El Hospital de Nuestra Señora de Esgueva estaba
situado hacia la mitad de la calle del mismo nombre. La institución fue fundada,
según comentaba ya Antolínez de Burgos, por el conde D. Pedro Ansúrez y su
mujer Dª Eylo en los terrenos que formaban su palacio cuando éste vino a Valladolid
hacia el año de 1074. En el palacio, que fue construido fuera del recinto de la
muralla por un alarife árabe llamado Mahomed, murió en el año 1080 el hijo del
conde, D. Alfonso, y en 1118 el propio Ansúrez.
Este hospital era el más antiguo de Valladolid. El
epitafio del Conde Don Pedro Ansúrez, en su sepulcro en la catedral de
Valladolid, termina con los siguientes versos que según Sangrador se
encontraron en el interior de la tumba: “DEXÓ
AL HOSPITAL DE ESGUEVA CON OTROS DOS HOSPITALES
”. Los citados versos dan al
Conde por fundador de otros dos hospitales. Según Zurita Nieto, se trata de los
hospitales de Todos los Santos,
reservado a sacerdotes, y del de San Miguel, para caballeros. Estos dos hospitales acabaron reuniéndose (para
lograr una mayor efectividad) como lo dice una lápida que se ha conservado, y
que dice: “HOSPITAL
DE LA COFRADÍA DE TODOS LOS SANTOS, DE LOS ABBADES Y S. MIGUEL DE LOS
CABALLEROS, QUE FUNDARON EL CONDE D. Pº ANSSURES Y CONDESA DOÑA YELO SU MUGER.
AÑO DE M.C. REEDIFICOSE AÑO DE 1669”. Esta lápida se encontraba
en la fachada de la casa número 43 de la calle del Marqués del Duero y ha
ingresado en el Museo Arqueológico de la ciudad.
Lápida de la Cofradía de Todos los Santos encontrada en la calle del Marqués del Duero |
El Hospital de Esgueva careció de la carta de
fundación que documentalmente autentificara su origen y fundación. La escritura
debió de perderse, junto a otros documentos, en el incendio ocurrido en el
archivo hacia el siglo XV. A pesar de todo consta que fue fundado, durante el
reinado de Alfonso VI, hacia los años 1073-1109, por Pedro Ansúrez y Dª Eylo
sobre el palacio que ambos regentaban, el cual le cedieron, dotándole asimismo
con rentas propias que producían hasta 6.000 ducados, siendo de Patronato Real
que aceptó para sí y sus sucesores el referido rey Alfonso VI; y que, para la
conservación y dirección, fundaron una cofradía que ejerciese de vice
patronato, de gentes nobles y de limpia sangre con el título de Santa María de
los Escuderos. En los primeros siglos se la conoce con el nombre de “Confradía
de Santa María de Esgueva”, después, con el de “Confradía de los Escuderos de
Santa María de Esgueva”; y, por lo menos desde la primera mitad del siglo XVI,
con el de “Confradía de Caballeros de Santa María de Esgueva”, o simplemente
“Caballeros de Esgueva”.
Samuel Luna. El Conde Ansúrez |
Las primitivas Ordenanzas de la Cofradía, que
datan del siglo XV, indicaban que en el Hospital se atendía primero a los
enfermos pobres de Valladolid; después con el sobrante de sus cuantiosas
rentas, se acogía a los pobres menesterosos y especialmente a los ancianos; se
socorría anualmente a todos los pobres, y finalmente andando el tiempo, se miró
por la honra de las doncellas pobres, fundando dotes, para preservarlas “del infamante mal de la deshonra”. Entre
las ordenanzas figuraba otra que decía que “en
las casas principales del hospital que estén dos apartamentos… el uno para
recibir todos los dolientes varones… el otro para recibir todas las mugeres
dolientes”. Después de recibidos, los enfermos eran ingresados, dándoseles
a cada uno su cama “según la enfermedad
que tuviere… y que sean servidos y visitados de todas las cosas que oviere
menester… y que les den de los bienes de la dicha cofradía, físicos, cirujanos
y arropes y todas las otras melesinas”. Todo este servicio era gratuito.
Pero además existía el hospital “de fuera”,
es decir, otros dos apartamentos para hombres y mujeres, pero que estuvieran
sanos, pues se trataba de hospital y centro benéfico o asilo. En estas
ordenanzas se da a entender ya una disposición arquitectónica a base de
dependencias separadas para hombres y mujeres enfermos y lo mismo para acogidos
que estuvieran sanos pero que fueran pobres. Los que fallecían, se enterraban
en el cementerio de Santa María de la Antigua.
El Hospital fue objeto de diversas visitas
Reales, así en el año 1828, los reyes Fernando VII y María Josefa Amalia de
Sajonia en un viaje realizado a Valladolid hicieron una visita al Hospital de
Santa María de Esgueva. En 1836, año en que se crearon por Real Decreto las
Juntas municipales de Beneficencia, el Hospital de Santa María de Esgueva
perdió todas sus prerrogativas y quedó desde entonces a cargo de dicha Junta. En
1864 el hospital fue rebautizado con el nombre de Hospital Municipal de Santa
María de Esgueva. Un año después tuvo lugar su incorporación al Hospital de la
Resurrección. En 1872 el rey Amadeo I también le visitó, conmemorándose tal
suceso colocando sobre la puerta de entrada al patio una lápida de mármol
blanco con una inscripción en letras doradas que decía así: “S.
M. EL REY DON AMADEO I SE DIGNÓ VISITAR ESTE ESTABLECIMIENTO EL DÍA 20 DE JULIO
DE 1872. LA CIUDAD DE VALLADOLID CONMEMORA ESTE SUCESO COMO PRUEBA DE GRATITUD
A LA CARIDAD DEL MONARCA
”.
Su derribo se produjo en 1971, para ensanchar la
angosta calle y, de paso, construir un bloque de ocho o diez alturas, para
obtener unas plusvalías. Este es el resultado de tan esperpéntico edificio de
viviendas en la zona más ansuriana de la ciudad. En definitiva: fue un
gravísimo atentado contra los vallisoletanos y su patrimonio
histórico-artístico. El derribo del Hospital de Esgueva supuso, además, la
desaparición de varias viviendas y pequeñas tiendas instaladas en su entorno, las
cuales dieron lugar al actual conjunto de modernas, y espantosas, edificaciones
que configuran dicho espacio, al tiempo, que desaparecía el trazado de la
calle.
El Hospital Real de Esgueva en sus últimos días |
DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA
El Hospital de Santa María de Esgueva Se
encontraba situado, exactamente, en la actual calle Esgueva, más o menos en el
solar que ocupa un esperpéntico bloque de viviendas que tiene en sus bajos un
conocido supermercado, pero su localización original era más hacia el centro de
la calle, quedando como la mayoría de las rúas de nuestra ciudad: oscuras y
angostas.
La fachada e interior de este modesto edificio sufrieron
diferentes obras que poco a poco fueron quitándole su aspecto primitivo, quedándole
en sus últimos días sin ningún vestigio de su primitiva edificación, siendo el
edificio conservado entonces de la época de los Reyes Católicos.
La fachada se subdividía en dos zonas. En la
superior, que estaba rematada por una espadaña, se encontraba un escudo real con
las armas de la ciudad y del Conde; justo debajo destacaba en relieve el busto
del Conde, en medio de esta inscripción: “HOSPITAL MUNICIPAL DE SANTA MARÍA DE
ESGUEVA FUNDADO POR EL CONDE ANSÚREZ A CUYA MEMORIA DEDICA ESTE RECUERDO LA
CIUDAD AGRADECIDA. 1879”. Ya en la parte inferior se hallaba la puerta de
acceso al hospital, y a cada lado de ella una columna rematada con un león abrazando
un escudo (se trataba de los escudos de Castila y León y los jaqueles del
blasón del Conde Ansúrez). A la altura del arco de la puerta, en sendas
hornacinas coronadas por doseletes góticos, se situaban el arcángel San Gabriel
y en la otra la Virgen, formando la escena de la Anunciación.
Detalle de la portada. La Virgen de la Anunciación y el león con el escudo jaquelado del Conde Ansúrez |
Entre las numerosas copias de la Historia de Valladolid escrita por D.
Juan Antolínez de Burgos, destaca una que se conserva en la Biblioteca Nacional
de Madrid que ofrece la particularidad de estar ilustrada con dibujos, obra de
Ventura Pérez. Pues bien, uno de esos dibujos efigia la
portada del hospital. Presenta un arco de herradura, confirmando la sospecha
que tenía Agapito y Revilla. Es un elemento mudéjar, como el artesonado del
zaguán. Pero ya poco antes de la desaparición del hospital aparecía reformado,
pues ofrecía un medio punto. A los lados de la portada había dos columnas con
los escudos de Castilla y León y los del Conde Ansúrez, y encima de ellos, dos
esculturas de la Virgen y el Ángel, componiendo el tema de la Anunciación.
Traspasada la portada se pasaba al zaguán, que
poseía un interesante artesonado, de carpintería mudéjar, con los lazos y
cobijas policromadas. Posteriormente se accedía a un jardín, que debió de poseer
un patio completo, del cual en sus últimos días sólo conservaba un lado. Poseía
cuatro columnas con capiteles de hojarasca, del siglo XV, recibiendo zapatas.
Detrás venía un patio cuadrado de dos pisos, de columnas el inferior y pies
derechos de madera el superior. Las columnas fueron reutilizadas en el Castillo
de Fuensaldaña. Al piso superior se accedía por una sencilla escalera, del
siglo XVII, dotada de pretil de hierro y pilares de piedra. Finalmente: en la
galería alta, frente a la puerta de entrada, existía una lápida de mármol
blanco en la cual se hallaba esculpido con letras doradas la siguiente
inscripción: “A
LA HONROSA MEMORIA DE DOÑA ANA MARÍA BERZOSA DE BARRASA EN TESTIMONIO DE GRATITUD
POR SU GENEROSO LEGADO A FAVOR DE LOS ACOGIDOS EN ESTE SANTO HOSPITAL, DEDICA
ESTE RECUERDO EL EXCMO. AYUNTAMIENTO PATRONO DEL MISMO. AÑO 1878
”.
Columna y capitel del siglo XV, ahora reutilizados en el Castillo de Fuensaldaña |
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EL HOSPITAL DE SANTA MARÍA DE ESGUEVA II: El legado artístico
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BIBLIOGRAFÍA
- COSSIO, Francisco de: Guía de Valladolid y provincia (1922), Grupo Pinciano, Valladolid, 1990
- GONZÁLEZ GARCÍA-VALLADOLID, Casimiro: Valladolid. Sus recuerdos y grandezas (3 tomos), 1900-1902, Valladolid, 1980
- MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: “El arte en los hospitales de Valladolid”, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, 198?, pp. 190-200
- RUBIO Y BORRÁS, Manuel: Nueva guía de Valladolid, Establecimiento Tipográfico Julián Torés, Valladolid, 1895
- TIEDRA, José de: El Hospital de Santa María de Esgueva de Valladolid: fundación gloriosa y secular del Conde Don Pedro Ansúrez y Doña Eylo su mujer, Andrés Martín, Valladolid, 1937