miércoles, 28 de marzo de 2012

SEMANA SANTA EN VALLADOLID: El paso de la "Sagrada Cena"


El paso de “La Sagrada Cena” representa a Jesús presidiendo la mesa, en pie, llevando en su mano derecha el Pan y en su izquierda el Fruto de la Vid, símbolos de su cuerpo y sangre. Alrededor de la mesa se encuentran los doce apóstoles en distintas actitudes, entre las que destaca la de Judas, situado en la parte frontal e inclinado hasta tal punto que su rostro, totalmente oculto, se apoya hasta tocar casi el suelo.
Este paso era el primero, en madera y de grandes dimensiones, que se realizaba sobre este tema en la ciudad. Hubo en Valladolid a principios del siglo XVII, según nos cuenta el viajero portugués Bartolomé Pinheiro da Veiga en su libro La Fastiginia, otro paso que representaba este tema. Pinheiro habla de que en el año 1605 existía un paso de la Cena, seguramente realizado en lienzo y cartón encolados, con cabezas, rostros y manos de escultura, que se deterioraban con gran facilidad y que cada año necesitaban recomponerse. Debido a estas características es fácil suponer que esta primitiva Cena desapareciera, como sucedió con casi todos los elaborados de papelón. A pesar de esto debió gustar mucho a Pinheiro el paso, puesto que comentaba que no vio “figuras ni imágenes más perfectas ni en nuestros altares más renombrados de Portugal”, relatando la procesión que salía del Monasterio de San Francisco, a renglón seguido cita los pasos y dice: “el primer paso era La Cena, perfectísimo en todo”.

Volviendo al paso actual, vamos a contar la historia de cómo se desarrolló su construcción: La Cofradía de la Sagrada Cena fue constituida el 26 de mayo de 1940, día en que se celebró la primera Junta. La cofradía tuvo un gran éxito, pues a los dos años de su fundación ya contaba con casi cuatrocientos cofrades, los cuales, en un principio, al no poseer paso propio, acompañaron el de Camino del Calvario, hecho que se repitió hasta 1958, año en que ya alumbraría el suyo propio.


En el mismo año de su fundación la cofradía comenzaron las gestiones para la construcción de su paso titular. En 1942 se decidió convocar un concurso para la realización del Paso. El jurado para designar este nuevo proyecto y escultor ganador estuvo compuesto por el Excmo. Sr. D. Cayetano Mergelina (Rector de la Universidad y Presidente de la Comisión de Monumentos de la Provincia), el Ilmo. Sr. D. Francisco de Cossío (Director del Museo Nacional de Escultura), el Excmo. Sr. D. Narciso Alonso Cortés (Director de la Escuela de Bellas Artes) y D. Juan Agapito y Revilla (arquitecto y vocal de la Comisión de Monumentos de la Provincia). Las deliberaciones se desarrollaron en la Capilla de los Artes de la Catedral de Valladolid, hasta que el día 30 de noviembre de ese mismo año decidieron que sería Juan Guraya Urrutia el encargado de realizar el paso. Junto a Guraya. También presentaron proyectos el vallisoletano José Luis Medina Castro (cuyo proyecto tenía reminiscencias berruguetescas), Moisés Huerta, el valenciano Casterá, o el madrileño Marco Pérez. Juan Guraya se comprometía en el contrato a realizar las figuras a tamaño natural en madera de pino de Soria.

Boceto en barro de la Sagrada Cena realizado por Juan Guraya. Foto obtenida del artículo del B.S.A.A.
Boceto del denominado actualmente "Jesús de la Esperanza" realizado por Juan Guraya en 1945
Las ideas iniciales de Juan Guraya resultaban impracticables para su tránsito procesional por las calles de Valladolid, pues concebía a los apóstoles en una posición prácticamente frontal frente al espectador que les contemplaba, muy parecido a la disposición utilizada por Leonardo da Vinci para su “Última Cena”. Una segunda hipótesis fue una colocación trapezoidal en forma de “V”, en cuyo vértice se encontraba Cristo durante la institución de la Eucaristía. Esta composición también era viable para efectuar su entrada en la iglesia parroquial o conventual que lo cobijase. Para posibilitar esta entrada se argumentó una disposición, que reducía la anchura del paso. Finalmente triunfó la convencionalidad, con el fin de hacer también más viable su transporte y discurrir urbano. La Sagrada Cena de Guraya dispuso a los apóstoles alrededor de una mesa rectangular, presidida naturalmente por el mismo Cristo, realizada después de que Guraya se fijase en su propio hijo. Los apóstoles carecían de homogeneidad. Más bien existía en ellos un gran dinamismo en sus actitudes, representando el pasmo y el asombro que sintieron cada uno de ellos ante las palabras de Jesús. Con recuerdos del “art-decó” de sus maestros o incluso en la contusión de las anatomías para los “Burgueses de Calais”, obra de August Rodin.
Juan Guraya Urrutia

El 11 de febrero de 1946 llega la talla de Jesús (el hoy denominado de la Esperanza). Los comentarios fueron unánimes, destacando la magnífica calidad de la talla. A partir de esta entrega, a la cofradía le esperaban doce años para ver completado el paso, debido, fundamentalmente, a las dificultades económicas de la cofradía y al retraso constante en el envío de las tallas por parte del escultor. En este aspecto, al igual que en la impulsión para la realización del paso, toma especial importancia la figura del sacerdote D. Andrés Gamboa, alma mater y quien mantuvo constantes contactos escritos con el escultor. Así año tras año fueron llegando las figuras a la ciudad y exponiéndose en la Catedral y en comercios que se prestaban a ello.

En 1949, llegaron las figuras de San Andrés y San Bartolomé. En 1951 San Simón y San Judas Tadeo. San Felipe lo hizo en 1952, y en 1956 San Pedro, San Juan y Santiago el Mayor, acompañadas todas ellas de la nueva figura de Jesús, dado que la primera se había quedado, a juicio del escultor, demasiado pequeña para el colosal grupo. El precio de este segundo Jesús era de 51.000 pesetas, que estaba muy lejos de las 18.000 que costó el primero. Unos años más tarde llegaron los apóstoles Santiago el Menor y Judas Iscariote, y finalmente el 13 de marzo de 1958 se completaba el paso con la talla de Santo Tomás. El día 30 de marzo de ese mismo año, Domingo de Ramos, se procedió a la bendición por el arzobispo de Valladolid D. José García Goldáraz, y cuatro días después salió en procesión por primera vez.

Fotografía obtenida de la web del Archivo Municipal
Las figuras del paso fueron policromadas por Isidro Cucó, el cual cobró 25.000 pesetas por cada apóstol y 40.000 por cada una de las dos tallas de Cristo. Guraya se destacaba por la utilización de modelos naturales, así, para los apóstoles de la Sagrada Cena, los rostros procedían de gentes que no solamente el escultor buscó en su entorno más cercano, sino también Cáceres, Marruecos y Tetuán, de origen bereber, árabe y judío. La carroza que debía de llevar al paso fue realizada por los talleres Goval y tenía como novedad en ese momento, el estar compuesta por una plataforma que se elevaba por medio de cuatro gatos, facilitándose de este modo el montaje y su posterior visión en la calle, de similar modo se procedía a en sentido horizontal al ampliar la superficie, una vez estuviera en la calle.
A partir de 1958, cuando el paso quedó ya  totalmente terminado, el éxodo del paso fue continuo y diversos los lugares que tuvo que recorrer hasta encontrar aposento definitivo, pues no había lugar apropiado donde poder ser guardado por su gran volumen. Un año incluso llegó a depositarse en el Parque del Servicio Municipal de Limpieza, junto al popular “Tragaldabas”, y de allí fue a dar a San Pablo.
El paso, en la actualidad, procesiona la tarde del Jueves Santo en la procesión de la Sagrada Cena, junto al Jesús de la Esperanza; y en la procesión general del Viernes Santo, junto a otros 32 pasos que relatan todo el ciclo de la Pasión de Cristo. Durante todo el año el paso se guarda en la iglesia de San Pedro. El 20 de marzo del año 2015 presidió en el altar mayor de la Catedral vallisoletana el pregón de Semana Santa en una disposición que me atrevo a calificar de espectacular, como veréis más abajo.

Montaje de la "Sagrada Cena" para presidir el pregón de Semana Santa del año 2015


JESÚS DE LA SAGRADA CENA
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com





JOHANNES / SAN JUAN


PHILIPPUS / SAN FELIPE
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com

MATTHAEUS /SAN MATEO
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com

JACOBUS / SANTIAGO EL MENOR
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com

THOMAS / SANTO TOMÁS
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com

JUDAS


PETRUS / SAN PEDRO


ANDREAS / SAN ANDRÉS


BARTHOLOMAEUS / SAN BARTOLOMÉ


SIMON / SAN SIMÓN
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com






















 JUDAEUS / SAN JUDAS TADEO
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com

 JACOBUS / SANTIAGO EL MAYOR
Fotografía obtenida de: www.sagradacena.com


 JESÚS DE LA ESPERANZA


Aunque podeis repasar la vida y obra de Juan Guraya de una manera más pormenorizada en el siguiente enlace, a continuación un presento una pequeña reseña sobre su vida y obra: Juan Guraya Urrutia nació en Bilbao en 1893 y falleció en Las Arenas (Bilbao) el 19 de diciembre de 1965. Sus primeros pasos en el mundo del arte los dio cuando solamente tenía quince años y fue internado en el Colegio de los PP. Salesianos de Barakaldo, protegidos por la Marquesa de Lezama Leguizamón. Aquí comenzó a desarrollar su vocación artística. Al cabo de tres o cuatro años, por su carácter independiente, abandonó el Colegio, perdiendo la pensión, y se trasladó a Bilbao. Allí trabajó con todos los escultores de la época: Quintín Torres, Moisés Huertas e Higinio Basterra, a la vez que asistía a las clases de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, destacando como alumno aventajado.
Más tarde trabajó en Madrid con Coullaut Valera, Blay y Mateo Inurria. Volvió a Bilbao, y a pesar de que las ayudas oficiales para promocionar a nuevos artistas se habían suspendido. Guraya, por sus propios méritos marchó a París. Años después regresó a su Bilbao natal y montó taller en cuantos rincones le dejaron trabajar. Zabálburu, La Naja, Zugastieta, Neguri y finalmente en Las Arenas, si bien se montaba uno accidental en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, cuando el volumen de la obra lo exigía.
En 1924 realizó su primer viaje a América para montar, en La Habana, el monumento al General Máximo Gómez, trabajo realizado en colaboración con Moisés de Huerta. Terminada esta obra trabajó en el Capitolio de La Habana bajo la dirección del escultor ruso Droker, también ejecutando un buen número de tallas para iglesias y conventos.
La primera obra que Juan Guraya realizó fue El torso de Baltasar, desaparecida en la actualidad. Su última obra fue el grupo procesional referido de La Sagrada Cena para la Cofradía Penitencial del mismo nombre, de Valladolid, que tardó en realizar dieciséis años, debido a lo precario de su salud y a la escasez de medios económicos.
La temática, casi exclusiva,  que desarrolla Guraya es la religiosa, aunque también realizó obra de carácter civil. Entre las más importantes de las de carácter religioso tenemos el grupo escultórico, en madera, de San Francisco de Asís y dos ángeles para el convento franciscano de La Habana (Cuba); San Francisco yacente, realizado en caliza y mármol, para el panteón familiar de don Antonio González en Bilbao; el grupo, en madera, de la Santísima Trinidad para el convento de las MM. Trinitarias de Deusto (Bilbao), y las figuras de San Juan Bosco y María Auxiliadora, realizadas en piedra, para el colegio de los PP. Salesianos en la misma ciudad.
Entre las obras de carácter civil tenemos el Monumento a la reina María Cristina, en San Sebastián; el monumento a Elósegui en Tolosa (Guipúzcoa); la estatua a la Marina Mercante en La Habana, así como varios trabajos para el Capitolio de la misma ciudad.

BIBLIOGRAFÍA
  • DELFÍN VAL, José y CANTALAPIEDRA, Francisco: Semana Santa en Valladolid: pasos, cofradías, imagineros, Editorial Lex Nova, Valladolid, 1974.
  • GARABITO GREGORIO, Godofredo: "Intrahistoria del paso de “La Sagrada Cena” de Juan Guraya: La cofradía, el escultor y las circunstancias", Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, tomo XLIII, Valladolid, 2008.