En la anterior entrada vimos como dos cuadros del Greco fueron vendidos por la Catedral a compradores foráneos. Pero éstos no fueron todos los cuadros del Greco que han estado, o están, relacionados con Valladolid. En la actualidad se "conservan" en la capital castellana 13 obras del genial cretense, siendo el único “propiamente vallisoletano” el conservado en el Monasterio
de las Descalzas Reales. El resto de ellos, un Apostolado completo, se
conservan en el Museo Nacional de Escultura, no proviniendo ninguno de los doce de
edificios o instituciones vallisoletanas, como más abajo veremos.
Además de estos hemos de sumar
otras tres pinturas que “han vivido” temporalmente en nuestra ciudad. Tenemos noticias
de que el pintor y filántropo vallisoletano Diego Valentín Díaz, el artista más
importante, junto a Gregorio Fernández, durante la primera mitad del siglo
XVII, poseyó un pequeño cuadro del Greco que representaba La Natividad. En la actualidad este óleo se da por desaparecido.
También debieron de estar en Valladolid dos cuadros con una misma temática: El Expolio. Uno de ellos perteneció al
Duque de Benavente, el cual fue inventariado en 1653 tras el fallecimiento del
noble; el otro era propiedad de la familia de los Méndez de Haro.
Aunque se desconoce el paradero de La Natividad propiedad de Diego Valentín Díaz, pongo esta a modo de ejemplo. Illescas. Hospital de la Caridad |
En la actualidad existen unas
veinte versiones, firmadas o atribuidas, que efigian El Expolio. Con toda probabilidad el del Duque de Benavente sea el
que se conserva en la actualidad en la Colección Stanley Moss, Nueva York (anteriormente
en la Colección Contini Bonacossi, Florencia); mientras que el de los Méndez de
Haro sea el custodiado en la National Trust, Upton House. Para los que estéis interesados
en las múltiples copias del Expolio
os recomiendo el siguiente enlace: http://www.villadeorgaz.es/orgaz-patrimonio-religioso-museo-expolio-4.html.
El Expolio. National Trust. Upton House |
El Expolio. Colección Stanley Moss. Nueva York |
BUSTO DEL SALVADOR
Volviendo a Valladolid, nos
encaminamos hasta el claustro de las Descalzas Reales. En él se conserva un
pequeño lienzo, tan solo 39 x 31 cm, que fue descubierto por Federico
Wattenberg y publicado por él mismo en sendos artículos de prensa –“Diario
Regional” de Valladolid, 13-X-1966 y “Ya” de Madrid, 25-IX-1966– en los que
proponía hipótesis sobre su posible ubicación originaria y relaciones con otros
trabajos del artista.
La pintura, que representa la
cabeza de Cristo, está evidentemente recortada de un lienzo más grande, seguramente
de una representación de El Salvador
de media figura como las que forman parte de la series de Apostolados que El Greco realizó en distintas ocasiones. Como
contraposición hay que decir que el cuadro vallisoletano no coincide
directamente, ni en modelo ni en actitud, con ninguno de los conocidos,
debiendo corresponder a un momento bastante temprano en la producción de El
Greco, a juzgar por la precisión de su modelado y la severa gravedad de la
expresión, que le acerca en cierto modo con algunos personajes del Entierro del Conde de Orgaz.
Con motivo de la exposición “El
Toledo de El Greco” celebrada en la Ciudad Imperial en 1982, el Profesor Pérez
Sánchez gestionó una restauración provisional. El cuadro fue entonces separado
de su bastidor, y una vez vuelvo a montar sobre un bastidor mayor, se pudieron
recuperar bandas pintadas que, estaban dobladas sobre los cantos del anterior,
cuya anchura aproximada oscila entre 0,5 y 1,7 cm. con lo que se ganó para el
efecto general una sensación mayor de aire alrededor del rostro. Por premura de
tiempo no se hizo más.
El impactante rostro de Cristo
clava la mirada directamente en el espectador. La cabeza, aureolada de un nimbo
romboidal, está modelada con rotundidad por una luz alta que deja en sombra el
lado derecho excepto la oreja visible, construida con pinceladas seguras y
unidas. El efecto escultórico se aprecia también muy claramente en el cuello y
en el pecho donde se marca con decisión la transición luz-oscuridad, lo mismo
que en la mejilla o la cuenca del ojo izquierdo de Cristo.
La mirada basa parte de su
poder hipnótico en unos toques blancos que captan el brillo y la transparencia
de unos ojos oscuros y melancólicos. La calidad extraordinaria se nota sobra
todo en la maestría del dibujo y en la vibración obtenida mediante pinceladas
muy delgadas, insistidas sin superponerse como rasgos de plumilla, con los que
se defina la textura de la barba o la carnosidad de los labios.
Todos estos rasgos llevan a
pensar en una fecha posible que se extendería desde mediados de la década de
1580 hasta diez años más tarde. En esta a la que pertenecen algunas de las
piezas más valoradas del Greco, se encuentran afinidades iconográficas y
estilísticas para El Salvador de las
Descalzas, como el nimbo –para Tiziana Frati aparecido por primera vez en el Apostolado Henke hacia 1586-90– y en la Cabeza de Cristo de la Galería Narodni
de Praga, que la misma estudiosa fecha en 1590-95. El brillo de los ojos se encuentra
en el Jorge Manuel de El entierro del
Señor de Orgaz cuya fecha se sitúa entre 1586-1588, así como en varias
imágenes de la Verónica de este
tiempo.
Nada se sabe sobre cómo llegó esta
pintura a Las Descalzas, aunque se podría pensar en que fuera un regalo de la
reina Margarita de Austria, quien, con su esposo el rey Felipe III, financió la
construcción de la nueva iglesia y su Patronato.
Cabeza de Cristo. Galería Nardoni. Praga. Foto tomada de: http://www.flickr.com/photos/26272321@N08/4235340638 |
Detalle de Jorge Manuel del Entierro del Conde de Orgaz. Toledo. Iglesia de Santo Tomé. Foto tomada de: http://soybellisimo.blogspot.com.es |
La Verónica. Toledo. Museo de Santa Cruz |
APOSTOLADO
En el Museo Nacional de
Escultura (desde 2002 están en depósito en el Museo de Bellas Artes de Oviedo) se conserva uno de los tres Apostolados,
más o menos completos que se conservan de Doménikos Theotokopoulos. Este que
nos ocupa, que perteneció al Marqués de San Feliz, es uno de los más antiguos y
de mayor calidad. Los lienzos, todos ellos de 70 x 53 cm. aparecen firmados con
las iniciales minúsculas griegas delta y theta. En algunos Apostolados del Greco además de los doce discípulos suele aparecer
el retrato del Salvador, en este de Valladolid ese no es el caso.
La representación de los doce
discípulos constituía un conjunto muy apropiado para ilustrar los muros de
sacristías, salas capitulares o aulas conventuales. Su iconografía,
individualizada por los atributos que a cada uno le fue asignando la tradición
y se con firmaron en la Contrarreforma, se difundió a través las series de
grabados. El Greco no recurre a
las fuentes disponibles en su época, sino que aporta su personal visión, tanto
en la elección de las actitudes y los atributos, como en las soluciones
formales, creando figuras arrebatadas por la trascendencia de su mensaje, de
rostros ensimismados y manos elocuentes, casi desaparecidos los cuerpos bajo
los amplios plegados e intenso cromatismo de los mantos.
BIBLIOGRAFÍA
- MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y PLAZA SANTIAGO, Francisco Javier de la: Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid II. Catálogo Monumental. Tomo XV, Diputación Provincial, Valladolid, 1987,
- PLAZA SANTIAGO, Francisco Javier de la: “El Salvador” en Las Edades del Hombre. Time to Hope, Fundación las Edades del Hombre, Valladolid, 2002
- PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso E.: El Toledo de El Greco, Ministerio de Cultura, Madrid, 1982
- WETHEY, Harold E.: El Greco y su escuela, 2 tomos, Guadarrama, Madrid, 1967
- WATTENBERG, Federico: Diario Regional (13-10-66) y Diario Ya (25-10-66)
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