El
año 1953 fue el punto de partida para el estudio en profundidad de las
Hallenkirche o iglesias de planta de salón. En ese año George Weise publicaba
en Tubinga un pequeño libro dedicado a la iglesia-salón española (Hallenkirche).
El hispanista especializado en escultura española del siglo XVI fue el primero
en emprender el trabajo de dar a conocer el amplio desarrollo que tuvo este modelo,
de probable origen alemán, en la España de siglo XVI. Desde entonces otras
muchas publicaciones han ido poniendo al día las distintas facetas del
conocimiento de la arquitectura española del Renacimiento, en los que se hacen
distintas puntualizaciones sobre este tipo de planta y se dan a conocer otras
nuevas, no citadas por Weise. Entre los ejemplos más significativos del modelo
de iglesia de salón en la provincia de Valladolid se encuentran: las parroquias
de Santa María de Mediavilla y Santiago de los Caballeros de Medina de Rioseco,
Santiago de Cigales, el Salvador de Simancas, o Santiago de Villalba de los
Alcores, entre otros…
Ambos
templos, -Santa María de Mediavilla y Santiago-, representan dos momentos en la
evolución de las formas arquitectónicas de nuestro siglo XVI, al tiempo que también
ejemplifican la evolución del modelo a lo largo de la primera mitad del siglo,
y, de alguna manera, los cambios de mentalidad religiosa existentes en el
período.
Iglesia de San Wolfgang en Schneeberg (Alemania) |
CARACTERÍSTICAS
GENERALES
La
iglesia de planta de salón es aquélla que dispone de tres naves a la misma
altura, de manera que dibujan un espacio inferior diáfano, en el que no existe
diferenciación emocional entre los tres espacios. Es decir, elimina el espacio
tensión del edificio gótico, en el que se canaliza persuasivamente la atención
del espectador sólo en la capilla mayor, al situar el eje longitudinal como
dominante. Por el contrario, el sistema de salón crea un espacio preparado para
la asamblea cristiana dispuesta en un plano de igualdad ante el misterio sagrado.
Lo
primero que destaca en la iglesia salón castellana ese el hecho de que se
emplea generalmente para iglesias parroquiales y colegiatas, es decir
para templos que poseen un cierto rango en importancia. Sólo se usa para
catedrales en el medio andaluz (Málaga, Guadix, Baeza, Jaén). En muchos casos,
especialmente en los primeros ejemplos cronológicos, aparece en ciudades que
tenían un apreciable movimiento comercial y por lo tanto con una vida burguesa
en formación. Esto puede significar, al igual que sucede en las regiones
alemanas en donde fructifica por primera vez el tipo, o en el mundo levantino
español, (tan aficionado a los espacios diáfanos, sean o no de salón), que la
iglesia salón sea portadora de un mensaje ciudadano propio de los ambientes en
los que la mentalidad de reunión comercial se une al sentido de reunión
parroquial.
Interior de la catedral de Guadix. Fotogafíia tomada de http://lugaresquever.blogspot.com.es/ |
Interior de la catedral de Baeza |
Este
tipo de templos no usan deambulatorios.
Por lo tanto las naves se unen directamente a la cabecera, Este hecho origina que los presbíteros se acercan visualmente
hacia la zona en donde están los fieles y por lo tanto buscan la
inmediatez directa de éstos al altar mayor, de manera que se estimula la
vivencia personal del misterio cristiano. Esta proximidad ideológica de la
relación entre el fiel y el altar mayor en donde se realiza la liturgia
principal indicaría en cierto modo un nuevo concepto religioso antropocéntrico,
y por lo tanto en relación con las ideas renacentistas. La comparación del
edificio religioso con el cuerpo humano aparece en los tratadistas italianos, y
se advierte también en Rodrigo Gil de Hontañón, a través de sus escritos
teóricos, codificados por Simón García en el siglo XVII. El propio Rodrigo Gil
creará el sistema más perfecto de cabecera de un templo de salón al colocar
tres ábsides semicirculares casi del mismo tamaño rematando cada una de las
naves, como se puede advertir en las iglesias de Santiago de Cigales
(Valladolid) y, sobre todo, en la de Santiago de Medina de Rioseco.
Cabacera de la iglesia parroquial de Santiago de Cigales |
Otro
rasgo que pudo potenciar el uso de este sistema es su versatilidad, es decir su
capacidad para adaptarse a distintas funcionalidades, variados sistemas
constructivos y a los cambios de gusto, si se preveía que el edificio podía ir
prolongando su tiempo de construcción por previsibles dificultades económicas.
Así se pone de manifiesto en la variedad de soluciones de las cabeceras. En
Medina de Rioseco se advierten dos tipos de soluciones distintas, que se pueden
explicar en el contexto histórico en el que nacen cada una de ellas. El sistema
ya tiende a esa unión de naves y cabecera en templos como el de Melgar de
Fernamental (Burgos), con tres capillas de paños, muy profunda la central, que
dan paso al uso de un concepto más renaciente en planta en Rodrigo Gil de
Hontañón, con la ya citada solución de triple ábside semicircular poco profundo
en la iglesia de Santiago de Cigales y la iglesia de Medina de Rioseco, que
luego abandonará este arquitecto en otras iglesias de salón. De igual manera,
la capacidad de adaptación del sistema de planta de salón a cualquier
concepción arquitectónica, permite una variada gama de soluciones en el sistema
de apoyos.
Pero
siendo conscientes de que muchos templos tardaban años en construirse, se
permitía los cambios de estilos y de soluciones estructurales cuando el templo
prolongaba mucho tiempo su edificación. Por ese motivo, se advierte cómo en la
iglesia de Santiago el hastial de los pies introduce ya elementos clasicistas y
luego se pueden utilizar abovedamientos barrocos, que armonizan bien con el
resto de la construcción, y además sin problemas constructivos. Pero de igual
manera, el sistema de iglesia salón admitía soluciones variadas desde el punto
de vista de la organización formal de sus estructuras: el modelo era gótico, y
de hecho los canteros que trabajaron el mismo en Castilla y en el País Vasco
eran de formación goticista. Pero al mismo se incorporaron paulatinamente
elementos propios del renacimiento italiano, con mayor o menor precisión y
corrección del canon, según el ambiente de gusto para el que fueron creados. De
esta manera se establecen distintas soluciones formales para estas iglesias, que
subrayan el carácter original de la arquitectura renacentista española, situad
en la dicotomía entre el modelo nórdico y el modelo italiano, sobre los cuales
se buscaron síntesis muy variadas.
EVOLUCIÓN
El
modelo de planta de salón ya estaba plenamente configurado en 1512, año en que
se reúne en Salamanca una junta de arquitectos de todo el reino para discutir
el emplazamiento y la forma que debía tener la futura catedral nueva de aquella
ciudad. Se discutió si mantener la traza dada en 1510 por Antón Egas y Alfonso
Rodríguez, que suponía un plan tradicional de tres naves escalonadas o, y esto
es lo que nos importa aquí, “si
hacerla con las tres naves a igual altura”, es decir, lo que se
considera característico del tipo de iglesia salón. Se decidió por la primera
solución, y así se prefirió el modelo más tradicional para una catedral de gran
envergadura, que luego (a partir de 1525) se seguirá en la catedral de Segovia.
Catedral Nueva de Salamanca |
A
finales del siglo XV el tipo de iglesia salón se introduce en Castilla, no
pudiéndose precisar con exactitud ni el momento exacto ni cuál pudo ser el
edificio pionero de esta modalidad. En la Mancha se encuentra la iglesia de San Martín de Lillo, fechada
en el último tercio del siglo XV, una de las primeras en las que aparece esta
tipología, sin que se pueda por ello indicar que sea la primera. De igual
manera, la de San Juan de Castrojeriz
(Burgos) pudo comenzar a edificarse en este último tercio de siglo, si bien las
bóvedas parecen ya del siguiente. De ese momento temprano sería también la de Santa Cruz de Medina de Pomar (Burgos).
Iglesia de San Juan de Castrojeriz |
Interior de la iglesia de San Juan de Castrojeriz |
Iglesia de Santa Cruz de Medina de Pomar |
En
la misma provincia de Valladolid encontramos la de Santiago de Villalba de los Alcores. Reedificada sobre un templo de
estilo cisterciense, del que aprovecha la capilla mayor y el muro bajo del lado
del Evangelio, presenta pilares poligonales, habituales en soluciones de apoyos
de salón de finales del siglo XV hasta principios del siglo XVI. Es probable que
la de Villalba sea del primer momento, dado el recurso a colocar arcos
diafragmas en el apoyo de los fajones de las naves laterales y en sus bóvedas
de nervios rectos. El uso de los arcos de refuerzo parece indicar un titubeo a
la hora de plantear la estabilidad del sistema y eso le presta el
característico arcaísmo a este templo.
Es
difícil precisar de dónde se pudo tomar el tipo en Castilla. Las alemanas son
las únicas anteriores, pero no hay constancia de contactos profundos por
razones políticas o comerciales entre el medio castellano y el alemán hasta una
fase avanzada del reinado de los Reyes Católicos. Tampoco consta que algún
personaje español pudiera importar el modelo como sucede con la catedral
italiana de Piacenza. Ciertamente llegan a Castilla artistas nórdicos, entre
ellos alemanes, que pudieron dar a conocer este tipo de templo, si bien en la
zona renana influyen más los postulados franceses, y no conocemos ninguna
iglesia de tipo salón trazada por ellos en España. Por otro lado, la unión de
los dos reinos de Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos, pudo
poner en contacto al medio castellano con el concepto espacial aragonés, y en
especial con sus Lonjas, las cuales pudieron servir de referencia también a los
modelos castellanos. No hay duda de que la iglesia salón alemana tiene un
concepto espacial distinto al español, con su tendencia a hacer naves laterales
muy estrechas, la verticalidad de sus proporciones y el frecuente empleo de
deambulatorios. En cambio es más próximo el concepto espacial de nuestros
edificios con esos edificios de lonjas aragonesas.
El
sistema tuvo tal éxito que se siguió usando, al menos en Castilla y León
durante el siglo XVII. E incluso aparece en algún ejemplo neoclásico, como en
la reconstrucción de la iglesia parroquial de Santa María de Villabrágima
(Valladolid).
HALLENKIRCHE
EN LA PROVINCIA DE VALLADOLID:
MEDINA
DE RIOSECO. Iglesia de Santa María de Mediavilla
Se
trata de un edificio gótico, en piedra, que cierra el lado norte de la plaza de
Santa María, antigua plaza de la Contratación. Debió de comenzarse a edificar
en la última década del siglo XV, pues en 1516 Gaspar de Solórzano, Miguel de
Lagorta y Pascual de Jaén se conciertan con la parroquia para proseguir una
obra ya iniciada.
Posee
las típicas tres naves a igual altura, y cuatro tramos pronunciados al exterior
por elegantes contrafuertes que muestran en su tercio superior ornamentación de
tracería y gárgolas. Cabecera con ábside poligonal de tres lados, prolongados
hacia la nave por un tramo recto donde se adosan las capillas de Benavente y
Palacios. Las
bóvedas son de crucería con terceletes y combados. Descansan sobre pilares
compuestos y columnas adosadas. En el arranque de las bóvedas, medallones de
yeso con representaciones de profetas y sibilas, obra de Jerónimo de Corral.
En
cada tramo de las naves hay ventanales con arco apuntado rebajado, mainel y
tracería. Tiene dos portadas laterales enfrentadas. La principal, en el lado de
la Epístola, se enmarca en contrafuertes y muestra arco conopial entre columnas
rematadas por pináculos, en el que se cobijan arco carpanel, tímpano con imagen
en bulto de la Virgen y arquivoltas apuntadas. Configuran la parte superior de
la portada dos cuerpos de arquerías ciegas, el superior con almohadillado sobre
el que aparecen los escudos del Almirante de Castilla y de la villa. En el muro
norte, lado del Evangelio, portada de arco carpanel y arquivoltas lisas que
descansan sobre columnillas, sólo la central con decoración geométrica. Su
diseño se compara con la del desaparecido palacio de los Almirantes, que estuvo
situado frente al monasterio de San Francisco.
Portada principal |
Portada del lado del Evangelio |
La
torre, a los pies, centrada en el eje del edificio, tiene planta cuadrada y
cinco cuerpos. Arruinada en gran parte en 1703, de lo que queda testimonio en
su interior, fue reconstruida, pero no se vería culminada hasta que, entre 1737
y 1739, el escultor riosecano Pedro de Sierra añade la coronación con el
campanario ochavado y linterna, ejecutando una obra un tanto diferente de la
proyectada en la traza, hoy conservada en el Museo de San Francisco.
MEDINA
DE RIOSECO. Iglesia de Santiago de los Caballeros
La
antigua iglesia de Santiago debió de comenzarse con anterioridad al año 1476. La
traza del nuevo templo es encargada a Rodrigo Gil de Hontañón y parece
presentarse en 1533, aunque la relación directa de este maestro con la
parroquia no se documenta hasta el año 1543 en que se le efectúan pagos de
salario. Figuran como aparejadores Rosillo y Juan de Rivas, a quienes sucedió
en algún momento Hernando Zorrilla tal y como consta en datos de 1571.
A
la muerte de Rodrigo Gil de Hontañón, en 1577, el riosecano Juan de Hermosa,
aparejador y criado de Alonso de Tolosa en las obras de la cuarta Colegiata de
Valladolid, se hace cargo de la fábrica, siendo el propio Alonso de Tolosa
quien años más tarde, en 1586, daría la traza de “como se había de hacer y acabar la obra de la iglesia”, en lo
referido a la parte de los pies del templo: fachada, portada y torres.
En
1580 y en 1585 se constata la permanencia de Hermosa en las obras. Labra y
asienta un arco, y realiza gradas y altares. Es igualmente este maestro quien,
en 1596, lleva a cabo las obras del cementerio y atrio. En 1608 se continuaba
la obra de cantería y se abrían los cimientos de la torre, en la que Hernando
de Nates realizaba poco después de 1614 veintisiete hiladas de piedra.
El
edificio consta de tres naves de igual altura y cuatro tramos. Cabecera con
tres ábsides semicirculares y coro sobre arco escarzano. Los pilares son
cruciformes, rompen su esbeltez con una moldura y rematan en capiteles
toscanos. A este nivel, a modo de imposta, recorre todo el perímetro interior
del templo un balcón corrido o pasarela de servicio al que se accede por una
escalera de caracol abierta en el lado del Evangelio. Los ventanales son
bíforos, con arcos que se interceptan a la altura de la imposta.
En
distintos puntos de los muros figuran fechas que señalan el progreso de la
edificación: AD 1556, sobre la cancela de la puerta norte. 1626, sobre el arco
del coro. 1670, sobre la cancela de la puerta sur. 1672, en el muro sur sobre
los altares de Santa Lucía y de la Virgen Marinera. García Escobar anota la
fecha de 1607 en “los colosales cubos del
testero”.
La
iglesia cuenta con tres portadas, todas ellas diferentes:
La
fachada principal posee una clara inspiración herreriana, sigue fielmente
aunque con alguna variación, el diseño de los cuerpos laterales de la fachada
principal de la catedral de Valladolid. La portada es de dos cuerpos. Tiene
puerta adintelada sobre la que se sitúa un óculo moldurado que ilumina el coro.
En el segundo cuerpo, sobre el ventanal rectangular que también da luz al coro,
hornacina con escultura del santo titular, que realiza Manuel Ordóñez en 1698.
Ambos cuerpos incorporan pares de columnas corintias cuyos capiteles,
realizados por Lucas Ortiz en 1699, aportan una nota de personalidad al
conjunto de la fachada. Esta se flanquea por dos cuerpos, a modo de torres, de
los que sólo el del lado de la Epístola se completa con campanario.
La
portada meridional se atribuye a Rodrigo Gil de Hontañón y sigue de cerca el
esquema que poco antes realizara el arquitecto salmantino para la Universidad
de Alcalá. La labra Miguel de Espinosa en 1547, fecha que consta en una
cartela. Se estructura en tres cuerpos rematados por un frontón con la imagen
del Padre Eterno, similar al que corona los retablos que Espinosa realizara en
el crucero de la iglesia de San Francisco. Tiene puerta de arco carpanel,
imagen de Santiago peregrino en hornacina avenerada, escudos de la ciudad de
los Almirantes y profusión de grutescos. En 1770 se incorporan las imágenes de
los evangelistas y el relieve de la Virgen del Pilar, de Juan Canseco, con la
aparición de la Virgen al apóstol Santiago en Zaragoza, ordenándole la
construcción de su templo.
La
portada norte es de estilo gótico-renacentista, tiene puerta de arco rebajado
con anagrama de Jesús sobre la clave y arquivoltas molduradas, arropadas por
arco conopial. Muestra juegos de líneas curvas, florones, cardinas y escudos
con el blasón peregrino. Todo ello entre estilizados pináculos góticos. Hoag la
atribuyó a Rodrigo Gil, opinión que rebate Casaseca al sugerir que su labra
pudo ser obra de canteros que trabajaban en Santa María de Mediavilla.
CIGALES.
Iglesia de Santiago
La
iglesia parroquial de Cigales posee unas grandes proporciones, lo que la llevan
a ser una de las más importantes de la provincia vallisoletana. Es un edificio
renacentista del siglo XVI, que fue concluido en su totalidad avanzado el siglo
XVIII. Labrado todo él en piedra caliza, extraída de los cercanos páramos,
consta de tres naves, que terminan en cabecera tripartida, separadas entre sí
por pilares cilíndricos que soportan bóvedas cubiertas a la misma altura,
originando una planta de salón. Las bóvedas son de arista decoradas con
yeserías de triángulos de placa y puntas de diamante, obra del siglo XVII.
La
construcción de la iglesia se desarrolló en dos etapas. Rodrigo Gil de Hontañón
daba su traza en 1535, llevada a efecto por lo que respecta a la cabecera y
primer tramo de las naves por el maestro Juan de Saravia, en estilo
renacimiento purista. El resto del templo pertenece al estilo post-herreriano
de Diego y Francisco de Praves que concluyeron las obras.
La
iglesia tuvo tres puertas, habiéndose cegado la lateral del Evangelio. La
fachada de la nave de la Epístola, está inspirada directísimamente en la
catedral vallisoletana. Viene a ser un gran arco triunfal, decorado en su mitad
superior con un relieve de Santiago matamoros.
A
los pies, la fachada principal, con arco de medio punto cobijando puerta
adintelada, está flanqueada por dos torres, de cuatro cuerpos rematados en
cúpula y linterna. La torre del lado del Evangelio contiene una bella escalera
de tipo claustral, con balaustres arriñonados, que sería construida por el
arquitecto Manuel Godoy. La torre del lado de la Epístola será obra del siglo
XVII. En el tímpano del arco de la fachada principal una inscripción recuerda a
quien con su apoyo económico se pudo terminar la iglesia: “Se hizo a expensas
del Ilmo. Sr. D. Fr. Antonio Alcalde natural de esta villa, Obispo de Yucatán,
oy de Guadalaxara, en América. Año de MDCCLXXII”.
SIMANCAS.
Iglesia del Santísimo Salvador
El
edificio tiene tres naves, conforme al plan de salón; los apoyos son severos
cilindros, que reciben la carga de bóvedas de crucería estrellada. A los pies
hay una torre románica, cuyo segundo cuerpo está abierto hacia el templo para
alojamiento del coro. La puerta se sitúa a mediodía. Se constituye por dos arquerías,
con apoyo común. Los arcos son flamígeros y cruzados. En una hornacina que hay
entre ellos estuvo una escultura en piedra del Salvador, que hiciera Juan de Cambray
y Miguel de Espinosa, imagen sustituida en el siglo XVIII por otra realizada
por Pedro de Bahamonde.
El
templo se fechará en el primer tercio del siglo XVI. El tipo es el habitual de
salón, el más frecuente en el Renacimiento hasta la aparición del tipo
jesuítico. En 1546 se hacían obras de recalzo de uno de los estribos del
templo. Fue preciso encimbrar la capilla de Santiago para efectuar la obra. Las
obras se alargaron hasta 1569, año en que comparece el arquitecto Juan de
Escalante para indicar cómo se había de recibir el estribo.
VILLALBA
DE LOS ALCORES. Iglesia de Santiago
La
iglesia posee tres naves, con capilla mayor muy baja, cubierta con sencilla
bóveda de ojivas sobre columnas adosadas de capiteles esquemáticos y bóveda de
horno apuntado en el ábside. Al exterior, ventanal apuntado con derrame y canes
de decoraciones muy sencillas. Todo el muro del lado del evangelio es del mismo
momento que la capilla mayor, con canes sencillos y contrafuertes situados a
una altura tres metros por debajo del alero. Pero la zona superior del muro
corresponde a la ampliación de la iglesia.
El
interior se convirtió en un templo de tres naves separadas por pilares
poligonales, que señalan tres tramos. Cubre con bóvedas de crucería octopartita
en el centro del crucero, y terceletes en las naves. El último tramo de la
central lleva crucería estrellada. Los ventanales son de medio pinto, con
baquetones goticistas. La portada del lado de la Epístola es de medio punto,
con decoración de baquetones. Está protegida por un pórtico de cinco tramos
entre pilastras toscanas, con varios ojos de buey placados. La entrada es más
alta y remata en frontón. Cubre con bóvedas de arista.
La
parte más antigua es la capilla mayor, los dos muros colaterales adyacentes y
todo el muro del lado del Evangelio. Toda esta zona presenta un estilo
cisterciense del siglo XIII. El resto se debió hacer a partir de una fecha
cercana a 1500, planteándose una iglesia de tres naves a igual altura.
VILLABRÁGIMA.
Iglesia de Santa María
Se
encuentra situada en la plaza principal de la localidad. La iglesia ha llegado
hasta nosotros como fruto de diversas reformas, motivadas por distintas
vicisitudes que sucedieron en el templo, de manera que se advierten elementos
que abarcan desde el primer cuarto del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII.
Es
una iglesia de tres naves dividida en cuatro tramos. Las naves se sitúan a
igual altura, por lo que se forma un espacio en forma de salón. Los apoyos son
pilares compuestos formados por un núcleo de planta cuadrangular, con pilastras
jónicas adosadas a cada lado. El friso de los entablamentos es abombado. Sobre
ellos se voltean grandes arcos de medio punto que sostienen bóvedas de arista
en las tres naves, a excepción del crucero que tiene cúpula sobre pechinas. Un
arco triunfal de medio punto da paso a la capilla mayor de planta rectangular.
La
estructura interior de la iglesia fue destruida por el incendio de finales del
siglo XVIII, de manera que se habría salvado la planta general del edificio, de
salón, creada en el primer tercio del siglo XVI y respetada por Juan de Nates
en la construcción de finales del mismo siglo, pero la estructura actual de pilares
y cubiertas es fruto de la reconstrucción neoclásica. Esta obra, realizada a
partir de 1784, está documentada como obra del arquitecto neoclásico
vallisoletano Pedro González Ortiz.
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- WATTENBERG GARCÍA, Eloísa: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XVII. Medina de Rioseco, ciudad, Diputación de Valladolid, Valladolid, 2003.
- URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XX. Antiguo partido judicial de Valoria la Buena, Diputación de Valladolid, Valladolid, 2004.