“La
vida en la pintura rusa del siglo XX. Colección Dolores Tomás. Fundación
Surikov” es una de las exposiciones más interesantes que han llegado a
Valladolid en los últimos años, si bien las exposiciones de la Sala Municipal
de Exposiciones de la Pasión suele contar con excelentes muestras, no hace
falta recordar la de La Belleza del Modernismo, la de la Galería Lelong, etc…
La muestra está siendo un rotundo éxito ya que en apenas 15 días han desfilado
por el interior de la otrora iglesia penitencial de Nuestra Señora de la Pasión
más de 7.000 personas. Sin duda ese éxito se basará en que se trata de una
exposición muy novedosa puesto que por estos lares apenas conocemos nada de la
pintura rusa, y menos de la denominada como “Realismo Socialista”. A ello
habríamos de sumar la calidad de muchas de las pinturas así como el hecho de
que los óleos se vean complementados por la presencia de otros objetos
populares rusos como son los huevos con escenas religiosas y las cajitas
decoradas. La exposición se mantendrá abierta hasta el día 28 de febrero. A
continuación hablaremos, tomando las palabras de Dolores Tomás, la comisaria de
la exposición, tanto de la muestra exhibida como de la Fundación Surikov, que
es la institución que cede las obras para el goce y disfrute de todos los
visitantes:
Para
comprender la pintura rusa y su historia es importante tener en cuenta la
evolución de occidente y la de Rusia. Antes de la primera guerra mundial los
artistas rusos viajaban constantemente mostrando un apetito voraz por las
innovaciones del cubismo parisino, el futurismo italiano y el expresionismo
practicado en Múnich y Berlín. Pero también iban a la busca de sus propias raíces
culturas; y la idea de un arte independiente con respecto a occidente comenzaba
a despuntar. El deseo de regresar a su punto de partida de formas primitivas
(al icono), pues en ellas se encuentran una percepción de la vida que resulta
más penetrante y directa, les lleva a crear la escuela nacional “El
Renacimiento de la pintura rusa”.
Los
pintores más renombrados de la vanguardia rusa fueron: Kandinsky, Chagall,
Goncharova, Larionov, Malévich, Popova, Rodchenko, Stepanova, etc. Todos ellos
se encuentran frente al problema de la búsqueda de un equilibrio entre las
innovaciones occidentales y sus propias raíces; pero fueron Larionov y
Goncharova los que hicieron frente a este dilema con una eficacia y creatividad
notables por su profundo conocimiento de ambos campos. En la primavera de 1912
y con la Exposición Neoprimitivista “La cola del asno” la parcela de la pintura
rusa queda perfectamente delimitada y su importancia reconocida. En 1915
Malévich da un paso dramático y expone 39 obras, completamente abstractas, con
planos de color parejos, anunciando: “Me
he transformado en el cero de la forma, y emerjo de la nada a la creación, al
Suprematismo, al nuevo realismo de la pintura, a la creación No Objetiva”.
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ALEKSEY BUTOV. Koljos (granja colectiva) (1965) |
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VLADIMIR ZAKHARKIN. Autorretrato (1947) |
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VADIM VELICHKO. Hermanas (1995) |
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VADIM VELICHKO. Retrato de una pintora |
Lejos
del torbellino artístico que tiene lugar en Centroeuropa, se desarrolla otro de
carácter social en Rusia: la Revolución de 1917, que marcará un antes y un
después en su mundo artístico. A partir de 1921, determinados artistas
significados se aprestan a denunciar el arte no figurativo como decadente,
complaciente e inútil. Incluso Tarabokin y Gan se atreven a pronunciar: “El arte ha muerto”. Todos los grupos
artísticos quedan desmantelados y reemplazados por la monolítica Unión de
Artistas (1923). Los creadores se encontraron enfrentados a una institución
poderosa que respondía eficazmente a las exigencias ideológicas, ejerciendo el
control sobre todo el contexto de la vida artística. El estado se había
convertido en el único mecenas, organizador y árbitro en materia de arte; y
nace el Realismo Socialista, que significaba el retorno a técnicas propias del
siglo XI, para dar forma a un instrumento didáctico, persuasivo y altamente
inteligible para el pueblo, y a él quieren mostrarle la magnitud de sus
puertos, fábricas, la grandiosidad de sus campos y cosechas, así como los
logros de la Revolución y sus héroes.
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VLADIMIR STROEV. El autobús (1985) |
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ALEKSEY POTAPOV. Una mujer a la mesa (1940) |
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KEROP SOGOMONYAN. Apunte "Durmiendo" (1995) |
Pero
el magma de la creatividad y la inquietud no ha muerto en sus artistas y, paralelo
a este movimiento del arte socialista, va naciendo otro sumergido en el que la
pintura comienza a ser un auténtico relato del diario de sus vidas, reflejando
los paisajes de su extenso territorio, las costumbres, laboriosidad y cultura
de sus gentes, así como sus escenas de familia.
La
exposición es una muestra de la magnífica colección de la Fundación Surikov,
reunida por Dolores Tomás durante largos año, la cual ha recorrido miles de
kilómetros para conseguir magníficas piezas de arte ruso gestado a partir de
1917, visión que se cierra con obras de la última década del pasado siglo XX.
La amplitud del fondo atesorado permite crear grandes bloques temáticos con
carácter propio que se complementen entre ellos, dando lugar a una completa
visión plástica sobre la realidad rusa del momento: el bello paisaje ruso, sus
costumbres y sus gentes, la realidad social surgida de las transformaciones
sociopolíticas, etc...
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PETR LITVINSKY. Plaza Roja (Torre Spasskaya) (1989) |
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PETR LITVINSKY. Plaza Roja (San Basilio) (1989) |
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ANDREY PODSHIVALOV. Un día de invierno |
La
Fundación Surikov es una entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo es difundir
la cultura y el arte ruso, y más concretamente la pintura rusa y soviética del
siglo XX. La promoción de este período del arte ruso, aún insuficientemente
conocido, ha sido la misión de Dolores Tomás durante los últimos 20 años, y la
Fundación representa el instrumento más adecuado y efectivo en orden a alcanzar
este objetivo. La Fundación está comprometida a contribuir a que las
generaciones de magníficos pintores que trabajaron en la opacidad de la extinta
Unión Soviética alcancen el reconocimiento y la posición en la historia del
arte que merecen. En total, atesora cerca de 4.000 pinturas que representan la
reciente historia de Rusia y la Unión Soviética, sus costumbres, paisajes y
realidades. En tal cantidad de obras pictóricas están representados 180
pintores, muchos de los cuales fueron maestros de las más importantes escuelas
en Moscú, San Petersburgo, Volgogrado, Nizhni-Nóvgorod, Yoshkar Ola, Samara,
Tula, Astrakan y Asia central. Estos artistas poseen gran delicadeza, y tienen
voz propia en sus trabajos, cercanos a los lenguajes universales del arte
occidental pero con rasgos y vinculaciones orientalizantes tan característicos
a ese gran país a caballo entre Oriente y Occidente.
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ALEKSANDR DANILICHEV. Día de sol (1958) |
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ABRAM KHARKOVSKY. 1º Septiembre. Inicio del curso escolar (1956) |
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VALERY SKURIDIN. Lenin en Káshino (1949) |
Muchos
de estos artistas fueron reconocidos con las más altas distinciones por el
Estado y por la Academia Rusa de las Artes con títulos tales como Artista
Honorífico o Pintor del Pueblo de la URSS, o más recientemente de la Federación
Rusa, junto con otros reconocimientos de las distintas repúblicas que
constituían la URSSS, y sus respectivas Academias. Algunos de estos artistas
tuvieron que mantener la mayor parte de su trabajo en la sombra debido a
circunstancias históricas. En sus obras permanecen leales a las tradiciones de
la Escuela de Pintura Figurativa Rusa. En la Colección podemos encontrar
géneros tales como naturaleza, retrato, costumbrismo y pintura de género,
paisaje y realismo socialista.
La
Colección cubre un periodo comprendido entre los años 1911-2003. Hay un menor
número de obras pintadas entorno a la Revolución Rusa o en el periodo entre
guerras, pero éstas son de gran valor. A partir de 1945 el número de obras se
incrementa sustancialmente, formando un magnífico conjunto de pinturas de la
segunda mitad del siglo XX. A finales del siglo, los trabajos de madurez de la
mayoría de los artistas, se funden con la obra de sus herederos naturales. Hoy,
estos artistas más jóvenes son representantes esenciales de la actual escena de
la pintura realista rusa.
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OLEG LEONOV. El armonista (1998) |
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VLADIMIR STROEV. Un día de sol (1976) |
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ALEKSANDR DANILICHEV. Lenin (1949) |
En
el año 2000, cerca de 200 obras fueron seleccionadas de entre aquellas que
constituyen la Colección. Esta selección fue presentada por el Ministerio de
Cultura de España en una exposición de tres meses en el antiguo Museo de Arte
Contemporáneo de Madrid bajo el nombre “Rusia siglo XX”. El objetivo de esta
selección era, y es, dar a conocer la vida diaria de la Rusia del siglo XX y
hacer visible el excelente trabajo de estos maravillosos artistas. Rusia
siglo XX es, así mismo, un homenaje a todos ellos y que, debido a
circunstancias sociopolíticas o históricas, trabajaron en la intimidad durante
un periodo esencial de sus carreras. Desde aquel momento, esta muestra de la
Colección ha sido exitosamente expuesta en 17 museos, palacios y espacios
expositivos en España, bajo el nombre “Rusia siglo XX / Rusia SXX”.
Adicionalmente a las pinturas, las exposiciones presentan interesantes piezas
del arte popular ruso, como son los iconos religiosos, los huevos pintados o
las cajas lacadas.
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