RETABLO
DE LAS ÁNIMAS (Atribuido a Felipe Bigarny. Comienzos siglo
XVI)
Aunque
llegó al museo desde la iglesia de San Miguel de Reoyo, este enigmático retablo
procede en origen del desaparecido templo de San Salvador de Reoyo. Lo
denominamos enigmático por cuanto a lo largo del tiempo sus tablas se han
modificado de posición en numerosas ocasiones. Por ejemplo, en la foto que veis
en blanco y negro presenta el aspecto que aún tenía cuando se encontraba en la
iglesia de San Miguel de Reoyo, allá por la década de 1980. Como podéis ver se
trataba de un retablo descabalado al cual se habían unido elementos de
diferentes épocas: una pintura de la Virgen
de la Soledad del siglo XVII, un banco con pinturas renacentistas, e incluso
se aprecian en el ático, a los lados, las dos pequeñas tablas de San Jerónimo y San Juan Evangelista que se conservan en el museo y se atribuyen al
Maestro de Osma. De este mismo artista se guardaba una tercera tabla en el
Museo, la de San Miguel con los ángeles
caídos, pintura que en otras épocas también formó parte de este retablo. En
definitiva, este retablo era un “totum revolutum”.
|
Estado primitivo |
|
Estado actual |
Aunque
actualmente se conservan los relieves que lo conformaron, además de algunos elementos
de la mazonería primitiva, es preferible la forma en que se expone en el Museo
por cuanto no añade nada ajeno al conjunto. La disposición actual, que no
presenta los relieves según un orden lógico, presenta tres pisos con cinco
calles. No todos los relieves son del mismo tamaño, siendo los que se han colocado
en la parte inferior de la mitad de la altura del resto, no poseyendo, además,
la venera que remata a los otros. En el piso inferior figuran los relieves de
la Oración del Huerto, el Prendimiento, la Flagelación y el Camino del
Calvario. En el segundo cuerpo los del Descendimiento, Llanto sobre Cristo muerto, el Calvario,
el Santo Entierro y la Matanza de los Inocentes. El piso
superior sí que presenta mayor unidad temática ya que los cinco relieves tratan
episodios acaecidos tras la resurrección de Cristo: la Resurrección, la Cena de
Emaús, la Transfiguración, el Descenso a los infiernos y el Juicio Final. En los extremos del
retablo se conservan tres pilastras superpuestas, de mayor tamaño las
inferiores, decoradas con la típica decoración del primer renacimiento (grutescos,
motivos a candelieri, putti, etc.). Además de todo ello, en otra parte del
museo se conserva otra serie de elementos que pertenecieron a este retablo,
tales como cuatro pequeños clípeos en los que figuran rostros afrontados.
|
El Descendimiento |
|
La Resurrección |
|
La Cena de Emaús |
|
Llanto sobre Cristo muerto |
Como
señala Azcárate las figuras que componen los relieves están muy influidas por
el gótico, como lo demuestran su inexpresividad quebrada ocasionalmente en
alguna de las composiciones, o su canon corto y achatado. En cuanto a su
autoría se baraja la posibilidad de que hubiera sido esculpido por un anónimo
seguidor de Felipe Bigarny, sin descartar tampoco a Juan Ortiz Fernández. Sea
como fuere, tanto Portela Sandoval como José María Azcárate estiman que se
adscribe a una serie de creaciones pertenecientes al foco palentino de influjo
burgalés realizadas a principios del siglo XVI y que vienen marcadas por la
intervención personal de Bigarny y la fuerte influencia que los talleres
burgaleses ejercieron sobre toda Castilla la Vieja en los albores de la
centuria.
|
La Trasnfiguración |
|
Matanza de los Inocentes |
|
Camino del Calvario |
RETABLO
PLATERESCO
Retablo
de la iglesia de Santa María. Peñafiel
Este
retablo, que procede de la propia iglesia de Santa María, es más coqueto,
aunque por fortuna se conserva tal cual salió del taller del maestro que lo
realizó. Su estructura es muy sencilla ya que se distribuye a través de dos
cuerpos y tres calles, poseyendo una mazonería decorada con verdadero “horror
vacui”, no hay un solo centímetro del retablo que se encuentre sin labrar.
Nuevamente vemos los elementos típicos del retablo plateresco: putti, motivos a
candelieri, cabezas afrontadas, seres fantásticos, calaveras, frutas, elementos
vegetales, etc. Todo el conjunto remata en su parte superior por una pulsera
curva, y a los lados otras dos rectas. Es alucinante el repertorio decorativo
que podemos observar en ellas.
El
primer cuerpo presenta los relieves de la Imposición
de la casulla a San Ildefonso, tema muy frecuente en la retablística
pucelana, el Llanto sobre Cristo muerto, y San Juan ante Portam Latinam (se trata de
uno de los martirios a los que se sometió a San Juan Evangelista, concretamente
aquel en el que le metieron en una caldera de aceite hirviendo). Sirve de separación
entre ambos cuerpos un friso con cabezas aladas de serafines afrontadas. Ya en
el segundo piso observamos el Abrazo ante
la Puerta Dorada, la cual extrañamente no figura, la Presentación de la Virgen en el Templo, y el Martirio de Santa Catalina de Alejandría (se trata de la decapitación,
y no de las ruedas acuchilladas que es su martirio más conocido). Los relieves
se ven separados por columnas, otras dos de mayor tamaño y en esviaje sirven
para amoldar ambos cuerpos al friso semicircular superior cierra el retablo por
los extremos. Como en el anterior retablo, los relieves de éste también se ven
rematadas por veneras con las charnelas hacia dentro. Aunque pasan muy
desapercibidas son muy interesantes sendos rostros afrontados que figuran bajo
las columnas extremas. Sería muy sugestivo pensar que una de esas caras fuera
la del maestro que llevó a cabo el retablo.
|
Abrazo ante la Puerta Dorada |
|
Imposición de la casulla a San Ildefonso |
|
Presentación de la Virgen en el templo |
|
Llanto sobre Cristo muerto |
|
San Juan ante Portam Latinam |
En
cuanto a su cronología, parece que fue realizado hacia el primer cuarto del
siglo XVI, fechas que se corresponden con los de la elaboración de los retablos
platerescos. Diferentes investigadores lo ponen en conexión con un grupo de
obras palentinas de influjo burgalés (Portela Sandoval, Parrado del Olmo,
Weise). El profesor Parrado piensa que pudo ser tallado hacia el año 1521 por
Juan Ortiz el Viejo I. Del ensamblaje y la talla decorativa pudo ocuparse el
entallador palentino Pedro Manso, que solía trabajar en compañía con el
referido Ortiz.
BIBLIOGRAFÍA
- MARTÍN
JIMENEZ, Carlos Manuel y MARTÍN RUIZ, Abelardo: Retablos Escultóricos:
renacentistas y clasicistas, Diputación de Valladolid, Valladolid, 2010.
- VALDIVIESO,
Enrique: Catálogo Monumental de la
provincia de Valladolid. Tomo VIII. Antiguo partido judicial de Peñafiel,
Diputación de Valladolid, Valladolid, 1975.
No hay comentarios:
Publicar un comentario