martes, 28 de agosto de 2012

LAS PINTURAS MURALES DE LA CAPILLA DE SANTA BÁRBARA EN LA ANTIGUA COLEGIATA DE VALLADOLID


Hoy voy a tratar un tema que todavía no había tocado, a pesar de lo cual es uno de mis preferidos dentro del mundo del arte. Se trata de la pintura mural medieval, y más en concreto la castellana. Hasta hace un par de años casi ni la había hecho caso, pero una serie de circunstancias me ha hecho fijarme en un tema tan interesante. Espero que os guste y que ponga un granito de arena para que todos nos concienciemos de la conservación de este tipo de pinturas, que además ser muy escasas en Valladolid, tienen muchas dificultades de conservación, ya sea por las humedades, paso del tiempo o por la ignorancia de las personas, las cuales en muchas ocasiones (y además no hace muchos años) han picado pinturas valiosísimas pensando que no eran más que borratajos del pasado.
En Valladolid, a diferencia de otras ciudades próximas como Salamanca o Segovia, escasean las pinturas murales de época medieval. En la ciudad propiamente dicha solo se pueden mentar las pinturas de Santa Bárbara en la Catedral, así como unos fragmentos en la iglesia del monasterio de San Benito (posiblemente sean ya pinturas renacentistas), y algún que otro resto en alguna de las clausuras femeninas vallisoletanas. Ya en lo que respecta a la provincia tenemos otros muchos ejemplos, muchos de los cuales son sobresalientes, pero de los cuales ahora no hablaré ahora.

Pinturas murales en el Monasterio de San Benito
La capilla de Santa Bárbara, en la antigua colegiata de Santa María la Mayor de Valladolid, cuenta con una interesante pintura mural tardogótica en el interior de un arco cegado en su muro oriental. Aunque su estado de conservación impide una visión completa del conjunto, aún se pueden distinguir cuatro escenas relativas a la vida de Santa Bárbara, con el episodio de la elevación de su alma a los cielos en el remate.
Vistas antigua Colegiata
 En el plano de la antigua colegiata de Valladolid que perteneció a Rivera Manescau, es posible identificar la capilla de Santa Bárbara en el lado del Evangelio del antiguo templo colegial, entre la capilla de San Bartolomé y la puerta llamada de Cabañuelas. Concretamente, se localizaba a la altura del segundo tramo del antiguo templo, cerca del espacio reservado al coro en la nave central.
Capilla de Santa Bárbara. Puerta de acceso a la antigua nave central de la Colegiata
Capilla de Santa Bárbara. Exteriores
Puerta de las Cabañuelas
A pesar de la escasez de referencia documentales sobre ella y de su mal estado de conservación, la capilla de Santa Bárbara, al igual que las otras ubicadas a los pies del templo, debió de cumplir una función funeraria, a juzgar por los tres arcosolios abiertos en el muro norte.
Capilla de Santa Bárbara señalada con el punto rojo
En el lienzo oriental del recinto se abre un amplio arco apuntado gótico, que cobija las pinturas murales que serán objeto de estudio. Está compuesto por una sucesión de molduras de media caña y boceles que apean en dos columnas lisas a cada lado, rematadas con capiteles que en origen tenían ornamentación vegetal. Los estudios realizados en los elementos estructurales de ese arco han puesto de manifiesto la existencia de tres capas de policromía. La primera se puede datar en el siglo XIV (se deduce del tipo de grafía de la inscripción de la arquivolta más externa), mientras que la segunda y la tercera corresponderían a mediados del siglo XV aproximadamente, debido al empleo del óleo como técnica pictórica.
Arco que contiene las pinturas murales
El arco, antes de enmarcar las pinturas murales, funcionaría como lugar de paso. En origen “el arco gótico cisterciense no contó originalmente con ninguna pátina o policromía, produciéndose el fenómeno decorativo una vez cegado y anulada su función de paso con el lienzo de las pinturas”. A partir de estas informaciones se puede deducir que el arco no contó con ninguna decoración hasta que fue anulada su función de paso. Todo esto permite suponer que, con anterioridad a la construcción de la capilla, la comunicación con la puerta de Cabañuelas se efectuó a través del mencionado arco.
Con la construcción de la capilla de Santa Bárbara en un momento indeterminado del siglo XIV, el vano se cegó. A la nueva capilla se accedería únicamente desde el interior de la iglesia colegial, al igual que ocurría con el resto de espacios que en origen configurarían el templo. Suprimido el vano y hasta que el muro recibiera el conjunto pictórico, fechable en la segunda mitad de siglo XV, como luego se verá, la superficie muraría pudo contener una imagen de carácter devocional.
Tanto por su ubicación litúrgica en el muro oriental de recinto, como por la manera en la que se organizan las diferentes escenas es posible suponer que estas pinturas fueran concebidas y funcionaran como el retablo de la capilla. Las escenas se distribuyen en una calle central y dos laterales, estas últimas divididas en dos cuerpos, a los que se une un remate en el ático. Esta ordenación a modo de retablo conlleva que cada una de las escenas, exceptuando la del ático, pues esta se tiene que adaptar a la forma apuntada del arco gótico, se encierren en compartimentos separados por bandas. Este esquema distribuidor también se puede apreciar en conjuntos murales pertenecientes a iglesias del norte de Palencia y del sur de Cantabria, como por ejemplo en San Juan Bautista de Matamorisca o San Juan Bautista de Mata de la Hoz, conjuntos fechados en la segunda mitad del siglo XV.
Pinturas murales de la iglesia de San Juan Bautista de Matamorisca
Pinturas murales de la iglesia de San Juan Bautista de Mata de Hoz
Las diferentes escenas representadas pertenecen a episodios de la vida de Santa Bárbara, aunque su colocación no sigue el orden del relato. La lectura que aquí se hará seguirá un orden cronológico.
De la escena central, de la que tan solo se ha conservado el marco, formado por un arco de medio punto con círculos en las enjutas, es posible suponer, a partir de la comparación con otros conjuntos dedicados a la vida de Santa Bárbara, que en este espacio, probablemente, aparecería la santa de pie, con la cabeza nimbada, cubierta con una túnica talar, llevando en la mano izquierda una torre de tres ventanas, y en la derecha la palma, símbolo del martirio.
Escena central del mural. Aquí aparecería la santa de pie
Según la leyenda, la santa, nacida en Nicomedia, era hija del sátrapa Dióscoro, quien la encerró en una torre en la que se abrían dos ventanas. A pesar de las prohibiciones de su padre, la santa abrazó el cristianismo. La primera escena, pintada en el segundo cuerpo de la calle izquierda, representa el episodio en el que Santa Bárbara encarga la apertura de la tercera ventana, símbolo de la Trinidad, mediante la cual la joven quiso expresar su fe. La santa, cuya cabeza siempre se distingue por medio de un nimbo dorado, exhorta al albañil situado a su izquierda y apoyado sobre un bastón, a que abra una nueva ventana en la torre. La presencia de un obrero que recoge unos sillares del suelo indica que la obra todavía no se ha culminado. La manera como ha sido representada la torre se aleja del modelo habitual, pues además de tener planta cuadrangular –frente a la usual forma cilíndrica– al igual que las del retablo atribuido al Maestro del Altar de Santa Bárbara conservado en el Museo de Wroclaw (Polonia), simboliza el dogma de la Santísima Trinidad mediante tres almenas, en lugar de las ventanas. Otro ejemplo de torre circular, y además más cercano, lo tenemos en la iglesia de Santa María de Alaejos, en una escultura realizada posiblemente por el gran escultor vallisoletano Pedro de Ávila.
Escena de "Santa Bárbara encarga la apertura de la tercera ventana" y detalle
Santa Bárbara. Iglesia de Santa María de Alaejos. Atr. Pedro de Ávila
Enterado su padre, quiso matarla con una espada, pero la intervención divina la salvó y la santa logró escapar. La continuación del relato, la Huida de Santa Bárbara de la torre y la persecución por parte de Dióscoro, se localiza en el primer cuerpo de la calle derecha. La primera parte se representa a la derecha de la composición. Aunque la Leyenda Dorada señala que la santa se salvó de su padre gracias a un peñasco, el artista plasmó la huida de la ssanta mediante la apertura del muro en la torre donde estaba encerrada. Esta fórmula figurativa alternativa no es algo extraño, pues tanto en un retablo dedicado a la Santa, realizado por el Maestro Francke de Hamburgo entre 1412-1415 y conservado en el Museo Nacional de Helsinki (Finlandia), como en la escena del Martirio de Santa Bárbara, realizada por Bernardo Pinturicchio para la Sala de los Santos de los Apartamentos Borgia (1492-1495) en el Vaticano, la santa atraviesa milagrosamente el muro de la torre.
Escena de la "Huida de Santa Bárbara de la torre y la persecución por parte de Dióscoro" y detalles
La parte izquierda de la escena es ocupado por Dióscoro en busca de su hija. El sátrapa, guiado por el pastor que la delató, es reconocible por llevar el mismo tocado que en el pasaje de la Denuncia ante el gobernador Marciano. Aunque su acompañante se asemeja, por su fisionomía y por los objetos que lleva, más a un obrero que al pastor de las fuentes, el buen estado de conservación de su figura permite apreciar la tonalidad gris de su rostro, lo que indicaría el posible interés del artista en plasmar la conversión del pastor en piedra, suceso que pudiera haber estado acompañado en la zona actualmente perdida por la milagrosa transformación de sus ovejas en saltamontes.
Tras ser capturada por su padre, éste presentó a Santa Bárbara al gobernador Marciano quien, tras la negativa de la joven a adorar a los dioses paganos y a renunciar a la doctrina cristiana, mandó que la sometieran a diferentes torturas. Este pasaje, la Denuncia ante el gobernador Marciano y la Flagelación, es ilustrado en la escena situada en el segundo cuerpo de la calle derecha. El primer episodio se desarrolla, debajo de un templete con arcos carpaneles que apoyan en columnas con capiteles, a la izquierda de la composición. En este espacio se encuentran Dióscoro sujetando una vara con su mano derecha, mientras que con la otra agarra el cabello de su hija que, arrodillada, es entregada a Marciano. Éste sostiene con su mano una vara similar a la de Dióscoro, y señala con la otra mano la suerte que le espera. La negativa de la santa le conduce a su suplicio, representando a la derecha de la composición. Santa Bárbara aparece arrodillada, semidesnuda y atada a una columna mediante una cuerda agarrada por un sayón, quien además la está azotando.

Escena de la "Denuncia ante el gobernador Marciano y la Flagelación" y detalles
Gracias a la conservación del dibujo preparatorio y a elementos como una espada y dos nimbos dorados, se ha podido identificar la siguiente escena con el episodio del Camino hacia el Martirio y la Decapitación de Santa Bárbara, que se localiza en el primer cuerpo de la calle izquierda. Tras la flagelación y los diferentes tormentos sufridos por la santa, Dióscoro la llevó hasta la cima de una montaña para decapitarla. La primera parte, es decir el Camino hacia el martirio, se representa a la izquierda de la composición. Tal identificación es posible gracias a la conservación de una serie de dibujos preparatorios de un conjunto de figuras, quizás las personas que acompañaron a la santa hacia el martirio, orientadas hacia Santa Bárbara, de la cual únicamente es posible apreciar el nimbo dorado de su cabeza. A la derecha del encasamento aparece la muerte de la joven, cuyo rastro se puede seguir por la conservación de un segundo nimbo dorado, encima del cual se alza una espada, probablemente sostenida por su padre verdugo.

Escena del "Camino hacia el Martirio y la Decapitación de Santa Bárbara"
En el remate de este “retablo” se encuentra la Elevación del alma de Santa Bárbara a los cielos. Vestida con una túnica blanca, la santa es elevada a los cielos por los ángeles gracias a un paño que tapa su figura casi al completo. Por delante, se representarían dos figuras angélicas sosteniendo una filacteria cuya inscripción no se ha conservado. De las parejas de ángeles vestidos con túnicas oscuras que flanquean a la mártir, la mejor conservada es la de si izquierda. De ellos. El ángel situado en el extremo tiene unas alas rojas, mientras que las del otro son verdes. De los ángeles de la derecha se ha perdido prácticamente toda su policromía y dibujo preparatorio.

Escena de la "Elevación del alma de Santa Bárbara a los cielos"
Además de los encasamentos en los que se disponen las diversas escenas, el conjunto mural fue enmarcado por un perfil ajustado al arco apuntado donde se halla. Este marco, conservado únicamente en su parte derecha, se extiende hasta las basas de las columnas en las que apea el arco, lo que podría indicar que el ciclo de Santa Bárbara estuviera constituido, al menos por más. Sin embargo, la selección de los episodios más importantes de su ciclo y la funcionalidad del conjunto mural como un retablo, mueve, a pensar en la existencia de una mesa de altar en la zona inferior, quizá delimitada, aunque no se ha conservado nada que lo atestigüe, por una serie de motivos pictóricos geométricos que, muy habituales en los murales tardo góticos, funcionarían como soporte de conjunto pictórico y como arrimadero, pues no era habitual la ubicación de escenas en las zonas inferiores de las pinturas murales, pues ahí se degradaban con mayor rapidez.

Desde el punto de vista formal, el conjunto mural está dentro de la órbita del gótico internacional, que si bien se desarrolla entre las últimas décadas del siglo XIV y las primeras del siglo XV, en Castilla penetra con posterioridad. La vinculación a este estilo viene determinada por unas mayores pretensiones naturalistas, que se manifiestan tanto en la manera en que las figuras han sido construidas como en el tratamiento de los pliegues de las vestimentas, así como en la creación de una sensación de espacialidad mediante la inclusión de fondos paisajísticos, en el conocimiento de la perspectiva, visible en las arquitecturas representadas o en la importancia que adquiere el color, amén del dibujo, pues a pesar de que éste tiene también su intervención en la construcción de las figuras, se abandona el carácter lineal característico de estilos anteriores. En relación con este último aspecto se debería indicad asimismo una mayor variedad en la paleta cromática. La pintura del gótico internacional también se caracterizó por el gusto a la hora de representar elementos anecdóticos, hecho que se pone de manifiesto en el detallismo con que se representan los tocados en el pasaje de la Denuncia ante el gobernador Marciano y la Flagelación o, en especial, en el episodio en que Santa Bárbara encarga la construcción de la tercera ventana, donde además aparecen las herramientas de los personajes y, lo más llamativo, el pendiente que lleva el obrero que habla con Santa Bárbara, colgado de su oreja izquierda.
Si bien el gótico internacional perduró en Castilla hasta pasada la mitad del siglo XV, estas pintura deben ser datadas, según el análisis de su indumentaria, en los años 70 de dicha centuria. En ese momento coincidía con el desarrollo del nuevo gusto hispano flamenco que estuvo presente en Castilla desde los años 50 del siglo XV hasta las primeras décadas del siglo XV. Sin embargo, no es posible adscribir el conjunto de Santa Bárbara al estilo hispano flamenco, debido a que no hay interés en la plasmación de la realidad inmediata, ni se aplica un tratamiento detallista a la vegetación o a las arquitecturas de fondo.
Conviene decir que estas pinturas murales muestran ciertas semejanzas con la obra del pintor, afincado en León, Nicolás Francés. Esto no quiere decir que sean suyas, que seguramente no lo sean, sino que el pintor que hizo estas pinturas conocía su obra. Francés realizó, entre otras muchas obras, las pinturas que decoran las puertas del retablo de la capilla del contador Saldaña, en el Convento de Santa Clara de Tordesillas (Valladolid). Así, el templete bajo el que se desarrolla el pasaje de la Denuncia ante el gobernador Marciano, presenta similitudes con algunas de las arquitecturas representada en las pinturas de las puertas de este retablo.

Detalle del templete de las pinturas murales de Santa Bárbara en la Colegiata de Valladolid
Tres templetes diferentes en las pinturas del retablo del contador Saldaña. Monasterio de Santa Clara de Tordesillas


BIBLIOGRAFÍA
NUÑEZ MORCILLO, Sergio: "Las pinturas murales de la capilla de Santa Bárbara, en la antigua colegiata de Santa María la Mayor de Valladolid", B.S.A.A., Tomo LXXVII, 2011, pp. 11-26