jueves, 24 de mayo de 2018

EXPOSICIÓN: MURILLO Y LOS CAPUCHINOS DE SEVILLA


Tras viajar a Sevilla, y haber quedado totalmente prendado de la ciudad y sus gentes, no puedo por menos de dedicar este post a una maravillosa exposición que aún se está desarrollando en el Museo de Bellas Artes, que en origen fue el Convento de la Merced, y es precisamente en la que fuera iglesia conventual donde se desarrolla la exposición, concretamente en la capilla mayor y crucero, debajo de la magnífica bóveda completamente policromada. La exposición en cuestión es “Murillo y los Capuchinos de Sevilla”, y es uno más de las actividades que se están desarrollando en Hispalis con motivo del IV Centenario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682), el gran genio de la pintura barroca sevillana, si consideramos que Velázquez pertenecía al foco cortesano. Como en otras ocasiones he seleccionado los textos más interesantes de las cartelas. Solo queda que si podéis vayáis a verla, descubres que Murillo es uno de los pintores más grandes del Barroco europeo, y no ese pintor dulzón que durante varios siglos nos han hecho creer.

Murillo y los Capuchinos de Sevilla
Cuando se cumplen cuatrocientos años del nacimiento del pintor Bartolomé Esteban Murillo que tuvo lugar en los últimos días del año 1617, este museo rinde homenaje a uno de los grandes artistas del arte barroco español y el más significativo dentro de la dilatada historia de la escuela pictórica sevillana. Lo hace con la exposición del conjunto de pinturas que realizó para el convento de los Capuchinos de Sevilla, uno de los mejores ciclos pictóricos del siglo XVII español y una de las empresas más ambiciosas de las realizadas por el artista.
Esta muestra hace posible la reconstrucción de la totalidad de la serie, por primera vez, desde que la invasión napoleónica provocara su dispersión en el siglo XIX. A la mayoría de las obras, pertenecientes a la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla, desde la desamortización de los bienes eclesiásticos llevada a cabo en 1835, se unen los préstamos de diversas instituciones españolas y extranjeras, entre ellas la pintura más significativa del conjunto, El jubileo de la Porciúncula, lienzo principal del retablo del altar mayor. Su restauración se ha confiad a este museo y permanecerá en Sevilla durante diez años, gracias al préstamo realizado por el Wallraf-Richartz Museum de Colonia, actual propietario de la obra.


Murillo y los Capuchinos
El convento de Capuchinos de Sevilla, que aún se conserva, fue fundado en 1627 en una capilla extramuros dedicada a las santas Justa y Rufina donde, según la tradición, habían sufrido martirio. En 1665 los franciscanos contratan con Murillo la ejecución de las pinturas de la iglesia, y el pintor se aloja entonces con sus oficiales en el convento. En los últimos años de aquel año y gran parte de 1666, pinta y coloca el retablo mayor. Éste estaba presidido por El jubileo de la Porciúncula, rodeado por seis obras de asuntos devocionales, además de un San Miguel y un Ángel de la Guarda, también en la capilla mayor. La Virgen de Belén, llamada popularmente La Virgen de la Servilleta, realizada para el refectorio, y una Santa Faz, se incorporarán al retablo en el siglo XVIII. En los altares laterales del presbiterio se ubicaban La Anunciación y La Piedad.
Las obras se paralizan hasta 1668, año en el que Murillo comienza las pinturas de los retablos laterales de la nave de la iglesia, finalizadas en 1669, tres en el lado de la epístola y tres en el del evangelio, consagrados en su mayor parte a santos franciscanos, dispuestos en altares presididos por un solo cuadro. La serie se completó con la Inmaculada, llamada la Niña, que se encontraba en el coro bajo.

Reconstrucción del antiguo retablo mayor de los Capuchinos de Sevilla
SAN ANTONIO DE PADUA Y EL NIÑO (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN FÉLIX DE CANTALICIO CON EL NIÑO (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN JOSÉ Y EL NIÑO (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN JUAN BAUTISTA EN EL DESIERTO (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SANTAS JUSTA Y RUFINA (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN LEANDRO Y SAN BUENAVENTURA (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla

El jubileo de la Porciúncula. Historia de un cuadro
El jubileo de la Porciúncula presidió el retablo mayor del convento de Capuchinos hasta el inicio del siglo XIX. En 1810 es trasladado al Real Alcázar por el ejército francés y posteriormente a Madrid, para formar parte del museo promovido por José Bonaparte, quedando en la Real Academia de San Fernando, donde aparece registrado en 1813. El cuadro es devuelto a los frailes capuchinos de Sevilla en 1815. El deterioro sufrido por los lienzos de la serie obliga a la comunidad a encargar al pintor Joaquín Bejarano su restauración, que en pago recibirá el lienzo de El jubileo de la Porciúncula. Éste lo venderá al pintor madrileño José de Madrazo, a quien lo comprará, después de restaurarlo José Bueno y antes de 1832, el infante Sebastián Gabriel, cuya colección fue incautada por el gobierno en 1835 por su activo papel durante la rebelión carlista. El lienzo pasa a formar parte del recién creado Museo de la Trinidad de Madrid, abierto al público en 1838. En 1853 hay noticia de él en el Palacio Real, para copiarlo Isabel II.
En 1861 vuelve a manos del infante, que tras la revolución Gloriosa de 1868, se instala en la locdalidad francesa de Pau con el cuadro. Entre 1875 y 1898 estará en posesión de su hijo, que lo vende a los Amigos del Arte de Colonia, terminando por donación en el Wallraf-Richartz Museum. En 2016, doscientos años después, este magnífico lienzo regresa de nuevo a Sevilla, para ser restaurado por este Museo de Bellas Artes, donde permanecerá en préstamo hasta el año 2026.

LA ANUNCIACIÓN (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN FRANCISCO ABRAZANDO A CRISTO (h. 1668-1669). Museo de Bellas Artes de Sevilla
INMACULADA DEL PADRE ETERNO (h. 1668-1669). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN ANTONIO DE PADUA Y EL NIÑO (h. 1668-1669). Museo de Bellas Artes de Sevilla

Iconografía de la Porciúncula
Bajo la cúpula de la basílica de Santa María de los Ángeles de Asís (Italia) se aloja la capilla medieval de Santa María de la Porciúncula, lugar que constituye el núcleo de la historia y espiritualidad franciscana. En ésta fue fundada por San Francisco la orden de Frailes Menores. Allí vivió y murió el santo, se celebraron los capítulos generales de la congregación y Santa Clara recibió el hábito y fundó la orden de las Damas Pobres o Clarisas.
Esta obra narra el momento en que Cristo y la Virgen, rodeados por un coro de ángeles, se aparecen a San Francisco en dicha capilla en 1216, para conceder el jubileo o la indulgencia plenaria a todos aquellos peregrinos que la visitaran. La escena está representada desde un punto de vista cercano, como si el espectador fuera testigo directo del milagro.

ADORACIÓN DE LOS PASTORES (h. 1668-1669). Museo de Bellas Artes de Sevilla
SAN FÉLIX DE CANTALICIO CON LA VIRGEN Y EL NIÑO
SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA DANDO LIMOSNA (h. 1668-1669). Museo de Bellas Artes de Sevilla
PIEDAD (h. 1665-1666). Museo de Bellas Artes de Sevilla
INMACULADA CONCEPCIÓN DEL CORO, "LA NIÑA" (h. 1668-1669). Museo de Bellas Artes de Sevilla

miércoles, 16 de mayo de 2018

EXPOSICIÓN: "SOROLLA. Un jardín para pintar"


Actualmente se desarrollan en el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano dos exposiciones dedicadas a uno de los grandes genios de la pintura contemporánea, el valenciano Joaquín Sorolla (1863-1923). La primera de ellas, “SOROLLA. Un jardín para pintar” se celebra en las salas 3, 4 y 5 entre los días 28 de marzo y 24 de junio, y expone casi un centenar de óleos dedicados a jardines, así como algunos elementos del jardín de su casa madrileña; por su parte, “SOROLLA en su paraíso” es una exposición fotográfica sobre el artista, que podrá verse hasta el 17 de junio en la sala 8. En el presente post tan solo trataremos, mediante unos textos contenidos en el folleto de la exposición, la primera de las exposiciones.

Jardín de la Casa Sorolla (1919)
Jardines de Carlos V, Alcázar de Sevilla (1910)
El Grutesco. Alcázar de Sevilla (1908)
Jardín de la Casa Sorolla (1916)
Joaquín Sorolla (1863-1923) fue uno de los pocos pintores de su generación que obtuvo reconocimiento internacional. A comienzos del siglo XX, justo cuando París se alzaba como centro de la cultura y las vanguardias europeas, el pintor valenciano despuntó con lo mejor de su pintura. Fueron sus años de oro: recibió el gran premio de la Exposición Universal, expuso en la galería de Georges Petit, uno de los principales divulgadores de los impresionistas; participó en exposiciones en Berlín, Dusseldorf, Colonia, Londres, Nueva York, Boston, Chicago y San Luis. Su éxito en el extranjero apuntaló su éxito en España.
Nació en un hogar modesto de la ciudad de Valencia. Sus padres eran comerciantes de telas. Fallecieron ambos con una semana de diferencia en una epidemia de cólera, cuando Joaquín Sorolla tenía apenas dos años. Él y su hermano crecieron en casa de su tío, un cerrajero de profesión, que intentó enseñarle el oficio. Sorolla sin embargo estudió Bellas Artes en Valencia. En los años siguientes decidió trasladarse a Madrid. En esa década tiene su gran encuentro con la obra de Velázquez, en quien encuentra un tema de análisis y estudio. En este tiempo presenta sus obras en los grandes certámenes internacional, especialmente en las exposiciones de Berlín, Múnich y Viena, y en la Bienal de Venecia, y, por supuesto, en el Salón de París. Durante aquellos años afina su técnica y temática, pinta al aire libre, construye un estilo que integra el paisaje y las escenas de la vida cotidiana y en el que la luz se erige como protagonista. Su carácter mediterráneo, colorido y brillante recibe una muy buena acogida en Europa. Su pintura tiene un carácter vibrante, suelto y vigoroso que le valdrá no pocos reconocimientos.

Jardín de la Casa Sorolla (hacia 1917-1918)
Fuente y rosal de la Casa Sorolla (1918)
El patio andaluz de la Casa Sorolla (1918-1919)
Jardín de la Casa Sorolla (1918)
Su lugar de mayor impacto será la capital parisina. En 1893 recibe por primera vez un premio en el Salón de la Societé des Artistes con El beso de la reliquia, un cuadro que retrata una España atávica de sacristía. Dos años después, su imponente Regreso de la pesca es adquirido por el Estado francés para la pinacoteca del Palacio de Luxemburgo. En 1900 es la apoteosis ya que recibe el gran premio de la Exposición Universal, donde expone Triste herencia, un cuadro social y la explosión de luz que es Cosiendo la vela. Aquellos son los años de mayor reconocimiento. Sorolla celebra su primera exposición en solitario, con 450 obras, en la galería de Georges Petit, uno de los principales divulgadores de los impresionistas.
Sorolla incorporó a su jardín multitud de colores a través de especies típicamente meditarráneas. Árboles como el ciprés, el mirto, el naranjo, el limonero o el laurel, junto a flores como la rosa, el alhelí, la adelfa, el jazmín, el lirio y la cala, que se daban con gran exuberancia cuando el jardín gozaba de mucho sol.

La alberca, Alcázar de Sevilla (1910)
Patio de Comares, Alhambra, Granada (1917)
Fuente árabe del Alcázar de Sevilla (1910)
Jardín de la Casa Sorolla (1918-1919)
Detalle del jardín de la Casa Sorolla (hacia 1916)
Con el tiempo, la sombra de los árboles crecidos y los edificios altos de alrededor han creado otro clima, más húmedo y oscuro, perfecto para especies más atlánticas, como las azaleas, los rododendros y las camelias, que aportaban color en los rincones más umbríos.

viernes, 4 de mayo de 2018

REUNART. XXIV Exposición de Artes Plásticas y VIII Exposición de Fotografía


Un año más la Asociación Cultural de la Universidad de Valladolid “REUNART” (Reunión Universitaria Artística), que se encuentra compuesta por alumnos y ex-alumnos de la carrera de Historia del Arte de la citada Universidad, celebra su ya mítica exposición de Fotografía y Artes Plásticas. El primer objetivo que tuvo la Asociación, nacida en el año 1992, fue la organización de una exposición anual con el fin de mostrar la actividad artística que se desarrollaba dentro del ámbito universitario. Estas actividades servían a la vez como modelo de prácticas para los estudiantes, además de ser una actividad con buena acogida entre los artistas que se interesaron por la asociación y el público que visitaba la exposición. En la actualidad, la Exposición es el evento más importante que celebra durante el año, aunque organiza otros muchos: veladas artísticas, diversos ciclos de conferencias de variadas temáticas, etc.

Este año, y nuevamente con la colaboración del MUVa (Museo de la Universidad), y especialmente de su director, Daniel Villalobos, han organizado en el patio de la que fuera Casa de los Carrillo Bernalt o Casa de las Conchas, la XXIV Exposición de Artes Plásticas y VIII de Fotografía. La exposición reúne pinturas y fotografías realizadas por estudiantes y otros colectivos que han presentado sus trabajos a estos concursos. Este año es una verdadera lástima que no se haya presentado al certamen ningún/a escultor/a.

Los obras ganadoras del premio otorgado por el jurado han sido: Paisaje Roto de Castilla de Julia Gallego Valdés, en Artes Plásticas; y The view de Lara García Díez, en la sección de Fotografía. Por su parte, las obras ganadoras de la mención del público han sido: Who is who de Cristina Moro Muñoz, en Artes Plásticas; y Desnudos de Ana Mato Aranda, en Fotografía.
 
JULIA GALLEGO VALDÉS. Paisaje roto de Castilla. 81 x 150 cm. Técnica de óleo, lápices, carboncillo y barniz sobre madera
LARA GARCÍA DÍEZ. The View. 28 x 40 cm. Técnica en fotografía digital editada
CRISTINA MORO MUÑOZ. Who is who?. 100 x 25 cm. Técnica en Serigrafía
ANA MATO ARANDA. Desnudos. 38 x 50 cm. Técnica en fotografía digital editada
Personalmente, las obras que más me han gustado han sido The birds of A. Hitchcock de Cristina Moro Muñoz, y The View de Lara García Díez. Por ello, además de las reproducciones de la pintura y de la fotografía os dejo los excelentes comentarios de las mismas que han preparado para la exposición dos miembros de Reunart: Carla Cordero, y Victoria González.

The birds of A. Hitchcock
Alfred Hitchcock, genio y figura del cine de suspense que nos deleitó a lo largo de su extensa carrera de más de medio siglo con más de cincuenta películas, entre las cuales se cuentan joyas de la talla de Psicosis o Los Pájaros. Y es que si se habla de cine es prácticamente imposible no acordarse de este gran maestro, capaz de hacer aflorar el miedo hasta en el más impávido simplemente sirviéndose de un ave tan cotidiana como lo es un cuervo, y acompañado de este, para algunos terrible “amiguito”, es como nos lo muestra la autora de esta obra.
En ella apreciamos al director mirando desafiante a su acompañante, lo que, junto con una pincelada gruesa, empastada y con un ligero nerviosismo, busca mostrarnos el interior del propio director y la esencia de sus películas, una combinación repleta de misterio y del más perfecto caos.
 
CRISTINA MORO MUÑOZ. The birds of A. Hitchcock. 105 x 82 cm. Técnica en óleo y acríllico sobre tabla

The View
La mirada es una de las partes más importantes de cualquier retrato; especialmente aquellas que se fijan directamente en el espectador, aportando una sensación de vitalidad a la escena, como si en cualquier momento la figura fuera a parpadear. La modelo, destacada por su maquillaje oscuro, está dominada por una fría seriedad; y el efecto penetrante de sus ojos aumenta por la distorsión que provoca el agua de la botella. Este es un recurso muy utilizado por los fotógrafos para conseguir, de manera natural, la deformación de un rostro, hasta convertirlo en un ser extravagante y bizarro. Pero al contrario que en otras obras, como la Gioconda, en las que la mirada de la protagonista oculta algún secreto; los ojos de la mujer, en vez de ocultar sus propios misterios, parecen revelar los nuestros, pueden ver a través de nosotros con la misma facilidad y transparencia con la que atraviesan el vidrio y el líquido.

LARA GARCÍA DÍEZ. The View. 28 x 40 cm. Técnica en fotografía digital editada
Finalmente solo queda dar la enhorabuena a los premiados y las gracias a los que han presentado obras, pero también a los miembros de Reunart que se han implicado en la exposición, incluidos los que prepararon el exquisito banquete y canapés. Como no es lo mismo ver las obras por una web que en persona, os animo a ir a ver la exposición, que se mantendrá abierta entre los días 2 y 18 de mayo. ¡VIVA EL ARTE!
 
FERNANDO SÁNCHEZ CARNICERO "SÄNCAR". Engalanada. 100 x 100 cm. Técnica en óleo sobre lienzo
JUAN CARLOS CAMARERO CASADO. Recital de Blues. 73 x 60 cm. Técnica en óleo sobre lienzo
FERNANDO SÁNCHEZ CARNICERO "SÄNCAR". Niña en la playa. 116 x 77 cm. Técnica en óleo sobre tabla
JUAN CARLOS GONZÁLEZ MUÑOZ. Alegoría del Teatro. 100 x 80 cm. Técnica en acrílico sobre tabla
MIGUEL PASCUAL ARANDA. Si ya tengo un perro... 98 x 98 cm. Técnica en óleo sobre papel pintado
JUAN CARLOS GONZÁLEZ MUÑOZ. El poder de la palabra. 110 x 80 cm. Técnica en óleo sobre tabla
ANA LIDIA PAINO BLANCO. Young and beautiful. 50 x 40 cm. Técnica en papel fotográfico, edición con Photoshop, cámara Canon EOS 1300d
LARA GARCÍA DÍEZ. Simba. 28 x 40 cm. Técnica en fotografía digital editada
DIRECCIÓN: Sede del MUVa. Plaza de Santa Cruz, Edificio Rector Tejerina, justo enfrente del Colegio de Santa Cruz. HORARIO: De 10 a 14 horas y de 16 a 21 horas.
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