En el
presbiterio de la iglesia de San Pedro de la localidad de Montealegre, en plena
Tierra de Campos, encontramos un maravilloso retablo que data de los albores
del renacimiento en Castilla. Parado del Olmo lo fecha en el primer cuarto del
siglo XVI, tildándolo de “buen retablo”.
El retablo se desarrolla mediante un banco, tres cuerpos, separados por la
propia mazonería del retablo, y cinco calles. En las diferentes hornacinas nos
encontramos con doce maravillosas tablas y una serie de esculturas, habiendo
desaparecido otras. Tanto las hornacinas del banco, como las de la calle
central se rematan en forma de venera, solución que también adopta el remate
superior del retablo.
Tanto
las calles del banco como las de los dos primer cuerpos se encuentran separadas
mediante pilastras con decoración a candelieri, en el último cuerpo esta
separación se hace mediante columna con la misma ornamentación. Las
decoraciones utilizadas tanto en estos elementos como en las chambranas y demás
son típicamente platerescos: roleos, flameros, aves, motivos que nos llevan a
pensar en que Pedro de Guadalupe pudo ser su autor, dada la similitud de
decoraciones y de traza con el retablo mayor de la catedral de Palencia, tesis
que ya fue defendida por el insigne investigador riosecano Esteban García
Chico. Para Parrado del Olmo, el retablo presenta “rasgos más avanzados en la decoración, muy similar al estilo del
entallador palentino Pedro Manso, que trabaja en el ático del citado retablo de
la catedral palentina”.
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Retablo Mayor de la Catedral de Palencia |
En
la actualidad, de las cinco hornacinas del banco tan solo vemos ocupadas por
esculturas las extremas y la central, motivo que lleva a pensar que
desaparecerían tres piezas, puesto que la central, una Virgen gótica pienso que
no pertenecería al conjunto. En el extremo izquierdo observaos una escultura de
San Andrés, posiblemente hecha ex profeso para el retablo, como también se
haría la de San Antón, sita en el lado contrario. Ambas tallas, de taller
palentino presenta un canon regordete y algo achaparrado. San Andrés porta la
cruz, de la que faltan dos aspas, y un libro; mientras que San Antonio tiene en
una mano un bastón y en la otra un libro, a sus pies se sitúa el típico
marrano. En la hornacina central el banco, como ya hemos dicho, se sitúa una
imagen gótica de la Virgen con el Niño, conocida como Virgen de
Carraquintanilla o de Quintanilla, en relación con un pago despoblado del
término municipal, en el que consta que existía una ermita advocada de Santa María.
La Madre, entronizada, sirve, asimismo, de trono al Hijo. El trono tiene forma
de banco decorado con molduras y con un cojín. El Niño hace el gesto de
bendecir, mientras que en la mano derecha porta un libro. Dadas las vestimentas
se le podrían fechar en la primera mitad del siglo XIV.
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San Andrés |
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Virgen de Carraquintanilla |
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San Antón |
En
la hornacina central del primer cuerpo se sitúa San Pedro in cátedra, patrón de
la iglesia, y por lo tanto a quien está dedicado el retablo. Justo encima de
este, ocupando los dos cuerpos superiores se desarrolla un Calvario. Tanto las imágenes
de la Virgen y San Juan de este Calvario, como las de San Pedro, San Andrés y
San Antón se relacionan con el escultor Juan Ortiz el Viejo I, mientras que el
Crucifijo está atribuido a Francisco Giralte, seguidor de Alonso Berruguete. Se
las pueden fechar en torno a 1540-1547. Este Crucifijo no es el original del
retablo, sino que fue colocado ahí tras la restauración del retablo, el
anterior se conserva encima de la cajonería de la sacristía.
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San Pedro in Cátedra |
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Calvario |
Sin
duda lo más interesante del retablo, al menos para mí, es la serie de doce
tablas que completan la decoración del retablo. De abajo a arriba y de
izquierda a derecha representan los siguientes temas: Primer cuerpo: Liberación
de San Pedro por un ángel, Quo Vadis, Crucifixión de San Pedro, Decapitación de
San Pablo. Segundo cuerpo: la Anunciación, la Visitación, la Natividad, la
Epifanía. Tercer cuerpo: Oración del Huerto, el Beso de Judas, el
Descendimiento y la Resurrección. Como podemos ver se desarrollan tres ciclos:
en el primer cuerpo la vida de San Pedro, completada con una escena de San
Pablo; en el segundo cuerpo la Vida de la Virgen y en el tercer la Pasión,
Muerte y Resurrección de Cristo.
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Liberación de prisión de San Pedro por un ángel |
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Quo Vadis |
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Crucifixión de San Pedro |
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Decapitación de San Pablo |
Las
pinturas han sido estudiadas por el profesor Martín González. Según Parrado del
Olmo “son de apreciable calidad, aunque
se detectan dos estilos”: las seis del lado del Evangelio nos muestran a un
maestro muy influido por la obra de Juan de Flandes, con tipos dulces y
composiciones estáticas. Este maestro pudiera ser Juan de Tejerina, discípulo
del referido Flandes, que trabaja al servicio de éste en algunas de las
pinturas del retablo mayor de la catedral de Palencia.
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La Anunciación |
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La Visitación |
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El Nacimiento |
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La Epifanía |
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