Hoy
vamos a hablar de otro destacado escultor que se asentó en Valladolid a
comienzos del siglo XX y que aunque no era natural de la misma podemos
considerarle vallisoletano de adopción ya que viviría en ella más de la mitad de
su vida. Es decir, se trata de un caso similar a los ya vistos de los escultores Ángel Díaz, Dionisio Pastor Valsero, o del pintor Gabriel Osmundo Gómez. Si tuvierais conocimiento de alguna otra obra, dato o fotografía de este interesantísimo escultor os agradecería me lo hicierais saber.
El
escultor y militar José Martínez Oteiza nació en Estella (Navarra) hacia el año
1870. La llega a Valladolid fue propiciada por su carrera militar, la cual le
hizo residir en la ciudad del Pisuerga al menos desde el año 1906. Salvo un
breve paréntesis que transcurrió en Soria y en Alcalá de Henares, vivió hasta
su fallecimiento en 1942 en nuestra ciudad.
En
lo que respecta a su carrera militar, la primera noticia que poseemos data del
17 de noviembre de 1888. En aquella fecha el “El Rey (q. D. g), y en su nombre la REINA Regente del Reino” hace
constar al Capital General de Castilla la Nueva que se había “servido conceder el empleo personal de
alférez de Infantería, a los 16 alumnos de la Academia Militar”, entre los
cuales se encontraba Oteiza. Asimismo era voluntad de “S.M., que los alumnos referidos disfruten en el empleo que se les
concede, la antigüedad de 13 de julio del corriente año, para todos los efectos
que previene la real orden de 17 de noviembre de 1888”.
José Martínez Oteiza en su estudio modelando el retrato de un militar. Al fondo su escultura La Esclava |
Diez
años después, en 1898, poseyendo ya al grado de Capitán de Infantería, es
destinado a Pamplona. Con el mismo rango le veremos en 1906 en el Regimiento de
Isabel II de Valladolid. Fue por entonces cuando sintió que aunque su profesión
era la de militar, su verdadera vocación era la de la escultura, apuntándose
ese mismo año en la Escuela de Artes y Oficios, como más adelante veremos. En el
año 1910 asciende a Comandante, siendo efectivo el nombramiento a partir del
día 28 de mayo. Tres años después, el 17 de septiembre de 1913, la cruz blanca
de segunda clase del Mérito Militar. En 1921 alcanzaría la graduación de
coronel. En diciembre de este último año, aunque desconocemos si tendría algo
que ver con la reciente graduación, se le obsequia con un almuerzo en el Hotel
Inglaterra. El prestigio le acompañaba en sus dos facetas puesto que en esta
última noticia se le denominaba como “notable
escultor”.
El
1 de noviembre de 1922 llega la noticia de que se le acaba de nombrar
Gobernador Militar de la Provincia de Soria. El Noticiero de Soria se mostraba ilusionado con aquel
nombramiento, definiéndole como “sencillo
y caballeroso, el escultor Martínez Oteiza desea que en el lugar que hoy ocupa
se vea al cumplidor de las leyes y al hombre que con nuestro país quiere vivir
identificado al tomar medidas de carácter púbico. Vigila, trabaja y ama el
orden, para cumplirlo y hacerlo cumplir”. Además de este cargo ostentó la
Presidencia de la Junta Patriótica de Soria. Poco tiempo duraría en el cargo,
ya que a mediados de diciembre de ese mismo año cesaba en el cargo, eso sí,
Martínez Oteiza, al que se calificaba como “inteligente
y pundonoroso coronel”, dejaba “gratísimo
recuerdo de su actuación como Gobernador y grandes simpatías personales como
caballero”. La vinculación del
militar-escultor con Soria no desapareció, ya que en consta que en noviembre de
1926 consta que volvió “a pasar unos días
en nuestra capital”.
Retrato de D. Vicente de Mendoza Castaño, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Valladolid |
Pasando
a comentar ya su perfil artístico, ya referimos que en 1906 se matricula en la Escuela
de Artes y Oficios de Valladolid, donde estudia con profesores tan acreditados
como el madrileño Ángel Díaz o el gaditano Ramón Núñez. Probablemente la
decisión de matricularse tiene que ver con un deseo de querer proseguir unos estudios
iniciados tiempo atrás o con la intención de perfeccionar sus conocimientos.
Ese mismo año debió de hacer grandes progresos ya que se le otorga el Premio
Extraordinario de Composición Decorativa.
El
27 de septiembre de 1910 se celebró en Valladolid una retreta militar, en el
cual cada cuerpo de la guarnición debía de presentar su propia carroza. Oteiza
y el teniente Brena, que pertenecían a la guarnición “Isabel II” construyeron
una carroza titulada Salud a la Patria. El periódico
madrileño La Época la describía así: “Sobre
unos picachos álzase una arrogante matrona, que representa a España. A su
diestra aparece un león y al frente un soldado, en actitud de subir al
pedestal, saludando a la Patria. Cruces, banderas y emblemas del regimiento
completan el decorado”.
Autorretrato |
El
regimiento de Ingenieros hizo otra “que
representa un castillo roquero, detalladísimo, sobre cuyas torres se ve un
aeroplano”, de la cual fueron autores los tenientes “Parellada y Zorrilla y el escultor vallisoletano Sr. Argüello”,
este último no será otro que Tomás Argüello. Los Artilleros presentaron una
copia, en miniatura, del Alcázar de Segovia, descansando sobre unos cañones.
Los lanceros de Farnesio reproducían el castillo de Blanjo, adornado con las
armas del Cuerpo. Las fuerzas de Administración militar han hecho una carroza
que figura un horno de campaña. La comitiva la cerraba una carroza titulada Patria,
que también se debía al escultor Tomás Argüello.
En
1911 concluye un Monumento al heroico general gerundense José Marina Vega, que
se había distinguido en Cavite y Cuba y que por esos días ocupaba la Capitanía
General de Castilla la Nueva. El monumento, que estaba destinado al Museo de
Infantería de Toledo, se componía de un pedestal, sobre el que colocó el
artista el busto del general, junto al que situó el “bravo león español apoyando sus zarpas sobre las cumbreras africanas y
el glorioso pabellón de la Patria rodeando una gran parte del monumento,
viéndose a un lado un precioso desnudo que representa al comercio”.
Busto recostado |
En
ese mismo año realiza una medalla destinada al Museo de la Infantería,
aunque dibujada por él, fue fundida por la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera,
que se ofreció a realizarlo gratuitamente.
Para
la Academia de Infantería de Toledo, realiza en 1912 “una artística lápida, obra
del comandante de Infantería y notable escultor Sr. Martínez Oteiza, lápida en
la que los supervivientes de la General honran la memoria de los compañeros que
rindieron su vida en los campos de batalla”. Realizado en altorrelieve,
entre dos figuras alusivas a la Patria y al Valor, representó el busto de un
oficial muerto, cubierto con un sudario sutil. El diario El Eco Toledano, que decía que la lápida era “en honor de todos cuantos procedentes de la General rindieron su vida
en holocausto de la Patria”, señalaba asimismo que poseía una inscripción
en el centro: “A los compañeros que
hallaron gloriosa muerte en el campo de batalla, los supervivientes de la
Academia General Militar”. La lápida fue colocada en el patio del Alcázar
el día 4 de marzo.
Retrato de Segismundo Moret |
Aquel
mismo año regaló a su propio Regimiento “un
magnífico medallón en el que destaca en
bajo relieve la figura de la reina Victoria”, que fue calificado como “de asombroso parecido y acertada ejecución”.
Se colocó en el despacho del Coronel del cuerpo. Todavía en este mismo año
concurriría a la Exposición Regional de Bellas Artes, en donde presentó cuatro
obras de muy diferentes temáticas: simbólica (Abril despierta), Estudio
de desnudo, retrato (Busto retrato) y asuntos de
actualidad (En el terreno). De todas formas la faceta en la que destacó fue
en la de retratista.
Medallón del Capitán Ripoll |
Sus
preocupaciones artísticas le hicieron formar parte de la recién creada sociedad
“Arte Castellano” que dirigía el dibujante Ricardo Huerta, y en la que Oteiza
fue su primer secretario. En la Exposición que organizó en 1915 esta asociación
de artistas participó con varias obras –Retrato de Segismundo Moret, Torso
de hombre, Retrato y Desnudo femenino– y el crítico de
arte Carlos Rodríguez Díaz observó que “Oteiza
demuestra que sigue estudiando, que busca dificultades para vencerlas, que
modela a conciencia, cuidándose poco de cuanto no signifique estudio”.
Además
de trabajar en barro y yeso se conocen varias obras realizadas en granito: se
trata dos monumentos funerarios conservados en el cementerio de Valladolid. El
primero es un Cristo yacente (1919) colocado en el panteón de don David, y el
segundo en una patética figura de mujer, implorante y dispuesta en forzada
posición, titulado Hágase tu voluntad, encargado hacia 1923 por la familia Gallego
Gómez.
Hágase tu voluntad |
El
14 de julio de 1920 publica el diario La
Vanguardia que en otoño de ese mismo año, “coincidiendo con la visita de los Reyes a Valladolid, se inaugurará una
exposición de obras del pintor don Raimundo Castro Cires y del escultor
teniente coronel de infantería don José Martínez Oteiza”.
Indica
Urrea que la afición taurina vallisoletana pensó en nuestro escultor cuando
esta tuvo la intención de levantar un monumento funerario a la memoria del
torero vallisoletano Félix Merino, trágicamente muerto a consecuencia de una
cogida sufrida en la plaza de toros de Úbeda (Jaén); sin embargo el proyecto
popular fracasó. No obstante Oteiza modeló un busto de Félix Merino “en
yeso, de tamaño natural y de notable parecido”, el cual se lo regaló a los
familiares del diestro.
Retrato del torero Felix Moreno Obanos |
Todavía
en 1935 concurrió a la Exposición de Artistas locales organizada por el Ateneo,
con una obra titulada La esclava, definida como “formidable desnudo e indiscutiblemente su
creación de mayor calidad”. Unos meses más tarde el Centro Republicano de
la Juventud Radical vallisoletana instaló en sus locales una escultura de la República
Española que había realizado el escultor. El Norte de Castilla, en su tirada del día 2 de agosto de ese año,
ofrece una minuciosa descripción de la misma, aunque por fortuna poseemos una
fotografía: “El escultor José
Martínez Oteiza regala al Centro Republicano Radical de Valladolid una figura
de la República, gentil matrona tocada muy artísticamente con el gorro frigio,
aparece sentada y a su lado, como cobijadas por su manto, están los cuarteles
del escudo de España, el león y el castillo, las barras de Aragón y las cadenas
de Navarra y a sus pies, la granada. El conjunto no puede ser más acertado, es
indudablemente la más lograda representación de la República española que hasta
el presente hemos vistos”.
La República Española |
Con
destino al Casino Republicano modeló un busto del ministro de Estado Alejandro
Lerroux, “obra de gran técnica y perfecto
parecido”. Las últimas obras que conocemos de su mano son un retrato del Presidente
de la República, Sr. Azaña, un busto del industrial F.
Battaner; y en 1937 el retrato del General Mola, que se conserva en el
Ayuntamiento. Martínez Oteiza falleció en 1942.
BIBLIOGRAFÍA
- BRASAS EGIDO, José Carlos y URREA, Jesús: Pintura y escultura en Valladolid en el siglo XX (1900-1936), Ateneo de Valladolid, Valladolid, 1988.
- URREA, Jesús: La escultura en Valladolid (1850-1936), Caja de Ahorros Popular de Valladolid, Valladolid, 1984.
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