La iglesia penitencial de San Antonio
Abad, conocida popularmente como “San Antón”, formó parte primitivamente de uno
de los numerosos hospitales con que contó la entonces Villa de Valladolid. Este
hospital se fundó con objeto de recoger y cuidar en él a los pobres que
padecían cáncer u otras enfermedades cutáneas. La iglesia estuvo situada en lo
que entonces fue la calle de Clérigos Menores, después de San Antón y
finalmente de Simón Aranda, estando ubicada junto al Colegio de Padres Jesuitas
de San Ambrosio. La entrada principal al templo se realizaba por la antedicha
calle de Simón Aranda, aunque durante algún tiempo también tuvo una puerta de
acceso por la actual calle del Santuario.
Fotografía de Laurent (1874) en la que se puede ver el Colegio de San Ambrosio y al fondo la testera de la iglesia de San Antón |
La iglesia se fundó gracias a la
generosidad de Francisca de Taxis “mujer
que fue de Mateo de Taxis correo mayor que fue de su magestad”, los cuales
la eligieron asimismo como lugar para su enterramiento. En su testamento
encargaba a su testamentario, el Doctor Ruesta, que se ocupara de buscar a un
arquitecto o maestro de cantería que construyera, o quizá reconstruyera (no
queda muy claro en los documentos si ya existía una iglesia anterior), la
iglesia de San Antonio Abad.
Ubicación de la iglesia de San Antonio Abad según el plano de Ventura Seco (1738) |
El 4 de junio de 1541 se firmó la
escritura por la cual, Pedro de la Henestosa
“maestro de cantería vecino de la
villa de Henestosa que es en el Condado de Vizcaya” se obligaba a que haría
“en la noble villa de Valladolid en la
iglesia de señor San Antón (…) una
capilla de cantería toda muy bien labrada y puesta en toda perfección conforme
a una traza que de ella está hecha y firmada del muy Reverendo señor doctor
Ruesta Inquisidor general”. Asimismo aseveraba que había de “ser hecha y acabada la obra de la iglesia de
señor San Antón (…) que ahora
nuevamente se quisiere hacer (…) acabada
en toda perfección”. La obra debía de realizarse según “una traza que yo Pedro de la Nestosa maestro
de cantería doy (…) hecha en un
pliego de papel y firmada de mi nombre [expresa que ha de haber cuatro
capillas, los detalles con arreglo al
pitipié de la dicha traza, las paredes de piedra]”. Henestosa se podía
aprovecharse “de todo el despojo que
quitare para hacer la dicha obra (…)”.
Detalle de la testera de la iglesia de San Antonio Abad |
Henestosa, que se obligaba a realizar
toda la obra por 2.000 ducados de oro, prometía comenzar a construir la iglesia
el día de San Miguel de ese mismo año de 1541, acabándola en el mismo día del
año 1543.
En 1572 el templo sufrirá unas
modificaciones importantes. En dicho, Hernán López de Calatayud adquiere una
capilla de la iglesia (a los pies de la misma, en el lado de la epístola), la
cual manda edificar al arquitecto Juan de la Vega, con quien se concierta el
día 16 de abril de ese mismo año. La obra no se limita solamente a la capilla,
sino que rehace todo el cuerpo de la iglesia hasta el crucero; terminando los
trabajos en 1574. Juan de la Vega “vecino de la villa de Valladolid a más de
treinta años (…) de edad de cincuenta
y ocho años”, se comprometió a “hacer
y edificar una capilla con su coro y sacristía”. Para ello “ha hecho la traza y condiciones (…) que el cuerpo de la iglesia que el dicho
Hernán López ha de hacer y edificar (…) conforme
a la traza que este testigo a hecho”. La iglesia debía de encontrarse en
tan mal estado que Juan de Nates llegó a decir de ella que “está muy vieja a manera de ermita”.
El año de conclusión de las obras, 1574,
se podía constatar gracias a una inscripción que recorría la cornisa de la iglesia:
“A HONRA GLORIA DE DIOS PARA SV SERVICIO I POR DEVOCION DEL GLORIOSO SAN T
ANTONIO REDIFICON ESTA SV IGLESIA EL YLLVSTRE SEÑOR (aquí hay muchas letras
borradas con yeso) VILLA AÑO 1574”. Debajo del coro se podía leer otra
inscripción: “CANIA TE DOMINO CANIICVM NOBVM & Z MIRA BILIAL”.
Algunos cronistas definieron la iglesia
como “toda de piedra, de una sola nave,
bastante capaz, de orden gótico”, una pena que nosotros no podamos
corroborarlo. Sea como fuere, la iglesia, que poseía una única nave, dibujaba
una planta en forma de cruz apenas indicada. La parte más antigua estaba
cubierta por una bóveda de crucería estrellada sobre arcos ojivos, apeados, así
como los nervios, por columnas y repisas en los ángulos. En su techumbre se
conservaban escudos dorados con las armas del fundador. La obra realizada entre
1572- 1574 (cuerpo de la iglesia y Capilla de los Calatayud) se diferenciaba de
la del resto de la iglesia en que utilizaba apoyos cuadrados, aunque la
cubierta era igual, es decir, bóveda estrellada, con mensulillas angulares de
apoyo.
Reja de acceso a la Capilla de los Calatayud. A la derecha la tribuna, bajo ella estaría la entrada a la iglesia |
Pudiera resultar extraña, debido a lo
avanzado del siglo, la utilización de la bóveda de crucería así en la iglesia
como en la capilla mencionada y en el coro de ésta; pero hay que entender que
el arquitecto Juan de la Vega siguió el mismo estilo de la capilla mayor que
estaba en pie, a la vez que los muros son lisos, y las pilastras corresponden a
la arquitectura clásica.
Sobre la fachada principal no podemos
decir casi nada, pues no aparecen descripciones ni poseemos documentos
fotográficos. Solo se sabe que debía de presentar varios escudos de armas de
los fundadores, y asimismo en el centro se elevaría un sencillo campanario de
ladrillo en forma de espadaña.
A finales del siglo XVIII, o comienzos
del XIX, la iglesia sufrió alguna reforma, puesto que algún historiador indica
que “la modelatura de toda la parte baja
de la iglesia es neoclásica ya”. Durante los últimos años de existencia de
la iglesia, y una vez extinguidos los hermanos hospitalarios, sostuvieron el
culto de la misma las Cofradías de San Antonio Abad y Nuestra Señora de la
Piedad. Asimismo, el templo sirvió de parroquia de la de San Esteban el Real y
en ella se celebraron los cultos y fundaciones parroquiales de aquella desde el
28 de octubre de 1869 hasta el 27 del mismo mes de 1870, mientras se ejecutaron
en la citada parroquia las obras de reparación ocasionadas por el virulento
incendio que la destruyó el 27 de octubre del citado año 1869.
La iglesia, finalmente demolida el 28 de
abril de 1939, dio paso a un horripilante edificio dentro del cual se
estableció el teatro Cervantes. Hasta hace unos años estuvo a su lado un local
de Cáritas, el cual una vez derribado y realizadas excavaciones para construir
un aparcamiento permitió comprobar cómo aún quedaban ciertos restos de la
iglesia, y claro como no podía ser de otra forma en esta ciudad estos fueron
exterminados en su totalidad.
Como se ha indicado, Mateo y Francisca
de Taxis, primeros reedificadores y patronos de la iglesia, eligieron
enterrarse en ella. Pues bien, también estuvieron enterrados en ella don Pedro
Jiménez y su esposa doña María Martínez, vecinos que fueron de Valladolid,
según lo atestiguaba una inscripción esculpida en una losa de piedra que cubría
su sepulcro: “Esta sepultura es de D.
Pedro Jiménez y de María Martínez su muger y de sus herederos. Año 1.60”.
En el costado del lado del evangelio, dentro del presbiterio, se hallaba una
lápida conmemorativa, de mármol negro, y en ella con caracteres dorados, se
leía la siguiente inscripción: “A la
memoria del Ilmo. Sr. DON SANTIAGO GIRALDEZ Y ARMENDARIZ MENDOZA Y ACEBO
SALGADO Y TAXIS, Vizconde de Valoria,
Conde de Lérida, etc., Nació el 13 de Diciembre de 1771. Falleció el 6 de
Agosto de 1835. R.I.P. Sus restos mortales se hallan enterrados en la misma
sepultura Que guarda las cenizas de Doña Francisca de Taxis”.
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VER:
BIBLIOGRAFÍA
- ARIAS MARTÍNEZ, Manuel (coord.): Museo Nacional Colegio de San Gregorio: Colección / Collection, Ministerio de Cultura, Madrid, 2009 .
- CANDEIRA Y PÉREZ, Constantino: Guía del Museo Nacional de Escultura, Imprenta Gráficas Perdiguero Valladolid, 1945.
- COSSIO, Francisco de: Guía de Valladolid y provincia (1922), Grupo Pinciano, Valladolid, 1990.
- GONZÁLEZ GARCÍA VALLADOLID, Casimiro: Valladolid, recuerdos y grandezas (1900-1902), tomo I, Grupo Pinciano, Valladolid, 1980.
- MARTÍ Y MONSÓ, José: Estudios histórico-artísticos relativos principalmente a Valladolid, Imprenta Leonardo Miñón, Valladolid, 1901.
- MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José y URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XIV. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (1ª parte), Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1985.
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- URREA FERNÁNDEZ, Jesús: “Nuevos datos y obras del escultor Felipe de Espinabete (1719-1799), B.S.A.A., tomo LI, 1985, pp.507-510.
Enhorabuena amigo...
ResponderEliminarGran trabajo.
Muchísimas gracias. Espero que te guste también la segunda parte, que estará dedicada al interior de la iglesia.
EliminarEnhorabuena, siempre muy bien y muy interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias por acercarnos el arte que muchas veces pasa desapercibido.