jueves, 20 de agosto de 2020

EXPOSICIÓN: "CARMEN. Mujer y Mito. Colección Pedrera Martínez"


Hasta este Domingo se puede visitar en la Sala de Exposiciones de la Pasión la muestra "Carmen. Mujer y Mito”. Se trata de una buena oportunidad para realizar un recorrido por la pintura costumbrista española desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Destacan algunos nombres de primera fila como en que destacan algunos pintores como Joaquín Domínguez Bécquer (1818-1879), Raimundo de Madrazo (1841-1920), José Jiménez Aranda (1837-1903), Joaquín Agrasot (1836-1914), Eduardo Chicharro (1873-1949), José Villegas Cordero (1844-1921) o los maravillosos Eugenio Lucas (1817-1870) y Francisco Pradilla (1848-1921). La mayoría de estos pintores destacan por su minuciosa técnica en la que no se escapa ningún detalle, siendo, por lo tanto, deudores de Mariano Fortuny. Por cierto, no os perdáis los marcos, la mayoría son fantasía pura; y me atrevería a decir que en alguno de los casos es mejor el continente que el contenido.
 
Os dejo con el breve texto introductorio que se ha preparado para la exposición y con una selección de pinturas que preparé ayer al visitarla:
“La Carmen que conocemos no es la mujer contrabandista entre Gibraltar y la serranía de Ronda, inteligente como para hablar vasco y engañar al militar navarro don José. Pero así es como la presenta Mérimée, lejos de la que posteriormente recrearon los libretistas de Bizet: Meilhac y Halévy, quienes nunca pisaron nuestro país.
Mérimée no es un escritor más de los viajeros románticos. Es un profundo conocedor de España: de su historia, de las grandes diferencias entre sus regiones, de su literatura medieval, de sus gentes y especialmente del pueblo gitano y de su lengua. Además, en Francia es Inspector General de Monumentos Históricos y salva, desde su cargo, buena parte del pasado románico y gótico francés.
 
JUAN GIMÉNEZ MARTÍN. Galanteo en el parque de María Luisa (1881)
EUGENIO LUCAS VILLAAMIL. El contrato nupcial (1889)
PABLO SALINAS TERUEL. El sermón (1918)
JOSÉ M. GALLEGOS Y ARNOSA. El zapatero, Sevilla (1885)
PABLO SALINAS TERUEL. Coqueteando con el matador (1918)
JOSÉ VILLEGAS Y CORDERO. El descanso de la cuadrilla (1897)
Carmen rompe todos los estereotipos establecidos cuando Mérimée publica la novela. Picasso, 100 años después, en su constante búsqueda de la renovación, crea una serie en torno a Carmen cuyo resultado es del todo sorprendente. No aparece representada ni una sola escena y perfila los rostros con un virtuoso ejercicio de esquematización máxima, influido por los recientes descubrimientos que le ofrece la cerámica.
El costumbrismo que sostiene y alienta el texto de Mérimée crea una demanda en Europa y América por un tipo muy concreto de pintura que resalta los valores plásticos más que los narrativos, y sigue la senda del orientalismo y de la fama adquirida por Mariano Fortuny.
El detallismo descriptivo es enfatizado por el grupo de pintores españoles que se forman en Roma, como Villegas Cordero, Pablo Salinas o Gallegos Arnosa. También marcará las composiciones de los pintores españoles que se decantan por París, entre quienes destaca Raimundo de Madrazo.
Al gusto por las escenas de estética costumbrista se une la creación de espacios donde se detallan interiores, tal y como refleja Mérimée en su novela, y "tipos" españoles, como realiza Eduardo Chicharro, discípulo de Sorolla”.
 
LUIS JIMÉNEZ ARANDA. Momento de reflexión (1887)
JOAQUÍN DOMÍNGUEZ BECQUER. Fiesta campestre junto a una venta (1846)
EDUARDO CHICHARRO. El jorobado de Burgondo (1908)
ANTONIO MADRÍAS FABRES. Zíngara (1879)
JOSÉ ALARCÓN. Maja (1889)
FRANCISCO PRADILLA. Para mi boda. Encajera de bolillos (1915)
MANUEL GARCÍA RODRÍGUEZ. Un patio sevillano (1925)