EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE BERCERO. Un ejemplo de compañía entre ensambladores y escultores
Hoy
trataremos sobre un buen retablo del siglo XVII, que tiene la particularidad de
ser una obra de colaboración entre tres artistas: un ensamblador, Pablo de
Freiría, y dos escultores, Francisco Díez de Tudanca y Juan Rodríguez;
asimismo, es el conjunto de esculturas más completo conservado de Díez de
Tudanca, escultor muy celebrado hace unas décadas, pero que según vamos
conociendo obras suyas, su consideración va decreciendo. Quizás su mayor mérito
fue el de instruir a dos grandes escultores: José Mayo y, sobre todo, Juan de
Ávila, el gran maestro castellano del último cuarto del siglo XVII. Vayamos al
grano:
El
31 de agosto de 1657 el ensamblador vallisoletano Pablo de Freiría, uno de los
máximos representantes del retablo pre-churrigueresco, se concierta con “el
licenciado Alonso Paramato beneficiado de preste de las iglesias del lugar de
Bercero y Pedro del Valle mayordomos eclesiástico y seglar de dichas iglesias y
los licenciados Martín García y Joseph Ramos cura y beneficiados de dichas
iglesias” para realizar el retablo mayor para la iglesia de Nuestra Señora
de la Asunción debido a “la indecencia con que está la custodia del
Santísimo Sacramento”. Una vez sacada la obra a
pregón Pablo de Freiría la dejó en 17.500 “y por no haber habido o quien
hiciese baja en la dicha obra y retablo se remató en el susodicho”,
comprometiéndose a darla finalizada en el mes de febrero del año 1660.
Un
par de meses después, el 11 de octubre de 1657, el escultor Francisco Díez de
Tudanca contrata, en compañía del también escultor Juan Rodríguez, la obra de
escultura del retablo. Ya en la Visita de 1657 se
mandaba hacer este retablo y para ello se encarga que se busquen “maestros
peritos”. La obra iría a pregón. En la Visita del año siguiente se dice que
el retablo antiguo “era de pinturas antiquísimas al presente se está
haciendo un retablo de talla y pirámides enteras”. En 1687, ya estaba
dorado. En 1725, se componía y se limpiaba. En 1755, lo desmontaron y volvieron
a montar, para permitir las obras de embaldosado.
La
traza es muy conservadora ya que se estamos hablando de un ensamblaje
clasicista. El propio autor de la arquitectura indicaba que se debía hacer “conforme
manda Viñola”, lo que indica la sujeción a modelos manieristas romanos,
integrantes del mundo artístico del clasicismo vallisoletano.
Se organiza mediante un banco que soporta el cuerpo principal formado; el
segundo cuerpo se resuelve como ático. En el banco, relieves de medio bulto,
dedicados a los Evangelistas, Santos Padres y otros santos. El cuerpo principal
se organiza en tres calles, separadas por columnas de fuste estriado, que
indican un orden gigante. En la calle central, hornacina rectangular, rodeada
por marco de piedras y gallones, con escultura de la Asunción. En la calle del
lado del Evangelio, esculturas de San Pedro y Santa Lucía. En la
Epístola, San Pablo y Santa Catalina. En el ático, gran hornacina
de medio punto, con el grupo del Calvario, coronado por el Padre Eterno
y paloma del Espíritu Santo. Rematando las calles laterales, esculturas
de San José y San Joaquín sobre pedestales.
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San Pedro |
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Asunción |
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San Pablo |
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Santa Lucía |
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Santa Bárbara |
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Calvario |
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San José |
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San Joaquín |
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Padre Eterno |
Conforme
al contrato a Tudanca, corresponden los relieves de San Buenaventura, San
Gregorio, San Juan Evangelista, San Mateo, San Lorenzo,
San Francisco, Santa Bárbara y Santa Brígida. Igualmente
las esculturas que ocupan el lado del Evangelio: San Pedro, Santa
Lucía, San José, el Calvario y en el frontispicio el Padre
Eterno y el Espíritu Santo. A Juan Rodríguez se deben los relieves
que representan a Santo Domingo, San Antonio, San Ambrosio,
San Agustín, Santa Polonia, San Blas, San Marcos y San
Lucas; así como las esculturas del lado de la Epístola: San Pablo, Santa
Catalina, San Joaquín y la Asunción de la hornacina central.
Francisco
Díez de Tudanca y su esposa Francisca Ezquerra “mujer moradores al pasadizo
de don Alonso”. Las tres figuras del Calvario debería de entregarlas para “quince
días después de Pascua de Flores” del año próximo de 1658. Las de San
Pedro, Santa Lucía y San José para el día de Todos los Santos de 1659. A costa
de Tudanca correría asimismo el poner las esculturas “en los nichos y partes
donde hubieren de estar y yo el dicho Francisco de Tudanca de asentar dichas
figuras a la dicha iglesia”. Entre los testigos firmantes aparece el
escultor Juan Rodríguez.
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San Juan Evangelista |
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San Gregorio |
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¿Santa Polonia? |
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San Agustín |
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San Marcos |
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Santo Domingo |
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San Francisco de Asís |
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San Lucas |
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San Lorenzo |
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San Mateo |
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¿Santa Catalina? |
A
pesar de ser obra en colaboración la escultura mantiene una cierta unidad
basada en la común medianía de sus autores que dificultaría, a no ser por la
documentación hallada, la identificación de sus respectivas intervenciones. Lo
más personal de Rodríguez es la Asunción del nicho central, con sus
característicos pliegues zigzagueantes. El trabajo de Tudanca ofrece, aun
dentro de su habitual tono, una línea de calidad superior respecto al resto de
su obra conocida. El Calvario, si le pertenece, sería lo más interesante
del conjunto. La obra muestra el estilo de dos maestros sumidos en el ambiente
general de la escultura vallisoletana de su tiempo, orientado hacia el
mantenimiento de los tipos y maneras de Gregorio Fernández, si bien con mayor
movimiento de los plegados.
BIBLIOGRAFÍA
- ARA
GIL, Clementina Julia y PARRADO DEL OLMO, Jesús María: Catálogo Monumental
de la provincia de Valladolid. Tomo XI. Antiguo partido judicial de Tordesillas,
Diputación de Valladolid, Valladolid, 1980.
- FERNÁNDEZ
DEL HOYO, María Antonia: “El escultor vallisoletano Francisco Díez de Tudanca
(1616 - ?)”, B.S.A.A., Tomo. L, 1984, pp. 371-388.
GRACIAS DE NUEVO UNA MIL VECES, LUIS Y FERNANDO: DESEO SABER si es posible, ¿QUE MISTERIO O RESPUESTA TIENE, LA FALTA DE UNA JAMBA O ADORNO, EN LA PARTE SUPERIOR DERECHA DEL PADRE ETERNO DEL ALTAR MATOR? Mucho he preguntado sobre ello y nadie me ha podido responder. UN SALUDO DE Isaías Dïez.
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