viernes, 14 de diciembre de 2018

EXPOSICIÓN: "EL DIABLO, TAL VEZ. El mundo de los Brueghel"


La nueva exposición que acaba de inaugurar el Museo Nacional de Escultura, “El diablo, tal vez. El mundo de los Brueghel”, es un buen ejemplo de que menos es más. Y es que a pesar de ser una muestra no muy extensa es altamente intensa pues en poco espacio se puede disfrutar de excelentes pinturas y grabados de los Brueghel, así como de una sorpresa fabulosa como son una serie de audiovisuales basados en los referidos grabados y a los que no me referiré puesto que es mejor la sorpresa que provocan al verlos en directo. Por último quiero señalar dos de las pinturas de la exposición sobre las cuales ya hemos hablado hace tiempo en el blog, por lo que os dejo los links de enlace a ellos, tan solo tenéis que pinchar encima de las obras. Se trata de “La bajada de Cristo a los infiernos” (Copia de El Bosco, ca. 1520-1575) y “Las tentaciones de San Antonio Abad” (Jan Brueghel de Velours, ca. 1601-1625). Deseo dedicar esta entrada a Sara, una brillante estudiante de Historia del Arte -sin duda una de las mejores que he visto- así como mi gran descubrimiento en este año 2018.

A continuación, daremos unas pequeñas pinceladas acerca de la exposición y que como de costumbre están tomados de los paneles de la exposición, que la explican a la perfección.
La tentación, el pecado y el diablo. Entre los tres forman el “hilo rojo” del universo artístico que los pintores flamencos y, especialmente, maestros como los Brueghel, pusieron en pie con energía expresiva, virulencia y una imaginación sin límites. Y que, en un juego de espejos entre el siglo XVI y el XXI, hoy se ve reanimado por el artista belga Antoine Roegiers. Esos escenarios perversos y enloquecidos nos inquietan porque parecen esconder un enigma indescifrable, aunque, a la vez, despiertan nuestra simpatía porque intuimos en sus imágenes narrativas una libertad deliciosamente moderna.
El auge que alcanzó la temática de la tentación y la culpa era indisociable del ascendiente que alcanzó el diablo, una poderosa figura del imaginario de la época. Sin embargo, Satán no solo actúa como el “jefe de orquesta” de la transgresión moral. En estos siglos trágicos, cuando la Cristiandad se desangraba partida en dos facciones, el Demonio era un enemigo útil que reforzaba la identidad colectiva, servía para favorecer el control de los comportamientos y explicaba por qué el mundo se despeñaba sin remedio. Y encarnaba, además, el lado oscuro del individuo moderno: los fantasmas, sueños, amenazas, angustias, del mundo interior de cada uno de nosotros.

TALLER DE EL BOSCO. Visión de Tondal (ca. 1478-1485). Museo Lázaro Galdiano
ANÓNIMO MADRILEÑO. Escritorio con escenas de ermitas (segunda mitad del siglo XVII). Museo Nacional de Escultura
Escena de las Tentaciones de San Antonio Abad
SEGUIDOR DE EL BOSCO. Bajada de Cristo a los infiernos (ca. 1520-1575). Museo Nacional de Escultura

DIEGO RODRÍGUEZ Y LEONARDO CARRIÓN. San Antonio Abad apelado por los demonios (1553-1559). Museo Nacional de Escultura
DIEGO RODRÍGUEZ Y LEONARDO CARRIÓN. San Antonio tentado por una mujer (1553-1559). Museo Nacional de Escultura

Una temporada en el infierno
Entre 1460 y 1610 la tentación de San Antonio conquista las artes plásticas. La representación de las privaciones del santo y sus alucinaciones llegó a ser un artículo muy solicitado en la sociedad flamenca, ansiosa por preservarse de la condena al infierno, un temor colectivo e individual que había cobrado un nuevo auge.
Las dos grandes invenciones nórdicos fueron, en primer lugar, el paisaje: la ubicación de este tormento diabólico, al aire libro, en medio de grutas, bosques, ciudades y cielos en el horizonte. No es el paisaje “heroico” de los italianos. Es una naturaleza incendiada, tenebrosa, llena de energía errática y salvaje, infectada por las fuerzas metafísicas del mal.
La segunda gran invención fue el carácter fantasmal y quimérico de la tentación, que se encarna en mutantes demoniacos vagamente antropomorfos, enloquecidos o seductores, en homúnculos repulsivos con signos de brutalidad, de estupidez, de malicia, que embarullan los reinos de la naturaleza: la roca de rostro humano, el pájaro-soldado, el reptil volante y, en fin, toda suerte de “disparates”. No hay jerarquías y no sabemos a dónde dirigir la mirada. Pronto comprendemos que la necesidad occidental de “interpretar” ha de ser sustituida por el placer de “ver”.

COPIA DE EL BOSCO. Las tentaciones de San Antonio (siglo XVI). Mueo Nacional del Prado. Copian los paneles del famoso tríptico de El Bosco conservados en el Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa
JAN BRUEGHEL DE VELOURS. Tentaciones de San Antonio (ca. 1601-1626). Museo Nacional de Escultura
AA (Monograma) a partir de MARTIN SCHONGAUER. Las tribulaciones de San Antonio (siglo XVIII). Biblioteca Nacional de España

Brueghel el Viejo: una diversión sobre los pecados
El enigmático Brueghel vivió en una Flandes convulsa, en medio de guerra, miserias e intolerancia. Atormentadas y pesimistas, las gentes vivían obsesionadas por el pecado y la condena eterna en virtud de la creciente autoridad de la Iglesia y los procesos de culpabilización individual.
Esta serie fue la que dio al joven Brueghel su celebridad de gran dibujante. Nos presenta un mundo embaucador y laberíntico en el que siempre ronda el Maligno. En numerosas microescenas, hombres, animales, demonios y criaturas de pesadilla son mostrados panorámicamente en un enredo corpóreo desde arriba, en cuclillas, enmarañados, en posturas acrobáticas reptantes, rodeados de centenares de cosas y detalles. No podemos despegar la vista.
Pero Brueghel no juzga, es un notario que levanta acta del desenfreno humano: estupidez, avaricia, crimen, glotonería, procacidad, envidias y muy poca bondad. Es un mundo doloroso, pero visto con ligereza, donde asoma el transgresor aliento de la cultura popular, fundada sobre la “carnavalización” del mundo y la risa, como compensación a la obediencia del orden establecido.

PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La gula (1558). Biblioteca Nacional de España
PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La soberbia (1558). Biblioteca Nacional de España
PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La envidia (1558). Biblioteca Nacional de España
PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La desidia (1558). Biblioteca Nacional de España
PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La avaricia (1558). Biblioteca Nacional de España
PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La ira (1558). Biblioteca Nacional de España
PIETER BRUEGHEL EL VIEJO (Grabador Pieter van der Heyden). La lujuria (1558). Biblioteca Nacional de España
El rompecabezas de Brueghel
El magnetismo visual de la tradición flamenca conserva todo su brío nutriendo la imaginación de hoy. La experimentación que combina el lenguaje digital junto con herramientas de los viejos maestros como el dibujo dan en la obra de un joven artista del siglo XXI como es Antoine Roegiers frutos artísticos de una fertilidad poética tan sutilmente subversiva como lo fue en su tiempo la obra de los Brueghel. Seducido por la libertad y la modernidad del maestro, Roegiers se desliza en la piel de su ilustre predecesor, con el que comparte la finura en el detalle, cierta inclinación a la perversidad, el gusto por la extrañeza y una visión maliciosa del comportamiento humano.
Su método creativo tiene mucho de artesanal. Con impecable maestría técnica redibuja por separado arquitecturas, personajes y geografías, como en un rompecabezas, despiezando los miembros del cuerpo, variando el punto de vista y aislando los elementos del paisaje que le permitirán luego describir los destinos de esa mirada de seres híbridos, solitarios y perdidos.

ANÓNIMO. Demonio (siglo XVIII). Museo Nacional de Escultura
Dibujos de Antoine Roegiers para los audiovisuales de los grabados de Brueghel
Horario:
  • Del 1 de diciembre al 3 de marzo. De martes a sábado: 11 a 14 h y 16:30 a 19:30 h. Domingos y festivos: 11 a 14 h.

2 comentarios:

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  2. Javi me encanta eso de que " sabed que hay una sorpresa, pero no os la voy a revelar". Un puntazo, artista!

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