El
gigantesco retablo mayor de la Catedral del Burgo de Osma (11,80 x 9,60 m) es
uno de los más espectaculares del Renacimiento castellano merced a su curiosa
traza, a que se trata de un retablo-escenario y a que se resulta ser una obra
de colaboración, ya que fue ejecutado entre 1550-1554 por Juan de Juni y Juan
Picardo. El retablo, construido en madera de roble (ensamblaje) y de nogal
(esculturas) a expensas del obispo don Pedro Álvarez de Acosta, que puso sus
armas en el mismo, fue contratado por Juan de Juni y Juan Picardo el 13 de
marzo de 1550. La decisión del obispo de hacer este retablo fue debida a "la
falta que en ella [la catedral], hay de un retablo en la capilla mayor",
por lo que determinó “mandar hacer en la dicha capilla mayor a sus propias expensas
y costa un retablo muy suntuoso”. Previamente, se había convocado un
concurso de proyectos al que se presentaron diversas trazas resultando elegida
la de Juni, pero aceptando algunas modificaciones de la presentada por Juan
Picardo y su yerno Pedro Andrés, y adjudicando la realización del retablo a
ambas partes por mitades. El retablo ya estaba terminado en agosto de 1554
cuando se firma la carta de pago y finiquito, recibiendo Juni 1.000 ducados, la
misma que se repartieron los otros escultores. Ambos artistas se dividieron la
tarea escultórica verticalmente, de forma que Juni se quedó con la imaginería
del lado del evangelio, y Picardo la de la epístola. Cabe una salvedad, se
trata de las esculturas que rematan lateralmente el retablo, de modo que la
Iglesia, en el lado del evangelio, corresponde a Picardo, y la Sinagoga, en el de
la epístola, es obra de Juni.
El
retablo, que se encuentra dedicado a la vida de la Virgen, se adapta a la forma
del presbiterio, se articula en tres calles, tres cuerpos y un potente ático. El
mueble asienta sobre un basamento de piedra de Ciruelos de Navares con los
escudos del obispo donante. Descansa sobre una predela con pintura de estilo
pompeyano y el impresionante conjunto está enmarcado por dos robustas columnas
cuya ornamentación enramada con personajes bíblicos del Antiguo Testamento,
como Roboán e Isaías, simbolizan con su dinamismo ascensional la genealogía de
la Virgen a quien está consagrado. En la cúspide de estas dos columnas se
sitúan la Iglesia y la Sinagoga,
alusivas al Nuevo y al Antiguo Testamento. La Sinagoga es quizás la obra
maestra de Juni en este retablo. La representa como una mujer madura de cuerpo
fuerte y cuello potente, figura contorsionada y rebuscado contraposto, que
ejemplifica muy bien, como dijo Martín González, “el espíritu desazonado”
que impregna el hacer de Juni.
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JUAN PICARDO. La Iglesia |
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JUAN DE JUNI. La Sinagoga |
El
primer cuerpo del retablo es el más imaginativo. Sin que exista banco
propiamente dicho las figuras recostadas de David y Jesé o Abraham, situadas
respectivamente en el arranque de las calles del evangelio y la epístola,
cumplen casi esta función. Jesé
figura en actitud naturalista de descanso, asiendo el manto para cubrir su
cuerpo, y tiene a los pies a David con
la cabeza de Goliat; mientras tanto, Abraham
está con Isaac, a sus pies, que lleva
un hatillo de leña para el sacrificio. Hay que recordar que de la "raíz de
Jesé" y de la estirpe de Abraham viene la Virgen María. Sobre estas
figuras hay dos grandes relieves, flanqueados por columnas jónicas, que
representan El Abrazo ante la Puerta
Dorada (Juni) –realiza una composición similar a las que concibió para el
retablo mayor de la Antigua de Valladolid, y para la capilla de los Benavente
de Medina de Rioseco–, y La Anunciación
(Picardo). En la primera escena, San Joaquín y Santa Ana se abrazan, con sus
cuerpos retorcidos, delante de la famosa Puerta Dorada, que no deja de ser una
arquitectura renaciente con pilastras con decoración a candelieri. La angustia
espacial de Juni se refleja en la pareja situada bajo el arco de medio punto
rebajado. A la izquierda, un joven oferente lleva un cordero. Por su parte, en
la Anunciación, la Virgen figura bajo un cortinaje descorrido, gira la cabeza
sorprendida ante la súbita llegada de San Gabriel, que se dirige a ella,
levantando la mano para señalarle la Paloma del Espíritu Santo, y por lo tanto
para enunciarle la Buena Nueva.
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JUAN DE JUNI. El Abrazo ante la Puerta Dorada |
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JUAN PICARDO. La Anunciación |
La
parte central de este primer cuerpo lo ocupa un Tabernáculo, que imita la forma
de templo redondo, coronado por una cúpula. A los lados hay dos pequeñas
esculturas: Santa Catalina de Alejandría
(Juni), figura típicamente juniana dispuesta en helicoide, y otra santa mártir ¿Santa Margarita? (Picardo),
que porta la palma del martirio. Encima, dentro de un tramo serliano se
representa de una forma muy teatral el Tránsito
de la Virgen (Picardo), que además convierte al retablo en un retablo-escenario.
A los lados dos apóstoles observan la escena central apoyados sobre
barandillas. El apóstol revestido de muceta roja probablemente represente al
obispo Acosta.
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JUAN PICARDO. El Tránsito de la Virgen |
Más
despejado de motivos se encuentra el segundo cuerpo, de raigambre manierista,
con relieves historiados sólo en las cajas de las calles laterales: el Nacimiento de la Virgen (Juni), y la Visitación de la Virgen (Picardo) a su
prima Santa Isabel. La calle central queda suprimida por cuanto en ella irrumpen
tanto el arco de la escena inferior de la Dormición, y la hornacina de la
Asunción que ocupa el tercer cuerpo. Eso sí, las enjutas del arco inferior, que
cuadran en este segundo cuerpo, se decoran con parejas de puttis, muy
musculados, y tras de los cuales figuran unas ruedas. En este cuerpo triunfa la
fantasía arquitectónica. La escena del Nacimiento está plagado de detalles
costumbristas: alcoba de marquetería clásica que cobija a Santa Ana con su
esposo bajo velo protector, momento del lavatorio de la recién nacida bajo la
mirada sorprendente de los ángeles y, de nuevo, la presión espacial en una
puerta abierta por donde sale un personaje, sin duda, a transmitir la buena nueva.
Por su parte en la Visitación vemos una escena mucho menos dinámica, en la que
Santa Ana se arrodilla para agarrar a su prima y demostrar así la supremacía de
ésta. Completan la escena San Zacarías y una mujer que acompaña a la Virgen con
un cesto.
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JUAN DE JUNI. El Nacimiento de la Virgen |
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JUAN PICARDO. La Visitación |
Ya
en el tercer cuerpo tenemos nuevamente tres calles, en las laterales figuran la
Presentación de la Virgen en el templo
(Juni), y la Circuncisión (Picardo).
Completa el conjunto, en la parte central, una especie de “tríptico” presidido
por la Asunción (Juni) y flanqueada
por la dinámica imagen de San Pedro de
Osma (Juni), que se gira violentamente y quiere escaparse de la hornacina,
y Santo Domingo de Guzmán (Picardo). El
misterio de la Asunción de María es el centro del retablo y el punto de
convergencia de todas las historias. La acompañan siete ángeles, en variadas y
acrobáticas posturas, que la elevan hacia el cielo.
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JUAN DE JUNI. La Presentación de la Virgen en el Templo |
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JUAN PICARDO. La Circuncisión |
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JUAN DE JUNI Y JUAN PICARDO. La Asunción y San Pedro de Osma (J.J.), y Santo Domingo (J.P.) |
Finalmente,
en el ático se dispone un gran edículo conformado por dos figuras angelicales
que soportan un entablamento curvo y una bóveda de casetones, en cuyo interior
se desarrolla la Coronación de la Virgen
(Juni). La Virgen aparece de rodillas con las manos adorantes y el rostro lleno
de complacencia. El Padre y el Hijo colocan la corona de Reina de los cielos y
tierra sobre su cabeza. Sobre ella retozan los ángeles leyendo, entre los que
se cierne el Espíritu Santo en forma de paloma. A los lados de esta
arquitectura se encuentran otros dos relieves, de formato semicircular,
coronados por dos pares de figuras masculinas desnuda y reclinadas que
sostienen sobre sus hombros los escudos del obispo Acosta. En el de la
izquierda se representa la Construcción
de la Basílica de Santa María la Mayor (Juni) y en el de la derecha la Entrega de la Casulla a San Ildefonso
(Picardo). Remata el retablo una especie de serafín con múltiples alas.
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JUAN DE JUNI. La Coronación de la Virgen |
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JUAN DE JUNI. La construcción de la Basílica de Santa María Maggiore |
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JUAN PICARDO. La entrega de la casulla a San Ildefonso |
El
retablo se ve ensanchado en sus laterales por dos grandes paneles, de la misma
altura de las columnas que sostenían a la Iglesia y a la Sinagoga, en los cuales
se explayan seis medallones con relieves de los
Padres de la Iglesia, el ¿Santa
Margarita? y la Virgen con el Niño,
y rematan, nuevamente, con las armas del obispo Acosta. Desconocemos la autoría
de estos relieves, quizás pudo participar Juni.
BIBLIOGRAFÍA
- ARRANZ
ARRANZ, José: La catedral de Burgo de Osma. Guía turística. Ilustrísimo
Cabildo de la S. I. Catedral, 1995.
- FERNÁNDEZ
DEL HOYO, María Antonia: Juni de Juni, escultor, Universidad de
Valladolid, Valladolid, 2012.