En
la localidad palentina de Paredes de Nava, villa natal de los Berruguete, y más
concretamente en la iglesia parroquial de Santa Eulalia, en cuya pila bautismal
recibieron las aguas sacramentales Pedro y Alonso Berruguete, se está
realizando una pequeña exposición acerca de la figura de los tres miembros de
esta excelente saga: el fundador, el pintor Pedro González Berruguete (c.1445-1503);
su hijo, el pintor y escultor Alonso Berruguete (c.1489-1561); y el sobrino de
éste, el escultor Inocencio Berruguete (h.1520-1575).
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Paredes de Nava. Iglesia de Santa Eulalia |
La
exposición, que viene a ser un complemento ideal de la celebrada en el Museo
Nacional de Escultura: “Hijo del Laocoonte. Alonso Berruguete y la antigüedad pagana”, reúne unas pocas obras a través de las cuales se repasa de manera global
la carrera de estos tres artistas. En ella se concitan, además, piezas de otros
artistas contemporáneos o que trabajaron con ellos, caso de Alejo de Vahía,
excelente artífice con el que laboró Pedro Berruguete en, al menos que sepamos,
los retablos de Santa Eulalia de Paredes de Nava y Santa María de Becerril de
Campos. Sin duda la pieza estrella de la muestra es el retablo mayor de la
iglesia, el cual no tiene ya nada que ver con el original creado por Pedro
Berruguete y Alejo de Vahía puesto que fue modificado unas décadas después por
Esteban Jordán, quien es el autor del grupo que preside actualmente el
conjunto: el martirio de Santa Eulalia, con esas potentes figuras romanistas
clásicas, rotundas y poderosas derivadas del clasicismo, de Juni y de Miguel
Ángel.
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INOCENCIO BERRUGUETE Y ESTEBAN JORDÁN. Retablo mayor (1561). Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia). Se le añadieron las pinturas sobre tabla del retablo precedente, realizadas por Pedro Berruguete |
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ESTEBAN JORDÁN. La Degollación de Santa Eulalia |
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PEDRO BERRUGUETE. Tres profetas |
Aunque
se supuso que los Berruguete llegaron a Paredes de Nava de mano de los
Manrique, señores de la villa, consta sin embargo el apellido Berruguete en
Paredes de Nava mucho antes de la llegada de los Manrique, formando parte del
pequeño patriarcado urbano de la villa, y ya en 1403 un García González
Berruguete ocupó cargos en el concejo de Paredes. Se ha querido vincular a un
“Alfonso, pintor”, activo a mediados del siglo XV en Paredes, con la familia,
haciéndole incluso padre de Pedro Berruguete.
El
hecho es que Pedro González Berruguete. Conocido como Pedro Berruguete (+
1503), su hijo Alonso (+ 1561) y el sobrino de éste y nieto de Pedro, Inocencio
Berruguete (+ h. 1575), sobresalieron en el panorama artístico de la Corona de
Castilla. La familia siempre estuvo vinculada con Paredes de Nava, donde Pedro
y seguramente Inocencio tuvieron taller abierto y para cuyas iglesias,
especialmente Santa Eulalia, realizaron algunas de sus principales obras.
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ALEJO DE VAHÍA. Abrazo ante la Puerta Dorada. Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia) |
A
continuación se insertan las breves biografías de Pedro y Alonso Berruguete que
figuran en la exposición, así como una cita muy sumaria de los discípulos más
aventajados del “Hijo del Laocoonte”: Francisco Giralte, Manuel Álvarez e
Inocencio Berruguete.
Pedro
Berruguete
Pedro
Berruguete nació hacia 1445 en la villa de Paredes de Nava, señorío de la
importante familia Manrique en la Tierra de Campos palentina. Es un artista del
que se conocen pocos datos biográficos, lo que contrasta con la importancia y
calidad de su obra conservada, y del lugar que ocupa en la historia del arte
español.
Se
había supuesto que, tras una formación en algún taller castellano, trabajó con
un pintor de Gante, Joos van Wassenhove, a quien llamamos en España Justo de
Gante. Ambos artistas intervinieron en la decoración del “studiolo” de Federico
de Montefeltro en su palacio ducal de Urbino. Lo aceptado por la crítica es que
Berruguete viajó a Italia, probablemente antes de 1473, y ello le llevó a
trabajar a Urbino. Parece que tras la muerte de Federico de Montefeltro,
regresó a Castilla, donde ya se encontraba en 1483.
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PEDRO BERRUGUETE. Santa Elena encuentra la Santa Cruz (h. 1490). Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia) |
Debió
de tener taller abierto en su villa natal, a juzgar por los numerosos encargos
que realizó para algunas iglesias del obispado de Palencia: además de las
tablas del retablo de Santa Eulalia de Paredes de Nava que se reputan como su
obra maestra, y las del retablo de Santa María de Becerril en el que también
colaboró con el escultor Alejo de Vahía, realizó obras para Frechilla, Guaza de
Campos y otras de la zona, especialmente en la Tierra de Campos. Es de resaltar
que buena parte de su producción se hiciera para lugares más vinculados al
patrocinio real o del entorno de los Reyes Católicos (Santo Tomás de Ávila,
Cartuja de Miraflores, Capilla Real de Granada, díptico de la catedral de
Palencia, San Ildefonso de Toro y Santa Cruz de Segovia).
Sus
encargos y obras en la Corte de los Reyes Católicos demuestran la alta estima
que tuvo su arte entre sus contemporáneos. Sus trabajos, encargados por
personajes altos dignatarios de la Iglesia o de la Corte, culminarán con los tres
retablos para la iglesia dominica de Santo Tomás de Ávila, panteón del
primogénito de los Reyes Católicos, el infante don Juan, obra financiada por el
Inquisidor General, cardenal Torquemada. Las pinturas de dos de estos retablos
pueden admirarse en el Museo del Prado de Madrid, permaneciendo en el
monasterio el mayor.
Todo
parece indicar que Pedro Berruguete gozó de una posición desahogada, y de gran
reputación en su tiempo, eclipsada después durante siglos por la fama de su
hijo, el escultor Alonso Berruguete. Desconocemos la fecha de su muerte, aunque
es probable que falleciera, quizás en Madrid, en los últimos años de 1503.
En
la Provincia de Palencia se conservan algunas de sus principales obras: en la
catedral, en el Museo Diocesano, en la Diputación Provincial, además de las
señaladas en Becerril de Campos y en Paredes de Nava. Muchas obras suyas se
conservan en museos y colecciones privadas, así en París (Louvre), Londres
(National Gallery), Cleveland, Cincinatti (Ohio, USA), Madrid (Museo Municipal),
Barcelona (Fundación Godia), entre otros.
En
su estilo, Berruguete, une a las habituales influencias de las corrientes
hispanoflamenca dominadora del panorama pictórico castellano en el último
cuarto del siglo XV, algunas novedades extraídas del Quattrocento italiano,
junto a un excelente dibujo, un color muy limpio, con unos verdes muy
característicos y una gran capacidad de realismo, especialmente en sus
personajes, lo que ha hecho que sea tenido como el precursor del gran retrato
español y el primer pintor renacentista de Castilla.
Alonso
Berruguete
Alonso
González Berruguete (c.1489-1561) fue el hijo mayor del famoso pintor Pedro
Berruguete (+ 1503). Sin embargo, por encima del hecho gremial de llevar a la
continuidad el oficio paterno, Alonso alcanzó al entrar en contacto con la
realidad italiana, proporcionó una dimensión genial.
Cuando
en la década de 1920 el pintor José Moreno Villa decía que Alonso Berruguete no
era hijo de Pedro, sino del Laocoonte, estaba poniendo de manifiesto la
influencia que la escultura clásica y el aprendizaje de todas las novedades que
acontecían en Italia, habían terminado por modelar al artista y a su obra.
El
fallecimiento temprano de su padre, provocó que el primogénito emprendiera su
carrera formativa con aspiraciones de un aprendizaje de mayor trascendencia,
para abordar incluso su patria. En las declaraciones del expediente para
ingresar en la orden de Santiago de uno de sus descendientes, el cura de
Paredes don Jerónimo Aguilar, de 84 años, decía en 1603, que Alonso Berruguete “se fue mozo de aquí a
Roma y a otras partes”, señalando un acontecimiento crucial, que tuvo una
decisiva influencia en su trabajo como en su fama posterior.
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ALONSO BERRUGUETE. San Jorge (1526-1532). Museo Naciona de Escultura. Valladolid |
El
viaje, el contacto con los grandes genios que renovaban la creación artística
europea, el estudio de las antigüedades y la particular manera de entender las
formas, dio como resultado un regreso fructífero en 1518. Alonso Berruguete,
primero vinculado a la corte de Carlos I, que había llegado a España el año
anterior y después como artista con taller independiente, se asentaba en
Valladolid, donde construía su casa palaciega desde la que atendería a una
selecta clientela, gravitando entre aquella ciudad y Toledo.
El
uso del dibujo, como base de toda la creación, le permitió disponer de un
importante grupo de oficiales que le ayudaron a plasmar su obra y a realizar
conjuntos de tan extraordinarias dimensiones como el retablo de San Benito el
Real de Valladolid o la sillería coral de la catedral de Toledo. Un lenguaje
nuevo, un código diferente en las proporciones y en el vocabulario ornamental
hizo de su producción una referencia obligada en la creación plástica del siglo
XVI.
Berruguete
además, cumplió un importante papel en la consideración del artista en la
sociedad moderna. Su afán por dignificar la profesión le llevó a disponer de
una considerable fortuna y a incorporarse al status de la pequeña nobleza
española, adquiriendo la villa de Ventosa de la Cuesta, de la que serían
señores sus sucesores, después del infructuoso intento de ser señor de
Villatoquite. Una figura singular en fin, que tuvo en Paredes su patria y que
es obligado recordar por tratarse de una de las personalidades más insignes del
panorama artístico español de todos los tiempos.
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ALONSO BERRUGUETE. Virgen con el Niño. Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia) |
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FRANCISCO GIRALTE. Virgen con el Niño |
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INOCENCIO BERRUGUETE (atr.). Santa Eulalia. Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia) |
Discípulos
de Alonso Berruguete
Alonso
Berruguete, a pesar de figurar en mucha documentación como “pintor de su
majestad”, fue mucho más alabado por su obra escultórica, sin embargo tuvo
seguidores en las dos artes. En el campo de la pintura, Juan de Villoldo
(c.1516-1562) es el principal seguidor de Berruguete, hasta el punto que
durante años muchas de sus obras han sido atribuidas al propio maestro.
Los
escultores Francisco Giralte (h.1510-1576) y Manuel Álvarez (¿1517?-1587)
colaboraron con él en la sillería de Toledo y después Álvarez se quedó en la
diócesis de Palencia controlando la producción escultórica en la segunda mitad
del siglo XVI, mientras que Giralte, tras perder el pleito de la Antigua con
Juan de Juni en Valladolid, alcanzó fama en la corte de Madrid. Sus obras más
destacadas son el retablo de San Eutropio del Espinar y la capilla del Obispo
en Madrid. Estos dos escultores, además del vínculo común con el maestro
Berruguete, estaban emparentados, ya que Isabel Giralte fue esposa de Manuel
Álvarez.
Inocencio
Berruguete (h.1520-1575) se inició con su tío, colaborando con él en las obras
toledanas, y posteriormente desarrolló lo fundamental de su trabajo en tierras
palentinas y vallisoletanas. Por su parte Esteban Jordán (c.1530-1598), que
acabó la reforma del retablo de Santa Eulalia de Paredes de Nava iniciada por
su cuñado Inocencio Berruguete, muestra ya el influjo del clasicismo y de Juni
en su obra.
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MANUEL ÁLVAREZ. Llanto sobre Cristo muerto. Museo Diocesano. Palencia |
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JUAN DE VILLOLDO. Resurrección de Cristo. Iglesia parroquial. Alba de Cerrato (Palencia) |
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JUAN DE VILLOLDO. Martirio de Santa Lucía. Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia) |
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ESTEBAN JORDÁN (atr.). Santo Tomás. Iglesia de Santa Eulalia. Paredes de Nava (Palencia) |
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