La
Casa del Marqués de Frómista fue otra de las innumerables pérdidas que sufrió
nuestra ciudad en la maldita década de 1960, en el que los dirigentes de la
misma y la piqueta redujeron a la nada la antigua ciudad histórica; los cuales
no solo no respetaron ninguna zona, sino que se cebaron especialmente con los
dos núcleos fundacionales de Valladolid: la plaza de San Miguel y la del
Rosarillo.
Fotomontaje de la Plaza San Miguel tomado de https://www.facebook.com/pages/Valladolid-Desaparecido/544459948909554?fref=photo |
Esta
noble morada se encontraba situada en la plaza de San Miguel, al comienzo de la
actual calle Gardoqui, antigua calle de la Sortija. Según Martín González, se
edificó a finales del siglo XV, y constaba de “una gran puerta de arco carpanel da entrada a un desahogado zaguán,
cuyo techo constituye una de las más apreciables y mejor conservadas piezas de
esta clase. Es de viguería, que apoya en zapatas de canes perfilados al modo
morisco; las partes bajas se decoran con estrellas. Las puertas del zaguán caen
desenfiladas, por lo que el patio no es visible desde la calle. Tiene éste
robustas columnas de fuste dórico, sin éntasis y labradas en una sola pieza.
Seguramente perteneció esta casa al Marqués de Frómista. Los capiteles
recuerdan precedentes góticos. Una decoración de tallos entrelazados con su
fruto se encierra entre un toro y la pieza superior octogonal. En los frentes
se protege el capitel con escudos, en la actualidad picados. Las zapatas poseen
triple modillón mudéjar”.
Situación de la Casa del Marqués de Frómista en el plano de Bentura Seco (1738) |
La Casa del Marqués de Frómista durante su derribo |
A
lo largo de los siglos, y como en todos los edificios, su estructura se
resintió y necesitó de obras que la afianzara. Efectivamente, en 1575 el
carpintero Domingo de Azcuitia se encargó de hacer las obras “que por autos y
mandamientos de los señores presidente y oidores de la Chancillería están
mandadas aderezar y reparar” en las casas del marqués de Frómista por la
suma de 1.500 ducados.
Don
Luis de Benavides, señor de Frómista, San Muñoz y Matilla, y doña Aldonza de
Bazán, cuñada del conde de Miranda, fueron padres de don Jerónimo de Benavides,
el cual en 1553 al fallecer su padre heredó el mayorazgo que había fundado en
1534 don Gómez de Benavides. Entre las propiedades que le correspondieron al
heredero, que en 1559 sería creado marqués de Frómista, figuraban “unas casas principales
en esta villa, frontero de la iglesia de San Miguel y otras pequeñas junto a
ellas”, valoradas en más de 10.000 ducados.
Techumbre del zaguán |
Tras
los referidos reparos realizados por Azcuitia, en 1590 la casa fue arrendada a
don Antonio Enríquez, recibidor de la Orden de San Juan, describiéndose sus
linderos, por la derecha, casas de Bartolomé de Bustamante y, por la izquierda,
casas de los capellanes de doña Mencía de Guevara.
A
mediados del siglo XVIII la casa pertenecía a doña María Dominga Téllez Girón
Fernández de Velasco, marquesa de Frómista, Caracena, Berlanga y Toral, que
residía en Madrid y Canesi señalaba que el edificio se hallaba situado “frente de la puerta
accesoria de la parroquia de San Miguel, y calle que va a las Brígidas”.
Disponía de cuarto bajo y principal y sus medidas se estimaron en 40 x 45 varas
(33,20 x 37,35 m.), estaba alquilada y confrontada con casa del curato de San
Miguel y con otra que pertenecía a las memorias fundadas por doña Mencía de
Guevara.
Cuando
en 1850 se procedió a su venta, a censo reservativo, se indicaba que la casa
que se alzaba en la calle “de la Sortija
(ahora c/ de Gardoqui), señalada hoy con el
nº 8” y estaba muy deteriorada y sin alquilar. Se componía “de cuarto del
terreno natural, otro entresuelo y principal, patio y dos corrales; lindaba por
su fachada principal con la plazuela titulada de San Miguel, por su costado
derecho con casa del párroco o curato de San Miguel, por el izquierdo con otra
casa perteneciente a la capellanía del Dirige (sic), y por lo accesorio con el
convento de monjas de Santa Brígida”. El arquitecto Julián García hizo su
valoración y la adquirió por 36.666 reales don Ricardo Martínez Sobejano.
BIBLIOGRAFÍA
- MARTÍN GONZALEZ, Juan José: La arquitectura doméstica del renacimiento en Valladolid, Imprenta Castellana, Valladolid, 1948.
- URREA, Jesús: Arquitectura y nobleza: casas y palacios de Valladolid, IV Centenario Ciudad de Valladolid, Valladolid, 1996.
gracias por publicar el fotomontaje
ResponderEliminarMuchas gracias por la publicación. Me preguntaba si a esta panda de especuladores hijos de puta no podrían meterlos en la cárcel o sus negocios.También creo que no haría ningún mal demoler estas basuras constructivas de estos años. Esta arquitectura no ha respetado a sus antecesores ni a sus predecesores. Es indecente que se sigan manteniendo estas basuras urbanas en esta ciudad con tanta historia. Pierdo la prudencia, pero yo leo esto como la aniquilación gratuita de tus familiares, de tus antepasados. Tú ciudad no deja de ser tu familia, su arquitectura y patrimonio son parte de sus raíces, esta ciudad esta huérfana en muchos lugares.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo !!! Cuantos bellos edificios de Valladolid se han demolido y sustituido por "bodrios"
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