viernes, 18 de diciembre de 2020

“La XVI Exposición “El Belén, sus personajes y sus símbolos” en el Convento de Santa Clara de Carrión de los Condes”. Por Enrique Gómez Pérez

 

El domingo 30 de noviembre de 2020, en la iglesia del Real Monasterio de Santa Clara en Carrión de los Condes, (Palencia), a las 12:00 h, tuto lugar la inauguración de la XVI edición del ciclo expositivo: “El Belén, sus personajes y sus símbolos”.

Esta muestra belenística de referencia a nivel nacional, cómo todo en este atípico 2020, se encuentra condicionada por la situación sanitaria. Así cumpliendo con la normativa actual, que limita en Castilla y león al 33% el aforo de los museos, la inauguración se redujo a un sencillo acto con cinco autoridades, uno de los comisarios de la muestra y un fotógrafo de prensa. Asistieron al acto inaugural la Senadora por Palencia doña Carmen Fernández, el Vicepresidente primero de la Diputación de Palencia don Luis Calderón, la Diputada de Cultura, Turismo y Deporte doña Carolina Valbuena, el Delegado del Servicio de Patrimonio don Javier Villafruela y el Alcalde de Carrión de los Condes don José Manuel Otero, quienes realizaron un recorrido por la muestra con uno de los dos comisarios del ciclo expositivo, don Enrique Gómez y un fotógrafo.

En esta nueva edición, son 81 los nuevos belenes donados a las clarisas y que los visitantes podrán contemplar integrados entre la colección permanente y la parte temporal. La colección pasa así a estar conformada por 1.927 belenes, aunque varios de ellos no están expuestos por falta de espacio. Esto motiva que algunas piezas se expongan unos años y no otros, por lo cual la visita siempre resulta diferente.  

Para esta edición, se ha realizado un protocolo de seguridad, para garantizar una visita segura a la muestra. Además del gel hidroalcohólico, mantener las distancias entre visitantes, etc. y de seguir los aforos permitidos, actualmente con el 33% son 20 personas máximo, se ha realizado un recorrido único. Este recorrido de sentido único, sirve para evitar los cruces o coincidencias entre visitantes y así igualmente poder mantener la distancia de seguridad. Por dicho motivo, la entrada a la exposición se realizará desde la iglesia conventual, donde se podrá orar ante el sagrario y desde allí se pasará al museo por la Sala de la grada. El recorrido continúa en la Sala del Pozo donde está instalado el Belén Monumental. De ahí se pasa a la Sala intermedia, que se ha dividido en dos con paneles, para marcar el recorrido. Después en la Sala Grande, se han movido algunas vitrinas de modo que el visitante siga forzosamente el recorrido propuesto hasta el final, donde se ha instalado el punto de venta de dulces, recuerdos y publicaciones, con sus mamparas de seguridad. Realizándose la salida del circuito propuesto por la entrada del Museo. Todo el recorrido queda señalizado con flechas para así evitar confusión en el visitante.

Esta exposición organizada por las Madres Clarisas de Carrión de los Condes, es posible gracias a que se cuenta con el apoyo y colaboración del Obispado de Palencia y la Diputación de Palencia, así como un nutrido grupo de colaboradores que quedan recogidos en el panel de agradecimientos instalado al inicio de la muestra.


Catálogo de la XVI Edición.

Los visitantes podrán adquirir el catálogo de esta edición. Este volumen XVI, editado por la Comunidad de Madres Clarisas de Carrión de los Condes (Palencia), al igual que los precedentes, ha sido redactado por Enrique Gómez Pérez y Juan Carlos Sánchez Gómez, comisarios del ciclo expositivo. Se acompaña de un amplio apartado gráfico realizado por el reconocido fotógrafo Javier Ayarza, mientras que el diseño y maquetación corresponden a la editorial palentina Cálamo. Posee 104 páginas, en las que se señalan las 81 nuevas incorporaciones de esta edición a la amplia colección de belenes del mundo que conforman este ciclo expositivo. Ente las novedades a destacar de esta edición se suma un Belén de Ucrania, donado por Santi Rodrigo, reputado belenista burgalés. Es este el único belén de ese país en la colección. Mariano Ramirez Iturralde, de Valladolid ha donado un curioso Belén de botones de Taiwán. Se añaden por tanto Taiwán y Ucrania, al largo listado de países o regiones representados en la colección y que se recoge, año a año y actualizado, en la última hoja del catálogo.

La portada de dicho catálogo reproduce un detalle de una obra murciana realizada por el taller belenista Serrano. Es un detalle de un singular misterio de barro policromado donde el arcángel San Miguel sostiene al Niño Jesús, ante la mirada de los arcángeles Rafael y Gabriel, antes de entregárselo a María y José. Se ha seleccionado este belén para la portada, en homenaje a la abadesa de las clarisas carrionesas, Madre Micaela Velón de Francisco, que este año cumple sus bodas de diamante como monja de clausura. Además los visitantes no verán este conjunto en una vitrina, sino que también se ha elegido este misterio para ser colocado en el Belén Monumental. Dicho misterio ha sido donado por unos colaboradores de Pontevedra: José Luis Rodríguez y María Luisa Rubianes.

Como viene siendo tradicional, al final de la muestra se ubicará un libro de firmas para los visitantes. En esta edición se les propone expresen en él, si desean que la muestra se cierre el 3 de febrero, tal y como se viene haciendo; o si prefieren que se mantenga todo el año prolongándose como un complemento más a la edición carrionesa de las Edades del Hombre y coincidiendo con el Año Santo Compostelano.

En función de lo que expresen y comenten los visitantes, la exposición se mantendrá sólo hasta el mes de febrero o continuará durante el tiempo en que estén abiertas las Edades del Hombre en la localidad. Queda así abierta esta opción de ampliar los tiempos de la muestra, para poder dar la oportunidad de volver a visitar el museo a todos aquellos turistas y peregrinos que año a año asisten puntuales a la cita anual con los belenes de las clarisas carrionesas.

Más información en: http://carrioneventos.blogspot.com/

lunes, 14 de diciembre de 2020

"Alfred Stieglitz y el inicio de la fotografía moderna". Por Juliana Gómez

 

A principios del siglo XX en la vida estadounidense apareció un nuevo espíritu de cambio, de disensión; y en algunas mentes, incluso de revolución. Las instituciones y las formas establecidas fueron sometidas a un escrutinio crítico que había sido poco común en la generación anterior. En este contexto se desarrolla la vida del gran Alfred Stieglitz. En su condición de fotógrafo, editor, coleccionista, galerista, mecenas y teórico luchará incesantemente para que la fotografía adquiera la carta de naturaleza artística. Stieglitz será una fuerza moldeadora singular para una nueva visión estadounidense de las artes y la cultura.

GERTRUDE KÄSEBIER, Alfred Stieglitz (1900. Glicerina sobre platino)

Alfred Stieglitz (1864 –1946) nació en Hoboken (Nueva Jersey) el primer día del año de 1864. Sus padres eran judíos de origen alemán que emigraron a Estados Unidos; su padre era teniente en el Ejército de la Unión y trabajaba como comerciante de lana. Stieglitz era el mayor de 5 hijos y el preferido, heredó una indestructible confianza en sí mismo, un deseo de ser el mejor en todo, el gusto por el trabajo encarnizado y un tono voluntariamente profético que irritará a más de uno. Después de estudiar en un buen colegio neoyorkino, en 1881, con 17 años, su padre vende su negocio de tejidos y toda la familia se establecerá en Alemania para una estancia de dos años. Allí comenzará una formación de ingeniería mecánica en la Technische Hochschule de Berlín.

ALFRED STIEGLITZ. Self Portrait (1886. National Gallery)

Tras haber leído todos los tratados de fotografía a su disposición, se inscribió en el curso del profesor Hermann Vogel, reputado químico que había descubierto el procedimiento ortocromático que permitía extender la sensibilidad del negativo a los colores principales. En estos momentos descubre que su gran pasión es la fotografía.

La estancia europea de Stieglitz durante los años 80, y los posteriores viajes a lo largo de toda su vida (por ejemplo, en 1894 con motivo de su casamiento con Emmeline Obermeyer) fueron determinantes para su futuro pues asistió al movimiento pictorialista, nacido en Inglaterra y que llegaría, merced a las publicaciones y exposiciones internacionales, a Viena, París, Hamburgo, Turín y demás capitales europeas. Realiza fotografías donde capta lo cotidiano, sobre todo de la vida campestre. Pronto su nombre empezó a sonar con cierta fuerza, ganó varios premios de fotografía en estos años y en 1887, escribió su primer artículo para la revista inglesa The Amateur Photographer, iniciando así otra de las labores que realizará a lo largo de su vida, la colaboración con revistas. 

ALFRED STIEGLITZ. The Last Joke - Bellagio (1887. MoMa)

En 1890 tras su vuelta a EEUU, Stieglitz se consideraba un artista, pero se negó a vender sus fotografías. Su padre le costeó un pequeño negocio fotográfico para que pudiera ganarse la vida en la profesión que eligió. Debido a que exigía imágenes de alta calidad y pagaba a sus empleados altos salarios, la Compañía de Grabado Fotocromo rara vez obtenía ganancias. Escribía con regularidad para la revista The American Amateur Photographer mientras realizaba fotografías con el objetivo pictorialista de crear arte, estudiando cuidadosamente las imágenes y dejando poco a la casualidad. Incluso en la técnica, pues agranda y encuadra un internegativo a fin de mejorar el enfoque, y lo tira sobre un papel de grano grueso para suavizar más el resultado, procedimiento que abandonará a partir de 1907. 

ALFRED STIEGLITZ. Winter - Fifth Avenue (1893. Cleveland M.A.)

En 1894 se casó con Emmeline Obermeyer (madre de su única hija, Kitty) no será un matrimonio feliz pero la fortuna de su familia permitirá a Stieglitz financiar, en parte, sus futuras actividades como editor y director de galería. Su largo viaje de bodas por Europa le resulta muy fructífero, pues entra en la prestigiosa Linked Ring, sociedad creada en Londres por pictorialistas ingleses. 

ALFRED STIEGLITZ. The Net Mender (1894. Art Institute of Chicago)

Stieglitz, en su afán de desarrollar el movimiento pictorialista en EEUU, apartará cuidadosamente a los fotógrafos que representan la tradición de la fotografía documental siempre viva en el país. Denigrará a William Rau y nunca querrá conocer a Lewis Hine, gran denunciador de la miseria en el marco laboral. Esta actitud le ha sido siempre criticada pero quizás haya sido determinante para el futuro de la fotografía. Del mismo modo, la necesidad de tomar las riendas del movimiento le lleva a apartar a personalidades que hubieran podido hacerle sombra, como Fred Holland Day. 

ALFRED STIEGLITZ. An Icy Night (1898. Metropolitan M.A.)

En 1896 contribuye a la creación del Camera Club de New York, fusión del Camera Club y de la Society of American Photographers. Al año siguiente, se le otorga el control total de su revista trimestral, Camera Notes. El primer número se publicó en julio de 1897; ante este hecho, el crítico Sadakichi Hartmann escribió "me parecía que la fotografía artística, el Camera Club y Alfred Stieglitz eran solo tres nombres para una misma cosa.”

ALFRED STIEGLITZ. The Hand of Man (1902. Metropolitan M.A.)

En 1902 el National Arts Club le pidió a Stieglitz que organizara una exposición sobre “la mejor fotografía estadounidense contemporánea”. Mientras lo organizaba, tuvo desacuerdos con algunos de los miembros más conservadores del club sobre qué fotógrafos deberían incluirse. Para fortalecer su posición, Stieglitz formó rápidamente un grupo, al que solo se podía entrar a través de una invitación, Photo-Secession. De esta manera su punto de vista estaba respaldado por muchos otros fotógrafos pictorialistas destacados de EEUU como Gertrude Käsebier, Edward Steichen, Eva Watson-Schütze, Joseph Keiley, Clarence H. White. El principal objetivo de esta unión era forzar al mundo del arte a que reconociera la fotografía “como un medio distintivo de expresión individual”; es decir, ayudar a su conciencia como obra artística. Y lo que es más importante, se separaban (secesión) de la dictadura de instituciones, galerías, escuelas de arte y organizaciones profesionales que imponían una imitación ya anticuada. 

Poster Photo-Seccesion

Photo-Secession se inspira en el modelo de los movimientos secesionistas de Múnich y de Viena, prueba de ello es la portada de su revista, Camera Work, que aparecía en 1903 como su medio de difusión. Steichen la diseña acorde a unos modelos art nouveau en sintonía con el espíritu de la publicación; siempre transversal y abierta a otras formas contemporáneas de arte como literatura, música, pintura, escultura y cualquier tipo de artes plásticas. Camera Work se dirige deliberadamente a la vanguardia europea con una perspectiva internacional. Además, las ilustraciones que reproducían las obras eran de tal calidad, algo propio de la personalidad de Stieglitz, que se podían colgar en las paredes de quienes compraban la revista: casi siempre eran heliograbados sobre papel japonés, a menudo a partir del negativo original y para las obras en color, las reproducciones eran en similgrabado. 

ALFRED STIEGLITZ. Portada Camera Work No 2 (Abril, 1903)
GERTRUDE KÄSEBIER. Clarence H. Wite - 291 (1906)

En 1905, con 41 años, abre una galería con Steichen, The Little Galerries of the Photo Secession en el número 291 de la Quinta Avenida, pronto será conocida solo como “291" (291 será el titulo más tarde de la nueva revista “protodadá” creada en 1915, con el aval de Stieglitz, por Marius de Zayas, Agnes Ernst Meyer y Paul Haviland para sustituir a Camera Work, que se había quedado obsoleta tanto en su concepción como en su forma). Se convertirá en un laboratorio de acercamiento interdisciplinario del modernismo en la ciudad, que se afirma progresivamente como la cuna del arte para los artistas europeos. Expondrán artistas de París como Rodin, Matisse, Picasso; así como pintores y escultores americanos estilísticamente vinculados al cubismo y el expresionismo: Max Weber, Abraham Waltowitz, Oscar Bluemner, Arthur B. Carles, Marius de Zayas, John Marin, Alfred Maurer, Arthur Dove. La galería también expuso arte africano, estampas japonesas, caricaturas y dibujos infantiles.

Las exposiciones permiten abrir el debate sobre las nuevas vías que debe seguir el arte. Gracias a Stieglitz y al Armory Show de 1913, el mercado del arte moderno en los Estados Unidos cobra un gran auge. Los gastos de importación de las obras se reducen mientras las galerías de multiplican. Unas semanas antes de cerrar la "291" en mayo de 1917, Stieglitz demuestra que su espíritu provocador sigue intacto exponiendo Fountain de Marcel Duchamp. 

 

Straight photography, Fotografía directa

Stieglitz abandona el Pictorialismo y aborda la fotografía desarrollando sus recursos propios, aquellos inherentes a su concepción, como la profundidad de campo, el encuadre y la nitidez. El entrepuente se tomó en 1907 pero es a partir de 1910 cuando Stieglitz se interesa por esta fotografía; Picasso al verla en 1914 comenta que el autor “ha comprendido lo que es la fotografía”.

ALFRED STIEGLITZ. The Steerage (1907. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia)

Es una fotografía directa, pura, que no está retocada. Tras la I Guerra Mundial, muchos fotógrafos estadounidenses como Edward Steichen, Charles Sheeler o Paul Strand adoptan estas mismas ideas.

A partir de 1917, Stieglitz se rodea de un nuevo círculo compuesto por escritores y un pequeño grupo de artistas, exclusivamente americanos, que ya habían expuesto en la "291". El mismo se refiere a su grupo como "Six plus X" (Stieglitz, Arthur Dove, Marsden Hartley, John Marin, Paul Strand y Georgia O'Keeffe, el otro miembro es variable). Se fijan una serie de objetivos estéticos y morales: hacer emerger un arte puramente estadounidense, libre de las influencias europeas; y a la vez, luchar contra el espíritu puritano y materialista que amenaza su país, algo un tanto contradictorio. A fin de promover las obras de los artistas que integran el nuevo círculo, Stieglitz reanuda sus actividades de galerista, primero ocupa un espacio en las Anderson Galleries (1921-1925), después abre The Intimate Gallery (1925-1929) y por último, An American Place (1929-1946).

Stieglitz expone también sus propias fotografías, pues encuentra una nueva inspiración en Georgia O'Keeffe, de quien entre 1918 y 1937 realiza un retrato analítico y sistemático. Será su amante, después su mujer; tendrán altibajos y en ocasiones estarán alejados, pero siempre será su compañera de vida. Pese a la diferencia de edad, era la musa que siempre había querido. Inmortalizará el rostro y las diferentes partes de su cuerpo en una libre expresión del deseo. Se trata de una original sucesión de primeros planos: fotografía pura y directa. En estos momentos utiliza el papel preparado con paladio, procedimiento que había sustituido al platino, imposible encontrar después de la guerra.

Georgia O´Keeffe
ALFRED STIEGLITZ. A portrait (5) (1918. Museum of Fine Arts of Boston)

ALFRED STIEGLITZ. Georgia O´Keeffe (1918. MoMa)

En 1927 realiza una nueva serie sobre los rascacielos de Nueva York desde su habitación del hotel Shelton, uno de los edificios más altos de Nueva York en esa época, y desde An American Place. La ciudad animada de su periodo pictorialista cede lugar a un universo urbano geométrico, glacial e inhumano. El artista demuestra que ha asimilado las composiciones geométricas y abstractas de Sheeler, Strand, Stella y Mondrian. 

ALFRED STIEGLITZ. From my window at an American Place (1931-1932)

A partir de 1922 pasaba cada vez más tiempo en la residencia de Lake George, en las montañas Adirondack, una tradición familiar desde 1871. Al final de su vida redescubre la naturaleza, que sigue fotografiando en fragmentos íntimos, experimenta todavía una maduración. Fotografía el cielo y las nubes, titula su primera serie Music, A sequence of Ten Clouds Photography; a la siguiente las llamará Songs of the Sky, y después, Equivalents

ALFRED STIEGLITZ. Music - A sequence ot Ten Cloud Photographs, No. 1 (1922. Metropolitan M.A.)
ALFRED STIEGLITZ. Song of the Sky (1924-1934. Metropolitan M.A.)
ALFRED STIEGLITZ. Equivalent No. 5 (1929-1934. Metropolitan M.A.)

“Las formas en sí mismas solo me interesan cuando ofrecen un equivalente exterior de lo que ya ha tomado forma dentro de mí”.

Antes de su muerte en 1946, algunas de sus fotografías ya habían entrado en las colecciones de los principales museos de arte moderno de Estados Unidos. Para entonces, su combate por el reconocimiento artístico de la fotografía había sido ganado. 

HENRI CARTIER BRESSON. Alfred Stieglitz (1945)

 

Bibliografía

NORMAN, Dorothy: Alfred Stieglitz, Editorial Könemann, Hong Kong, 1997.

TILKIN, Danielle (et. al.): Nueva York y el arte moderno: Alfred Stieglitz y su círculo: (1905-1930), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 2005.