio y política. Tomo III, Imprenta de Juan Rodríguez Hernando, Valladolid, 1902, pp. 399 y 401.

MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y URREA, Jesús: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (1ª parte), Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1985, pp. 73 y 325.

PÉREZ, Ventura: Diario de Valladolid (1885), Grupo Pinciano, Valladolid, 1983, pp. 161-162 y 480.

lunes, 14 de marzo de 2022

PÍLDORAS ARTÍSTICAS: "Santo Cristo del Escobar" (Escuela vallisoletana o palentina, Segundo cuarto del siglo XVI)

 

Título:  Santo Cristo del Escobar 

Autor: Escuela vallisoletana o palentina

Año: Segundo cuarto del siglo XVI

Material: Madera policromada

Lugar donde se encuentra. Iglesia de Santiago Apóstol


El Cristo del Escobar es posiblemente una de las devociones más antiguas de la ciudad y, asimismo, el origen de la iglesia de Santiago. Efectivamente, el germen de esta parroquia se encuentra en una humilde ermita dedicada al Santo Cristo del Escobar. La devoción que suscitó llevó a algunos fieles a levantar, hacia el año 1104, una pequeña ermita “fuera de la población en el centro de un gran escobar”. Este escobar del que toma su nombre alude a un paraje en el que abundaba la escoba, es decir, la retama. Al parecer, la ermita mutó de nombre hacia 1360 cuando comenzó a servirla una cofradía dedicada a Santiago Apóstol. Posteriormente, hacia el año 1400 la ermita se convirtió en iglesia parroquial.

El Cristo del Escobar que actualmente podemos contemplar en un lucillo sepulcral de la capilla de Nuestra Señora del Pilar no es el originario puesto que datará del segundo cuarto del siglo XVI y el primitivo sería de factura románica (anterior al año 1104).

Se trata de un crucifijo de tamaño natural con los ojos casi cerrados y perizonium de tela encolada formando pliegues en abanico. La corona es postiza. Su estado de conservación era penoso hasta que fue restaurado en 2015: además de una limpieza general se procedió a tallarle barba y peluca ya que anteriormente era imberbe y poseía pelo natural. El maestro que lo realizó denota un fuerte influjo berruguetesco que se concreta en el retorcimiento general del cuerpo, especialmente palpable en la crispación de las piernas. Asimismo, por el patetismo que exhibe en el rostro y su expresionismo de raíz goticista recuerda algunas creaciones de Juan de Valmaseda (h. 1487-1576). En definitiva, parece que el anónimo escultor se pudo inspirar para su crucifijo en dos de los grandes artífices de la escuela castellana de comienzos del siglo XVI.


BIBLIOGRAFÍA

CANESI ACEVEDO, Manuel: Historia de Valladolid (1750), Tomo I, Grupo Pinciano, Valladolid, 1996, p. 335.

AGAPITO Y REVILLA, Juan: Las calles de Valladolid: Nomenclátor histórico, Tipografías Casa Martín, Valladolid, 1937, p. 460.

MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (1ª parte), Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1985, pp. 188 y 196.

lunes, 7 de marzo de 2022

Campaña de donativos de la Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena para la adquisición de la Imagen de “Nuestra Señora del Sagrario" (José Antonio Navarro Arteaga, 2021-2022)

 

Esta semana os traigo al blog algo totalmente diferente a lo que os tengo acostumbrados. Se trata de exponeros y animaros a participar, con lo que podáis o queráis, en una empresa tan noble como la campaña de donativos para la ejecución de la imagen de Nuestra Señora del Sagrario que está llevando a cabo la Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena.

La Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena, reunida en junta general ordinaria el pasado 13 de junio de 2021, designó al escultor D. José Antonio Navarro Arteaga para realizar la talla de Nuestra Señora del Sagrario. Navarro Arteaga presentó un proyecto adaptado a lo que la cofradía requería para la representación iconográfica de nuestra futura titular. El 15 de agosto, fecha tan mariana y significativa para los cristianos, solemnidad litúrgica de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos, se hizo público el boceto y descripción iconográfica del mismo. De esta forma, el modelo iconográfico de la Virgen María se presenta en una representación monumental como sagrario primario y supremo de Cristo, Nuestro Señor.

El boceto de Nuestra Señora del Sagrario muestra a María en el momento de aceptar un nuevo “Hágase” en su vida: la partida del Hijo tras su “Última Cena”. Su composición mayestática nos muestra la solemnidad de María como madre de Cristo, señalando con la mano izquierda su vientre, epicentro de la venida del Salvador y tabernáculo que alojó por primera vez el cuerpo de Cristo. En ese gesto, destaca la extensión de los dedos pulgar, índice y corazón indicando alegóricamente que la Santísima Trinidad habita en su interior. Su mano derecha se extiende hacia adelante en un gesto cariñoso, grácil, despidiéndose de su Hijo, quien parte a su pasión redentora, a la vez que la ofrece al resto de la humanidad invitando a tomarla, acogerla y venerarla. 

María en esta advocación se presenta como madre de Su Divina Majestad y por ello se representa solemne, magnánima, soberana, pues es corredentora de la salvación, trono divino de Dios y mujer eucarística que invita a creer y a acercarse al Santísimo Sacramento, verdadero Pan de Vida que baja del Cielo y se hace presente en el mundo a través de Ella.

D. José Antonio Navarro Arteaga, para la realización del boceto de la Santísima Virgen, se inspira en la corriente de renovación artística calificada como modernismo o Art Nouveau, que se desarrolló a principios del siglo XX. Esta es la fuente de inspiración de la que se parte para que al unísono se equilibre con los estilos de las imágenes ya existentes de la cofradía, debido a que el patrimonio artístico de la misma debe continuar y seguir una línea y directrices desde la cual se parta en la cruz de guía hasta el último de los enseres que se posea. Por lo que este estilo es el que ha considerado oportuno para acercarse a la nueva obra iconográfica y en relación a las existentes en la cofradía; tanto el conjunto de La Sagrada Cena (1946-1958) y el Jesús de la Esperanza (1946), obra del escultor vasco Juan Guraya Urrutia, son obras que están dotadas de expresividad, fuerza, dinamismo y modernidad y se ha tenido muy presente a la hora de desarrollar la propuesta.


La imagen poderosa contará con un cuidadoso modelado y tallado de los ropajes. Los detalles se cuidarán minuciosamente, es por ello que se ha incorporado una corona tallada, bajo el diseño realizado por el prestigioso artista y diseñador D. Javier Sánchez de los Reyes, siendo una pieza incorporada a la escultura. La corona sigue la estética modernista del resto del conjunto de la imagen. Se sale de lo recurrente, y está articulada en forma de tiara, centrando un anagrama de María coronado flanqueado por dos ángeles llorosos, constituyendo el resto dos ramas de passiflora o rosa de pasión, de especial simbología respecto a la Pasión de Cristo, incluyendo dos rosas casi sin abrir, haciendo referencia al pasaje evangélico de la Última Cena como preludio de la Pasión de Cristo.


  FORMAS DE COLABORAR:

  1. Pergamino que irá alojado en el interior de la talla de Nuestra Señora del Sagrario con el nombre de los donantes, familia o grupo:

·         Donativo individual (mínimo 500 €).

·         Donativo familia (mínimo 1.500 € familia, independientemente del número de miembros).

·         Donativo grupal (mínimo 300 € por persona, el grupo al menos será de 3 miembros). 

  1. Venta de pergaminos nominativos de 25, 50, 100 y 150 €, se entregarán en el momento de ser adquiridos.
  1. Venta de postales de pequeño formato a un precio de 2 € la unidad con fotografía del boceto de la imagen.
  1. Urna física de donativos, estará instalada durante el horario de oficina de la Cofradía (sábados de 11:30 a 13:30 h en la Iglesia de San Pedro Apóstol) y en los cultos propios de la cofradía.
  1. Campaña a través de Bizum "Haz que una parte de la Imagen sea tuya" (donativo mínimo de 5 €).

Los donativos a través de Bizum puedes realizarlos entrando en la aplicación de tu banco y buscando nuestro código 03121 o a través del nombre Cof. Sagrada Cena Valladolid. También puedes hacer tus donativos a través de transferencia bancaria indicando en concepto “Donativo Virgen” en el nº de cuenta corriente ES35 3058 5010 0627 2000 4317 de Cajamar.

*Todo donativo de 100 € o superior recibirá un saquito con virutas de la hechura de la imagen.