Este nuevo post es
quizás uno de los que más ilusión me ha hecho publicar a lo largo de la
historia del blog. Con él se rompen dos reglas no escritas del mismo,
acontecimiento nunca acaecido hasta la fecha, pues ni trata sobre Valladolid ni
ha sido redactado por mi. Sin embargo esta excepción bien vale la pena pues el
siguiente artículo, desarrollado de una manera amena a la par que rigurosa, trata sobre un
tema muy sugestivo y que en los últimos años se encuentra en boga. Por si fuera poco, el texto lleva la firma de una persona a la que quiero, aprecio y
admiro a partes iguales, y que, por qué no decirlo si es verdad, escribe como
los ángeles. Solo me queda darle las más sinceras gracias y, a vosotros, desearos que disfrutéis con su lectura; y recordad #YoMeQuedoEnCasa
ICONOGRAFÍA
ERÓTICA ROMÁNICA
Por:
Victoria González Zancada
Uno de los principales
temas de la escultura románica que llama la atención de todos, son las extrañas
figuras lascivas y obscenas situadas en las mismas iglesias.
Contexto Histórico:
Para comprender esa
iconografía primero tendremos que analizar el contexto histórico en el que
fueron creadas. Las iglesias y monasterios medievales son los principales
agentes organizadores del territorio, y por tanto en los principales centros
sociales; por lo que la religión inunda todos los ámbitos vitales.
Paralelamente en este
siglo XI se establece una doctrina eclesiástica común a toda Europa con la
reforma de Gregorio VII, que impone la castidad clerical en el Concilio de Roma
de 1074, acabando oficialmente con los matrimonios eclesiásticos y la
barraganería; pero las relaciones de los monjes se mantendrán por la doble
moral eclesiástica hasta el siglo XIII. Hasta el siglo XIV tampoco se
establecerá de manera civil una obligatoriedad de la monogamia y del
matrimonio, pero sí se defenderá por la iglesia como la única relación legítima
para los laicos, condenando el amancebamiento y concubinato. Esta reforma es expandida
por la orden benedictina de Cluny, que instala multitud de conventos en el
territorio hispano. Tienen un rígido concepto de la vida monacal, entendiendo
el ascetismo como el más puro modo de vida, por lo que se refuerza dentro del
cenobio y se intenta expandir a los laicos. Se basa en una represión constante
del cuerpo y de sus placeres al ser solo este una prisión del alma, que puede
condenarla eternamente si cae en la tentación. Volviéndose aún más tenaz al
aparecer la herejía nicolaísta que no sigue los preceptos del celibato
clerical.
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Demonio llevandose a dos hombres apresados por sus testículos. Catedral, Tudela (Navarra) |
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Hombre y mujer desnudos acompañados por un demonio. Catedral, Tudela (Navarra) |
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Capitel de la Lujeria. Catedral, Santiago de Compostela. Fotografía tomada de www.romanicoaragones.com |
Pero bajo la apariencia
de esos argumentos teológicos, el control de la sexualidad se debe a razones
mundanas. Se condena la actividad sexual para que el sentimiento de
culpabilidad la frene, y por tanto no se caiga en un inabarcable aumento
demográfico que provoque una enorme crisis en la debilitada economía de la
Reconquista. Además el celibato eclesiástico y la monogamia civil responden a
una intención de mantener unida la herencia, evitando que se desperdigue y por
tanto se empobrezca, y a una legitimación del linaje.
Paralelamente es necesario
un aumento demográfico por la propia Repoblación del territorio, buscado además
por la Iglesia para enriquecerse a costa del cobro de diezmos, por lo que se
instaura el matrimonio como sacramento para fomentarlo. Pero este consistía
solamente en un contrato económico y social que no solía responder a un vínculo
afectivo; además se veía trabado por el alejamiento por las guerras y la
violencia de género legitimada por el sometimiento bíblico de la mujer al
marido; lo que provoca la amplia difusión de prácticas como el adulterio y la
prostitución.
La Iglesia a mayores
condena cualquier actividad sexual cuyo fin no sea la procreación
(homosexualidad, masturbación, sexo oral y anal...) y el aborto, mediante unas
nuevas normas morales basadas en los textos bíblicos. Para castigar su
incumplimiento se instaura la penitencia (aunque también se instaurarán penas
legales), primero con una única realización pública al final de la vida que
consistía en autoinfligirse dolor físico y renunciar a cargos sociales y bienes
económicos, y después de manera íntima, constante y sucesiva mediante castigos
físicos. Pero cambiará el modelo en el siglo XI al permitirse la convalidación
de las penitencias por limosnas, acrecentando la brecha social. Esta penitencia
acompaña a las peregrinaciones, por lo que aumenta exponencialmente el número
de peregrinos que recorren el Camino de Santiago, decorándose las iglesias que
visitan con programas iconográficos infernales que les recuerden la condena
eterna que les espera si no remedian sus pecados.
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Mujer adúltera de la Portada de Platerías. Catedral, Santiago de Compostela |
Al irse secularizando
paulatinamente la sociedad desde el siglo XII por la recuperación y el
desarrollo de los núcleos urbanos de origen romano, aparece la idea eclesiástica
de la caída en la corrupción y la depravación de las gentes, por lo que se
llega al auge de la represión y de la representación de estos temas. Pero desde
el siglo XIII la cultura más laica y los avances científicos provocan un
abandono de la superstición frente a la búsqueda del placer carnal, por lo que
con la llegada del Gótico estas imágenes se volverán marginales o
desaparecerán.
Fuentes
documentales:
El primer rechazo a la
sexualidad como algo impuro se encuentra en la Antigüedad Tardía, defendido por
las corrientes gnósticas y estoicas que reaprovecharán los Padres de la
Iglesia. Del mundo clásico se tomará también El Fisiólogo y Naturalis
Historia de Plinio, donde se aplican valores morales a una serie de
animales creando una simbología que derivará en los Bestiarios medievales
(también con un carácter erótico).
Las primeras fuentes
directas a la sensualidad son los propios textos bíblicos y hagiográficos, que
recogen prácticas a modo de crítica hacia los egipcios y mesopotámicos, y que repiten
el relato del santo que supera la tentación de la lujuria, por lo que las
mujeres se convertirán en las protagonistas de las representaciones del pecado.
Aunque hay otros con una finalidad erótica como el
Cantar de los Cantares. San
Agustín en
La Ciudad de Dios reinterpreta el
Génesis defendiendo
que antes del Pecado Original el sexo no era pecaminoso al no aportar placer,
pero desde la caída del género humano se corrompió; en la época medieval se
simplificó esta teoría, asociando el Pecado Original (antes de orgullo ante
Dios) al coito; este pecado se mantendría sucesivamente generación tras
generación en la Tierra. San Gregorio Magno en
Moralia in Job (a partir de las listas anteriores de
Evagrio el Póntico y Juan Casiano) establecerá los siete definitivos
pecados capitales, destacando la lujuria como uno principal al dañar el cuerpo
y el alma, que se debe combatir mediante la ascesis. Aunque en origen solo
afectaba al adulterio, se extrapola a todo disfrute de la sexualidad.
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Personaje itifálico. Colegiata de San Pedro, Cervatos (Cantabria) |
Los castigos de la
lujuria (y por tanto sus representaciones) derivarán del Apocalipsis de
San Pablo (siglo III) y el Descenso de la Virgen María al Infierno
(siglo IX) donde predominan los ataques por bestias en las zonas erógenas; al
igual que en la Visión de Wettin (siglo IX) y la Crónica del abad
Hugo de Flavigny (siglo XI) donde ya se fija la iconografía. Además Santo
Tomás de Aquino en Summa Theologiae establece la Lujuria como Pecado
Capital al producir su realización más pecados, y determina los vicios más
graves o “contra natura”: zoofilia, homosexualidad y masturbación; cuyo castigo
será más terrible. También hay que tener en cuenta los “hadices” de la
literatura islámica que consisten en descripciones del Infierno y sus distintos
castigos.
Para librarse de ese
castigo eterno se debía realizar el castigo temporal de la penitencia,
apareciendo los Libros Penitenciales en el siglo VI con los monjes
evangelizadores de Irlanda, que recogen todos los tipos de pecados y establecen
una penitencia concreta para cada uno, por lo que estos libros iban dirigidos a
los curas confesores para que orientaran a los fieles. Se compilan con textos
de muy distintas épocas que describen los actos prohibidos con todo lujo de
detalles, como el adulterio, los besos, la zoofilia, la poligamia, la
abstinencia conyugal, el sexo prematrimonial, el sexo en día festivo, en
cuaresma o durante el periodo menstrual, el incesto, el lesbianismo, la
masturbación, la necrofilia, el “coitus interruptus”, el pensamiento pervertido,
las poluciones nocturnas, la prostitución, la violación, el sacrilegio (coito
de los eclesiásticos), el aborto, las segundas nupcias femeninas, el sexo anal,
el sexo oral, la homosexualidad masculina, el amancebamiento, las relaciones
interreligiosas, el uso de juguetes sexuales...Como en el
Penitencial
Albedense,
Cordubense,
Remense y
Silense.
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Sirena de dos colas que representa la lujuria. Iglesia de San Esteban Protomártir, Pineda de la Sierra (Burgos) |
La medicina medieval
también trata la sexualidad, basándose en el médico clásico Galeno, que
consideraba el sexo necesario para mantener un buen estado de salud. Esta idea
se mantiene con Constantino el Africano en Liber Coitu que recoge los
malestares y trastornos que produce la abstinencia. Bernardo de Gordonio (Liber
Medicinae) defenderá que el coito debe ser moderado para no provocar más
males que beneficios. Pero estas teorías no siguen un rigor científico sino que
se inventan enfermedades y caen en las curas supersticiosas, buscando solo un
argumento médico que refuerce la vida ascética cristiana. Otras teorías
pseudocientíficas recuperan la misoginia de Aristóteles y Plinio, defendiendo
que las mujeres están completamente dominadas por su deseo sexual infinito, y
que incluso su sexo puede ser peligroso para el hombre al transmitir
enfermedades venéreas; por lo que las representaciones eróticas las
protagonizarán las mujeres.
Pero no todas las fuentes
presentan una visión negativa de la sexualidad. Desde
El Cantar de
los Cantares se ha contemplado el coito como el modo de alcanzar a Dios, al
ser el más puro acto de amor y caridad, y aportar el máximo placer que puede
recibir un mortal. Esta idea será continuada por San Bernardo, planteando que
el primer paso para alcanzar el amor a Dios es el amor carnal, mediante el
sacramento del matrimonio y el mandamiento de la procreación. Paralelamente en
la Pascua de Resurrección se realizaba una liturgia obscena y de amplio
contenido sexual para celebrar el retorno del Señor, la cual no se frena
efectivamente hasta el Concilio de Trento.
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Coito. Colegiata de San Pedro, Cervatos (Cantabria) |
El mejor ejemplo de la
libertad sexual que se llevaba a cabo en la práctica, y el interés social que
suscitaba el tema, es El Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita (ya
del siglo XIII) que exalta el disfrute de los placeres mundanos en un mundo
lleno de peligros y desgracias. Creará una tradición literaria continuada por El
Corbacho del Arcipreste de Talavera, y las Coplas de Mingo Revulgo y
Provincial. También hay una literatura más popular de corte satírico que se
burla de las actitudes sexuales prohibidas o no, y de la doble moral que inunda
la sociedad. Los libros cortesanos (realizados por hombres y mujeres) ya
presentan un carácter puramente erótico y sensual, e incluso afectivo.
Desde el siglo XIII la
literatura eludirá la represión eclesiástica, apareciendo manuales sexuales y
textos médicos que explican los actos. Hay que tener presente que las normas
morales vigentes son totalmente independientes de la realidad cotidiana, ya que
pueden dominar la vida pública pero no la privada. Se ha de tener en cuenta que
estos textos no son copiados directamente por las imágenes, ya que los artesanos
seguramente no los conocían, pero inspirarán una mentalidad sexual común a la
época medieval.
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Pilar de la Lujuria (procedente de la Colegiata de Armentia, Vitoria). Museo Arqueológico Nacional, Madrid |
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Detalle del pilar. Fotografía tomada de https://www.flickr.com/photos/enriquecdc |
Extensión geográfica
y cronológica:
La escultura erótica se
centra en el Camino de Santiago ya que es el motor difusor del Románico desde
Francia e impulsor de una gran actividad artística. Pero hasta el siglo XII no
se instaura el Camino Francés, utilizándose el Camino Costero al ser más seguro
ante los ataques de los árabes, lo que explica que muchos de estos conjuntos de
escultura erótica se encuentren en la costa. La otra vía que acumula las
construcciones es la calzada románica que desde Herrera de Pisuerga llega al
puerto de Suances, conectando la meseta con el mar, por lo que era un camino
muy transitado por comerciantes. Además hay un núcleo menos comunicado pero con
una gran importancia artística en el Valle de Liébana.
Otras causas de la
extensión de esta temática en el norte pueden ser las migraciones de francos
cátaros a esta región, trayendo su mayor libertad sexual (pero acaban siendo
desterrados por Fernando III); o que por su carácter rural y aislado, el clero
del norte no siga rígidamente la ortodoxia, permitiendo estos temas populares.
También se ha hecho
hincapié en la despoblación que acaba sufriendo el norte ante el desplazamiento
de población hacia el sur con el avance de la Reconquista, por lo que la
concentración de imágenes se debe a la necesidad de un aumento de la
fecundidad.
Según Marta Poza
aparece como tema moralizante para los monjes, predominando las imágenes del
castigo de la lujuria, pero con la progresiva secularización social se expande
hacia ámbitos laicos (parroquias) representándose la propia realización del
pecado, para que el mensaje sea más sencillo y claro.
En el último cuarto del
siglo XI estas representaciones solo se encuentran en los canecillos y los
capiteles, expandiéndose desde el siglo XII por toda la portada y adquiriendo
un mayor tamaño para captar la atención de los fieles que se acumulan en el
acceso.
Los tipos
iconográficos:
•
La Lujuria: Representa el castigo infernal de este pecado
mediante una mujer (aunque también hay escasas representaciones de hombres,
como aquella perteneciente a la primitiva portada occidental de la Catedral de
Santiago) desnuda y con el pelo suelto, cuyos pechos son mordidos por
serpientes y a veces sus genitales por un sapo, aunque estos animales se suelen
intercambiar en las distintas obras. No tiene una finalidad erótica ya que es
un desnudo horrible y grotesco que busca el rechazo y temor del espectador.
Aparece por primera vez en
territorio hispano en la girola de la catedral de Santiago (imitando la
escultura de Saint-Sernin de Toulouse), desde donde se expande convirtiéndose
en el pecado más representado. Puede acompañar al pecado de la Avaricia al ser
los dos pecados más graves según San Gregorio, como aparece en el monasterio de
San Isidoro de Dueñas. Otras veces acompaña a la Anunciación o Epifanía a modo
de contraposición entre la pureza virginal y el pecado lujurioso, o para
simbolizar el Pecado Original y su redención por Cristo, con este sentido
aparece en la Catedral de Jaca.
También se asocia a este
tipo iconográfico la figura femenina de la portada de Platerías en la Catedral
de Santiago, al aparecer también semidesnuda y con el pelo revuelto, y portar
la supuesta calavera de su amante que debe besar dos veces al día (según el
relato del
Liber Sancti Jacobi del castigo al adulterio), pero es más
probable que represente a una Magdalena Penitente.
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La Lujuria. Monasterio de San Isidro, Dueñas (Palencia). Fotografía tomada de https://www.flickr.com/photos/rabiespierre/ |
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La Lujuria. Concatedral de San Pedro, Soria |
•
Exhibicionistas y onanistas: Son personajes desnudos (o
subiéndose la ropa) itifálicos (como los de los canecillos de San Martín de
Frómista) o con las piernas levantadas para reflejar su sexo de enorme tamaño
para resaltarlo, o que directamente se están masturbando (como en San Martín de
Elines).
El personaje femenino a
veces se sustituye por una sirena de dos colas por su simbología de la lujuria,
como en la iglesia de San Esteban Protomártir de Pineda de la Sierra (Burgos). Se estimula el
carácter sexual por los gestos, al adelantar los labios, y mesarse la barba o
atusarse el cabello. Sus actitudes son solemnes y erguidas y su rostro
complaciente, sin mostrar ningún rastro de humillación o arrepentimiento, por
lo que pueden estar relacionadas con la liturgia de la Pascua de Resurrección.
Por sus ropas se pueden distinguir aquellos personajes laicos, religiosos,
solteros y casados.
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Sirena de dos colas. Iglesia de San Juan ante portam latinam, Arroyo de la Encomienda (Valladolid) |
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Sirena de dos colas. Iglesia de San Vicente, Serrapio (Asturias) |
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Ídem |
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Exhibicionistas. Iglesia de San Cornelio y San Cipriano, Revilla de Santullán (Palencia) |
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Personaje masturbandose. Colegiata de San Martín de Elines (Cantabria) |
•
Animales relacionados con la lujuria: Basados en los simbolismos
morales del Bestiario Medieval. Pueden representar a las criaturas realizando
el coito, o simplemente tienen una simbología de la fecundidad de origen
primitivo basada en su profusa fertilidad, como los gatos, aves nocturnas y acuáticas,
conejos, serpientes, osos, cerdos, ranas y sapos; destacando los monos
itifálicos y machos cabríos. Otros vienen de la tradición clásica como el
venado de Artemisa y los centauros.
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Cabra tocando el arpa. Basílica de San Prudencio de Armentia (Vitoria) |
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Oso. Colegiata de San Pedro de Teverga, Teverga (Asturias). Fotografía tomada de www.asturnatura.com |
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Ave peleando con una serpriente. Iglesia de Santa María la Real. Piasca (Cantabria) |
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Buho. Iglesia de Santa María la Real, Piasca (Cantabria) |
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Venado. Iglesia de Santa María la Real, Piasca (Cantabria) |
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Cerdo. Colegiata de San Pedro de Teverga, Teverga (Asturias). Fotografía tomada de www.asturnatura.com |
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Mono. Colegiata de San Martín de Elines, San Martín de Elines (Cantabria). Fotografía de https://cellopraha.wixsite.com |
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Mono realizando una autofelación. Monasterio de Santa María la Real de la Oliva, Carcastillo (Navarra). Fotografía tomada de https://cellopraha.wixsite.com |
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Sapo. Iglesia de San Esteban Protomártir, Bañueños de Rudrón (Burgos). Fotografía tomada de https://cellopraha.wixsite.com |
•
Coitos y otras actividades sexuales: Se representa de manera
literal, ya sea de modo heterosexual u homosexual, y en posturas muy diversas
alejadas del “decúbito supino” aceptado por la Iglesia; además integran a
personajes religiosos; e incluso llegan a incluir sexo anal y oral.
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Coito. Colegiata de San Pedro, Cervatos (Cantabria) |
•
Embarazos y partos: Representan a mujeres desnudas embarazadas o
el parto de un realismo grotesco. Pueden estar vinculadas las festividades
litúrgicas de origen pagano que buscan estimular la fertilidad y facilitar el
proceso de maternidad (Santa Brígida); o pueden reflejar las consecuencias del
resto de actos representados, como se aprecia en el canecillo de la iglesia de
Artaiz (Navarra) donde el bebé nace con un cuchillo de la mano para estimularse
esa idea de castigo.
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Mujer parturienta. Iglesia de San Martín de Tours, Artaiz (Navarra) |
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Mujer embarazada. Iglesia de San Cornelio y San Cipriano. Revilla de Santullán (Palencia) |
•
Monstruo andrófago: Refleja la entrada al Infierno que se realiza
mediante la ingesta del pecador por parte de un demonio; esta entrada se
asociará a la vagina por parte de los eclesiásticos para simbolizar que en el
coito se encuentra el acceso al mal que conlleva un castigo eterno.
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Monstruo andrófago. Iglesia de San Miguel, Estella (Navarra) |
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Monstruo andrófago. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Durantón (Segovia). Fotografía tomada de https://cellopraha.wixsite.com |
Antecedentes culturales
y artísticos:
Frente a la rígida
religión oficial, la religión popular mantiene las tradiciones paganas por la
fuerte superstición de las gentes, por lo que la Iglesia se ve obligada a
cristianizarlas para mantener a los fieles (destacando las fiestas romanas
relacionadas con la fecundidad como las Lupercalia, Bacanales, Saturnalia...).
Las tradiciones egipcia e
india que mitifican y sacralizan la sexualidad serán traídas hasta la Península
por los árabes, los cuales conciben el sexo como un placer que ha creado Alá
para que lo disfruten, llenando los palacios con obras eróticas.
Desde la Prehistoria se
representan los temas sexuales en los ídolos de la fertilidad que reflejan
falos, pero aún sin un componente erótico; presentan un carácter sagrado de
protección que se mantendrá en el arte griego con el dios Príapo y en Roma con
los genios fálicos, apareciendo en algunas iglesias con el mismo sentido. Esa
función protectora aparecerá también en los atributos femeninos con la diosa
anglosanoja Sheela-na-nagig que espanta al mal y la muerte con su vulva
creadora de vida; aunque estos personajes femeninos que enseñan su sexo también
pueden derivar de la diosa griega acéfala Baubo cuyos ojos son sus pechos y su
boca la vulva. Otras obras prehistóricas de carácter fertilizante son las
mujeres embarazadas y los coitos, que también se mantendrán hasta el Románico.
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Fresco de Príapo (siglo I). Casa de los Vettii, Pompeya |
Un ejemplo de una
reinterpretación cristiana y moralizante de un tipo iconográfico clásico es el
símbolo de la lujuria. Deriva de la Gea griega y Tellus romana (madre tierra)
que aparece como una mujer desnuda que amamanta diversos animales, entre los
que se encuentran las serpientes (su alusión a la fertilidad viene de las
divinidades cretenses). Se recuperará en el arte carolingia en las escenas de
la Redención del género humano, donde esta figura se acompaña de Adán, Eva y
los atributos del Pecado Original para simbolizar que la Tierra fue el lugar
del Pecado frente a la pureza del Cielo (como en el
Evangeliario de Bernward de Hildesheim de 1015). Finalmente la
iconografía se confunde tomándose la mujer con serpientes en los pechos como
símbolo del Pecado Original, y asociándose a la Lujuria. Otro tema que se
copiará literalmente del arte griego pero con un sentido procaz es el del
Espinario,
convirtiéndose la espina del pie en una excusa para la figura para enseñar sus
genitales. Estos temas clásicos serán recuperados por la Iglesia ya que ella
misma también busca reconocerse como la heredera del Imperio Romano.
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El Pecado Original. Ermita de Santa Eulalia, Barrio de Santa María (Palencia) |
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Espinario. Colegiata de San Pedro, Cervatos (Cantabria) |
Distintas teorías sobre
su función y carácter:
•
Carácter moralizante: Según esta teoría se representan los actos
prohibidos por la Iglesia y sus castigos para evitar que los fieles los
cometan, siguiendo la religiosidad casi maniquea del Románico que contrapone
constantemente el Bien y el Mal. Por lo que su realismo se debe a su fin
identificador de los distintos pecados; lo que explicaría las escenas de
castigo y parto (consecuencias del pecado). Esto se relacionaría con su
situación en la iglesia al disponerse fuera (pecados de la humanidad) frente a
la pureza interior de la casa de Dios, pero esa teoría no explica las imágenes
que se han encontrado en los interiores. Otra idea consiste en que se sitúan
fuera ya que los penitentes no tenían acceso a la misa, y así reiteraban su sentimiento
de culpa (Beatriz Medina Gurrea).
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Coito. Iglesia de la Asunción, Castillejo de Robledo (Soria) |
Según Jesús Herrero Marcos
esta finalidad moralizante se demuestra ya que los comitentes que establecían
el programa eran los curas, y si los escultores mostraban cualquier atisbo de
originalidad o libertad expresiva perderían el trabajo. Leticia Tobalina Pulido
argumenta esta función defendiendo que todos los demás temas iconográficos de
la iglesia son didácticos, por lo que este también aportaría una enseñanza
moral, aunque en un lenguaje que entiendan los fieles. Inés Monteira Arias
añade a esta justificación que las figuras no buscan destacar la sensualidad,
sino lo grotesco y feo para dar una visión deformada de la sexualidad. Pero Mª
Ángeles Menéndez Gutiérrez desmonta esta teoría ya que estos programas no responden
al esquema iconográfico románico de pecado-castigo, sino que se representa en
mayor medida el primero.
•
Crítica al Islam: Claudio Lange creó esta teoría basándose en los
atuendos de los personajes (algunos circuncidados) de
San Esteban de Gormaz en Soria, y la iglesia de San Miguel de Corullón en el Bierzo.
La reforma gregoriana también contempló el problema de la presencia islámica en
la Península, y el creciente número de conversiones a la religión musulmana por
lo que se lleva a cabo una campaña propagandística que legitime la Reconquista.
Esta se basará en la crítica a la libre sexualidad musulmana, haciendo hincapié
en su modo de vida polígamo y en concubinato, junto con sus sensuales bailes.
En contraposición, E. Barrenechea plantea el origen islámico de estas
representaciones que habrían sido expandidas en el norte por los mozárabes,
pero en vez de una crítica a la otra religión adoptarían su concepto teológico
del sexo y la música como una ascensión mística.
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Personaje. Iglesia de San Miguel, Corullón (León) |
•
Escenas de la vida
cotidiana: Al ser las
iglesias y monasterios los únicos comitentes artísticos se ven obligados a
aglutinar todo el arte, tanto religioso como profano, al ser el principal
espacio público de los núcleos de población. Hernando Garrido basa esta
concepción en que las escenas eróticas se combinan con otras de combates,
oficios y actividades de ocio; contraponiendo este mundo vulgar del pueblo al
mundo superior de Dios (escenas religiosas). También plantea que podrían tener
un carácter supersticioso de protección ante los demonios, atrayéndolos y por
tanto evitando que atacaran a los fieles, o alejando al mal de la iglesia al
reconocer el edificio como propio. (se vincula con la tradición pagana).
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Personas exhibiendo sus sexos. Ermita de San Pedro, Puente Arenas (Burgos). Fotografía tomada de www.arteguias.com |
Miguelez Cavero plantea que las obras sexuales fueran totalmente
naturales en la época medieval, pero desde el Concilio de Trento se les aportó
ese carácter moralizante para adaptarlas a la nueva ideología más conservadora,
por lo que muchas sufrieron censuras y destrucciones. Ruiz Montejo concibe
estas imágenes como producto de una justificación moral, bajo la que se esconde
un fin satírico y cómico que entretenga y distraiga de sus penas tanto a los
escultores como los espectadores, por lo que se tiende al máximo realismo y
originalidad.
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Coito. Iglesia de San Miguel, Fuentidueña (Segovia) |
Ángel del Olmo García presenta otras ideas muy diversas a las que
podrían responder las esculturas. El sexo, al igual que la muerte, podría
simbolizar una igualación social, ya que se mezclan personajes de distintos
estamentos y etnias. También pueden responder a un sentido calendárico al
asociarse las figuras que se levantan la ropa para calentar sus partes pudendas
al fuego con el invierno, lo que se correspondería con el contexto rural y
agrícola. Además ha identificado a la figura itifálica con el personaje de la
literatura popular Marcolfo, que debía de ser un enano de gran falo que
provocara las risas del pueblo.
•
Fomento de la
reproducción: Ángel del
Olmo García interpreta las figuras como escenas de la vida conyugal, que buscan
un aumento demográfico, por lo que se corresponden con las imágenes de
embarazos y partos. Esa identificación con la fertilidad se aprecia en el
propio canon femenino, al destacarse el vientre y la vagina frente a los pechos
lisos. No son jóvenes de belleza delicada y sensual, sino madres abundantes y
poderosas que transmiten la idea de seguridad y protección. Pero en esta época
se produce un crecimiento demográfico natural debido a la mejora económica, lo
que haría innecesaria esta reiteración, aunque como la mortalidad era muy alta
por el hambre, la guerra y la peste, se debía afianzar el relevo generacional.
Leticia Tobalina Pulido desmonta esta teoría basándose en que muchos de los
actos representados como la masturbación y la homosexualidad no facilitarían
esa fecundidad.
•
Simbología espiritual: G. Atienza defiende que las imágenes
responden al concepto oriental de la trascendencia mística alcanzada mediante
el sexo. Se basa en la simbología del propio edificio, al simbolizar la bóveda
o la parte más alta de la iglesia a Dios, los canecillos que están justo por
debajo serían el modo para llegar hasta él. Junto a esta idea, justifica que la
presencia de demonios en los propios canecillos se debe a una imagen del amor
como vencedor del mal. Pero esta teoría no explica la presencia de otros temas
comunes en esos canecillos, o las figuras eróticas situados en otras partes del
muro. Además ese concepto teológico es demasiado complicado para que pudieran
comprenderlo los fieles, e incluso los escultores.
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Demonio. Iglesia de Santa María Magdalena, Tudela (Navarra) |
•
Tema puramente erótico: Los principales defensores de esta teoría
son Del Olmo García y Varas Verano, fundamentándose en que las imágenes no solo
representan una actitud sexual, sino que también estimulan el deseo erótico del
espectador. Se trata de un tema inherente al género humano por lo que aparece en
el arte de todas las culturas, aunque de una manera más o menos aceptada y
celebrada, pero irrefrenable ya que la actividad artística necesariamente
representa las inquietudes y la vida humanas. La sexualidad sagrada que aparece
en la Prehistoria, se mantendrá hasta el arte romano, y desde el desarrollo del
cristianismo permanecerá latente en la sociedad, buscando el momento para
reaparecer. También se plantea la existencia de un espíritu transgresor en los
artistas, al representar los actos prohibidos por la religión, saltándose las
rígidas e injustas normas morales, aunque de manera mínima.
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Orgia. Iglesia de Santiago de los Caballeros, Zamora. Fotografía tomada de https://educomunicacion.es |
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Personaje haciéndose una autofelación. Iglesia de los San Cornelio y San Cipriano. Revilla de Santullán (Palencia) |
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Personaje masturbándose. Iglesia de San Cornelio y San Cipriano, Revilla de Santullán (Palencia) |
En estas páginas hemos acabado con la concepción tradicional del arte
románico como puramente sacro y encorsetado, dando visibilidad a una temática,
totalmente natural en la época que fue creada, pero que la historiografía
posterior ha introducido en su ideología puritana. A lo largo de la historia de
la humanidad siempre se ha realizado arte erótico, con un carácter más o menos
público o condenatorio, al ser un tema inherente al propio ser humano, por lo
que siempre seguirá siendo necesario.
Bibliografía:
Cabanes, P. (2003) “La
sexualidad en la Europa medieval cristiana.”. Lemir, nº 7.
Del Olmo, A. (1999). Iconografía
sexual en el Románico. Salamanca: Artes Gráficas Bretón.
Del Olmo, A.; Varas;
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Antema.
Interesante artículo! En mi blog he dedicado un apartado a los canecillos con temática erótica de Galicia. Aquí os dejo el enlace por si os interesa. https://galiciapuebloapueblo.blogspot.com/p/blog-page_42.html
ResponderEliminarCorroboro y subscribo lo que se ha mencionado arriba de mi compañera de clase sobre la calidad de su trabajo. Merece ser admirada también por su capacidad de trabajo. Sin duda he aprendido también con esta entrada algo distinto al Barroco y a Valladolid que de manera igualmente maravillosa se trata en este blog.
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