jueves, 15 de noviembre de 2018

EL CENOTAFIO DE LOS SANTOS VICENTE, SABINA Y CRISTETA EN LA BASÍLICA DE SAN VICENTE DE ÁVILA


El Cenotafio de los santos Vicente, Sabina y Cristeta, esculpido a finales del siglo XII, es una de las joyas escultóricas del románico español, y quizás europeo. Este magno conjunto, que en los últimos años ha sufrido una restauración que le ha devuelto su colorido original, pues se hallaba completamente, se conserva en la Basílica de San Vicente de Ávila, justamente bajo el cimborrio, cubriéndole, asimismo, un hermosísimo baldaquino gótico del siglo XV –en el cual parece que trabajó Sansón Florentino– y de gusto orientalizante que se relacionado con San Dionisio de París y con el arca de los Reyes Magos de la catedral de Colonia, así como con otros del valle del Mosa.
El cenotafio, realizado en piedra policromada, monta simula ser un edificio de planta rectangular y tres naves, la central más elevada. Todo el conjunto es soportado por una serie de cuatro arquerías –cuatro arcos pentalobulados en los lados largos, y dos lobulados en los cortos– que montan sobre columnas de fustes lisos, estriados, sogueados y perlados. Sobre los capiteles, y entre los arcos, se disponen una serie de relieves con monjes en actitud de “Ora el labora” –podemos ver a monjes copistas, músicos, rezando y encuadernado–, mientras que encima de las columnas de los ángulos, dos a dos, se disponen apóstoles en relieves de mayor tamaño.

Sobre estos capiteles, que sostendrían las hipotéticas naves laterales, monta un tejado decorado con escamillas circulares que sostiene un cuerpo central con otro tejado de escamillas, estas romboidales. Tiene este cuerpo torres cilíndricas rematando los ángulos y separando los relieves con la historia de los titulares del templo. En el lado norte, entre columnillas y bajo arcos trebolados se desarrollan las seis escenas –la última ocupa dos hornacinas– previas al martirio: 1º San Vicente es delatado ante el pretor Daciano; 2º San Vicente llevado a prisión, donde deja la huella de su pie que simboliza la firmeza de su fe cristiana; 3º San Vicente es visitado por sus hermanas Sabina y Cristeta, que le piden que huya; 4º Denuncia de las santas ante el pretor, que ordena su persecución; 5º Dos soldados a caballo persiguen a los fugados; 6º San Vicente, Santa Sabina y Santa Cristeta se dirigen hacia Ávila.
 
En el lado sur los arcos que cobijan los relieves son escarzanos y las torres están más simplificadas. Las escenas narran el martirio de los tres santos: 1º Los verdugos desnudan a los tres hermanos arrastrándoles por los cabellos; 2º Martirio en el potro aspado; 3º Martirio aplastando sus cabezas entre maderos, sobre ellos dos ángeles conducen sus almas en un lienzo hacia la mando de Dios que las bendice; 4º Una gran serpiente sale entre los cuerpos de los santos y se enrosca en el cuello de su delator, que suplica el perdón divino; 5º Milagro del judío: convertido el judío delator, entierra los cadáveres de los mártires en el lugar donde según la tradición se construyó el martyrium previo a la edificación de la basílica actual.
 
En el testero occidental se representa un Pantocrátor, o Cristo en Majestad, dentro de una mandorla mística. Con la mano derecha bendice, mientras que en la izquierda sostiene un libro. Le rodean el león y el toro del Tetramorfos. Puede que durante las reparaciones del siglo XV en que se instaló el baldaquino se perdieran los otros dos seres vivientes: el águila y el ángel. Bajo el Tetramorfos, entre dos atlantes, hay una abertura circular orlada en la que es tradición se ponía la mano en los juicios de Dios.
 

Finalmente, en el testero orienta se dispone una bellísima Epifanía distribuida en tres escenas: los reyes siguiendo la Estrella de Oriente, la Adoración propiamente dicha, y el episodio en el que se les recomienda, en sueños, no visitar a Herodes en su regreso. Sin duda, la Adoración es la composición más delicada del cenotafio, en el que destacan la serenidad de la expresión de la Virgen y la actitud elegante de los Reyes Magos.
 
La escultura contenida en el cenotafio, especialmente los relieves que cuentan el ciclo martirial de los tres santos destacan por su gran poder narrativo y por su minuciosidad descriptiva. Es un estilo vibrante, y que conceptualmente está más cerca del naturalismo gótico–como los detalles anatómicos tanto en desnudos como en personajes vestidos, los movimientos del cuerpo humano, las composiciones en perspectiva, etc.– que de la abstracción románica.

BIBLIOGRAFÍA
  • DE LA GARMA RAMÍREZ, David: Rutas del románico en la provincia de Ávila, Castilla Ediciones, Valladolid, 1999.
  • FERRER GARCÍA, Félix A.: Rupturas y continuidades históricas: el ejemplo de la Basílica de San Vicente de Ávila, siglos XII-XVII, Institución Gran Duque de Alba, Ávila, 2009.
  • GUTIÉRREZ ROBLEDO, José Luis y HERNÁNDEZ GARCÍA DE LA BARRERA, Ignacio: “Ávila. Basílica de San Vicente”. En GARCÍA GUINEA, Miguel Ángel y PÉREZ GONZÁLEZ, José María (dirs.): Enciclopedia del Románico en Castilla y León. Ávila, Aguilar de Campoo, Fundación Santa María la Real-Centro de Estudios del Románico, 2002.
  • LOJENDIO, Luis María de y RODRÍGUEZ, Abundio: La España románica III. Castilla 2. Burgos, Soria, Segovia, Ávila y Valladolid, Ediciones Encuentro, Madrid, 1979.
  • PARRADO DEL OLMO, Jesús María: Por tierras de Ávila, Lancia, León, 1985.
  • RICO CAMPS, Daniel: El románico de San Vicente de Ávila (estructuras, imágenes, funciones), Nausícaä, Murcia, 2002.
  • VV.AA.: Cuadernos de restauración 6. Cenotafio de San Vicente de la Basílica de los Santos de Ávila, Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, Valladolid, 2008.