Con Dionisio Pastor
Valsero ocurre otro tanto a lo que ocuría con el escultor Ángel Díaz, y es que
pese a no haber nacido en Valladolid, aquí desarrollaron gran parte de su vida
y su obra. Hay una diferencia: Ángel Díaz vino a Valladolid ya formado y con un
puesto ya garantizado, mientras que Dionisio Pastor Valsero se formó en la
propia ciudad, a la que llegaría muy joven, y a la que volvería años después
como maestro.
Nacido en Zaragoza en
1869, no se sabe cuáles fueron los motivos que obligaron a su familia a
establecerse en Valladolid ni en qué momento se produjo el cambio de
residencia, pero lo cierto es que en 1883, a los catorce años, el joven
Dionisio estaba matriculado en la Escuela de Bellas Artes dirigida por la
Academia de la Purísima.
Debía de poseer grandes
cualidades para la escultura cuando aquel mismo año obtuvo en el concurso anual
el premio de la clase de dibujo de adorno por una Cabeza, en barro cocido,
copiada de una acuarela de Pradilla. En 1884 volvió nuevamente a ganar en el
certamen, en esta ocasión por un bajo relieve, en barro cocido, cuyo tema había
sido copiado de la revista La Ilustración
y que tenía por título Vendedora de periódicos.
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Cabeza |
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Vendedora de periódicos |
Pastor Valsero
consideró siempre como a su primer maestro a don José Martí y Monsó y bajo su
dirección estaba cuando en 1886 asistió a la Exposición de la Academia con una serie
de obras entre las que figuraba la titulada Una precocidad que aunque
mereció de Ortega y Rubio el calificativo de “trabajito”, la Corporación juzgó
merecedora de recompensa.
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Una precocidad |
En 1887 realizó una
nueva obra que mereció premio. Se trataba de Dar de comer al hambriento,
con la cual obtuvo la primera distinción en el concurso de aquel año y supuso
el anuncio de que la personalidad artística de Pastor Valsero estaba madurando,
como se demostró en el curso siguiente cuando a sus diecinueve años consigue
nuevamente la máxima calificación del jurado por su bellísima obra La
vuelta de la pesca, presentando también el grupo de La
lección.
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Dar de comer al hambriento |
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La vuelta de la pesca |
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La leccióm |
Aunque se ha pensado
que Martí y Monsó le aconsejó marchar a estudiar a Madrid, es de suponer que
los motivos que le llevaron a marchar a la capital fueron el éxito obtenido y
el convencimiento de que debía ampliar su horizonte. Allí en Madrid estuvo
durante una época “enfermo y desvalido”,
aunque fue durante ese tiempo en el que conoció al escultor Jerónimo Suñol, a
quien eligió por maestro. Tal vez fuera Suñol quien le aconsejó que hiciese un
viaje a París donde hizo una nueva versión de la Vuelta de la pesca que
presentó a la Exposición Nacional de 1890 ganando tercera medalla de plata.
Parece ser que este viaje a Francia le sirvió para “depurar el gusto y buscar los efectos en esa extrema sensibilidad
estética a que aspiran con sus obras los artitas franceses”.
En una de las ocasiones
en que presenta obras a una exposición local la prensa vallisoletana lo definía
como “Estudia con ahínco y adelanta de
una manera notable”. A esa exposición acudió con dos retratos, un
estudio y el grupo Un cazador atrevido, con el que se
deshacen en elogios (“primoroso estudio
del desnudo hecho con libertad y modelado con talento. La postura es
violentísima y sin embargo ha sabido vencer los obstáculos propios de este
muchacho que se dispone a echar mano a la lagartija que ha descubierto, no
puede demostrar mejor el gozo que experimenta por verse ya dueño del pequeño
animalito”). La prensa no carecía de razón pues en 1892 Pastor vuelve a ser
premiado por su grupo Revelación en la Nacional de Bellas
Artes, y nuevamente es tercera medalla la que le otorgan. La composición
representaba a “una joven adolescente,
totalmente desnuda, en actitud de curiosa sorpresa ante el grupo que a sus pies
forman dos palomas arrullándose”.
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La vuelta de la Pesca (segunda versión. Realizada en París) |
El 20 de enero de 1892
fue nombrado por Real Orden como profesor Ayudante de Dibujos de Adorno,
Modelado y Vaciado de Adorno y Figura en la Escuela vallisoletana de Bellas Artes.
Cuando se encontraba a punto de concursar en Madrid para una cátedra de
Modelado y Vaciado tuvo que incorporarse en 1893 al ejército como reservista
activo, marchándose a Tarragona en donde tuvo problemas, por haber abandonado
el servicio para venir a Valladolid a seguir impartiendo sus clases.
El escultor, que por
entonces vivía en la calle Colón, expuso en Madrid, en la IV Bienal del Círculo
de Bellas Artes, una escultura titulada Un remendón y en Valladolid el busto
en barro de una Gitanilla muy conocida entonces en la ciudad por entonar
canciones mientras practicaba la mendicidad en el Campo Grande.
En 1895 el Consistorio
vallisoletano le encargó la realización del busto-medallón de Zorrilla. La
obra, que tenía acabada el 1 de mayo, debía ser realizada en mármol, debiendo
instalarse en la fachada de la casa donde nació en poeta, lugar en el que aún
se encuentra. Hay que señalar que el 16 de febrero de ese año Valsero tenía
modelado en barro el busto del poeta y debía pretender vaciarlo en bronce en contra
de la opinión de la comisión gestora del homenaje.
A la Exposición
Nacional de este año de 1895 envió su composición titulada ¡Qué fría está!, otro
estudio de desnudo que esta vez no consigue destacar por encima de otras obras
presentadas. Representa a un muchacho introduciendo un pie en el agua antes de
arrojarse al baño. Es de tamaño natural, la figura aparece desnuda, de pie y
apoyada contra una roca, teniendo el brazo derecho extendido hacia adelante.
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Busto-Medallón de Zorrilla (Casa-Museo Zorrilla, Valladolid) |
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Retrato del niño Carlos Gómez |
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Retrato de Luciano Sánchez Santarén |
Pastor Valsero no
volvería a ser premiado en ningún otro certamen nacional, parece como si a
partir de entonces su estrella se hubiera apagado. En los últimos años que
residió en Valladolid modeló para el palacio de Capitanía General una figura
alegórica titulada España, y se ofreció para modelar gratuitamente la estatua que
se determinó dedicar en 1897 al poeta Zorrilla pero su oferta fue declinada,
eligiéndose la de Carretero.
Consiguió finalmente
ser nombrado Profesor titular de su asignatura y en 1901 abandonó Valladolid.
La última obra que realizó aquí fue la decoración de figuras de angelotes y
cariátides de la fachada del antiguo Círculo de la Victoria que después
se convertiría en Círculo de Recreo; y acababa de modelar por entonces el busto
de Don
Germán Gamazo. Al despedirse regaló a la Academia, que no le había
contado nunca entre sus miembros, una figura de San Sebastián (la
escultura, en yeso, debe de ser la misma que le correspondió realizar en 1899
cuando se presentó a la oposición para becario en la Academia Española de
Bellas Artes en Roma). Después tomó posesión en la Escuela de Almería para
seguidamente, en el mismo año, ir a trabajar a Sevilla, y finalmente a Palma de
Mallorca en donde se encontraba en 1930.
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San Sebastián |
Aún en Palma, el 17 de
noviembre de 1936 fue encarcelado en el campo de concentración de Son Catlar
(Campos), debido a su ideología progresista, a su apoyo al gobierno legal de la
República, y a su militancia en una logia masónica. El 27 de enero fue puesto
en libertad, aunque ese mismo día fue asesinado por los que le habían encarcelado.
Su obra, por lo
general, se basa tanto en retratos como en temas anecdóticos o de género,
siendo muy escasas sus producciones religiosas y alegóricas. Su colección de
retratos cuenta con un buen número de ejemplos. Así por ejemplo, tenemos el
medallón de Alberto Macías Picavea (Valladolid. Colección particular)
efigiado de perfil, modelado en barro cocido en 1897, y el busto de Germán
Gamazo (1901), que sería su última obra vallisoletana; con anterioridad
había modelado otros dos, más el busto de una gitanilla muy popular que cantaba
en el Campo Grande, y el medallón de Zorrilla (1895) en una placa de
mármol colocada en la casa natal del poeta, al que representó con el realismo
que siempre practicó, de perfil y en edad ya madura. Del mismo año es el retrato
del pintor Luciano Sánchez Santarén, con el que coincidió en la docencia
en la Escuela de Bellas Artes de Valladolid. Es un buen retrato realista
realizado en barro cocido.
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Retrato de Alberto Macías Picavea (1897)
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BIBLIOGRAFÍA
ALONSO PONGA, José Luis (coordinador): La semana
santa en la tierra de campos vallisoletana, Grupo Página,
Valladolid, 2003.
PLAZA SANTIAGO, Francisco Javier de la (coord.): Historia
del Arte de Castilla y León. 7, Del Neoclasicismo al Modernismo, Ámbito,
Valladolid, 1998.
URREA, Jesús: La escultura en Valladolid
(1850-1936), Caja de Ahorros Popular de Valladolid, Valladolid, 1984.
URREA, Jesús: Real Academia de Bellas Artes de la
Purísima Concepción: pinturas y esculturas, Diputación Provincial de
Valladolid, Valladolid, 1998.