En
la iglesia de Santa María la Mayor de Peñafiel, la que fuera parroquia más
importante de la villa (en ella se reunía el cabildo y guardaban sus archivos
los hidalgos), se encuentra uno de los museos más interesantes de toda la
provincia vallisoletana. A pesar de ser un museo prácticamente desconocido, el
Museo Comarcal de Arte Sacro contiene una buena colección de obras artísticas
procedentes de las diferentes iglesias y conventos de Peñafiel, algunos de
ellos desamortizados y desaparecidos, y también de templos parroquiales de la
comarca. Sus fondos son muy variados y comprenden la práctica totalidad de las
manifestaciones artísticas: escultura, pintura, orfebrería, numismática y hasta
documentos en papel.
La
iglesia debió de comenzarse a construir en el siglo XIV, si bien existió una
antigua edificación de progenie románica, de la cual se conserva un arco de
entrada situado en la pared del lado del Evangelio. Los sucesivos siglos
sirvieron para ampliar la iglesia y modernizarla, sin embargo, estas obras
trastocaron por completo el templo original. Así, el templo se siguió
construyendo durante el siglo XV, momento en el que se abordaron las tres naves
divididas en cuatro tramos y cubiertas con bóveda de crucería con terceletes y
combados en la nave principal y nervios cruzados en las laterales. Ya a
comienzos del siglo XVI se construyó el magnífico antepecho plateresco del coro
y la tribuna del órgano en la que aparece el escudo de los Girones, señores de
Peñafiel.
En
mayo de 1568 se contrató con el cantero palentino Gregorio del Hierro la obra
de cantería del portal y la portada de la iglesia. En abril de 1587 Diego de
Cueto, maestro de cantería estante en la villa de Roa, se comprometió a hacer
la obra de labrar el arco del pórtico que da al interior de la iglesia. El arco
exterior que da al soportal de la iglesia lo contrató en el verano de 1587 el
mismo Diego de Cueto junto con Hernando Alonso. En 1614 Jerónimo de Rioseco
levantó estribos e refuerzo de la capilla mayor, lo que indica que ésta
amenazaba ruina; por ello en 1621 el Padre Fray Diego de la Orden del Carmen
hizo las trazas para levantar una nueva capilla mayor, pero estos planes no se
llegaron a realizar hasta el siglo siguiente.
Después
de advertirse obras de menor importancia se llega a 1663, año en que se hundió
la torre de la iglesia, la cual fue reedificada pocos años después; de hecho,
en 1681 Juan Mazo y Blas Martínez de Obregón contrataba la ejecución del tercer
cuerpo de la torre; y en 1686 se cierra la parte superior de la torre, donde
están las campanas. La torre posee una estructura es muy sólida, cuadrangular y
de tres cuerpos. En 1678 se realiza la obra de un arco toral, siendo maestro de
obras José Delgado. En 1708 se repara la portada de la iglesia que daba a la
capilla de la Puente. En 1774 se reedificó de nuevo la capilla mayor de la
iglesia, siendo maestro de obras José de la Fuente. En 1810 peligraba la pared
de la primera nave y fue colocada en ella un estribo de refuerzo por José
Delgado. Hace pocos años se suprimió la capilla del Santo Cristo que daba a la
calle de la Puente.
El
Museo Comarcal de Arte Sacro de Peñafiel divide sus magníficos fondos en siete
grandes núcleos temáticos. Son las secciones dedicadas a la Virgen, a Cristo, a
los santos, a la orfebrería y a la arqueología e historia de Peñafiel, a todo
ello se ha de sumar su magnífico retablo mayor. La cantidad y calidad de las
obras es altísima por lo que no vamos a ir tratando una por una, sino que
indicaremos las más reseñables.
RETABLOS
Sin
duda, la obra más impresionante que custodia el museo es el retablo mayor, obra realizada por el
ensamblador palentino Gregorio Portilla en 1745. El retablo se articula a
través de cuatro columnas corintias de orden gigante con el tercio inferior
tallado. Por encima se sitúan otros tantos trozos de entablamento en esviaje.
El ático adquiere forma de cascarón, de tal manera que se adapta
perfectamente a la forma del ábside. Su hornacina principal está presidida por
la una imagen de vestir de la Virgen de Pajares, mientras que en las laterales
figuran un buen grupo de San José con el Niño y San Blas. Encimas de estas
hornacinas laterales se sitúan sendos clípeos con bustos del Salvador y la
Dolorosa. Ya en el ático figura una Virgen de la Asunción rodeada de ángeles,
dos de los cuales la coronan. Remata todo el conjunto en la Paloma del Espíritu
Santo, elemento muy característico de los retablos del último periodo barroco.
Completa este conjunto un hermoso tabernáculo del mismo momento y autor que lo
preside una hermosísima Inmaculada Concepción.
También
destacan otros dos retablos, uno que se encuentra presidido por una Virgen
vestidera (es la patrona de Peñafiel), y otro en el que figura representado San
Felipe Neri bajo una iconografía un tanto extraña. Ambas máquinas fueron
realizadas entre 1760-1767 por Damián Amusco, uno de los ensambladores
radicados en Peñafiel más destacados durante el tercio central del siglo XVIII.
ESCULTURA
En
cuanto a esculturas cabe destacar una hermosísima Piedad revestida con los hábitos con los que caracterizó Gaspar
Becerra a su Virgen de la Soledad. Al parecer fue tallada en el siglo XVI y
procede el desaparecido Convento de San Francisco.
Entre
las vírgenes medievales descuellan dos: una románica (siglo XII) realizada en piedra, que es la obra más antigua del museo, y que procede de la desaparecida iglesia de San
Esteban; y otra gótica (siglo XIV) de madera. Esta última, que es la antigua
titular de la iglesia, se basa en modelos franceses, y probablemente fue donada
por el famoso Infante Don Juan Manuel. Hay una tercera Virgen bastante
interesante. Se trata de la gigantesca de época barroca de la Virgen de la Antigua,
cuyo original se encuentra en la catedral de Sevilla.
Muy
importante es también un magnífico Cristo
Crucificado del siglo XIV que procederá de algún taller centroeuropeo.
Sigue un modelo que adquiere forma de “Y”, y del cual se conservan numerosos
ejemplos en Castilla. Es un Cristo patético, del que mana gran cantidad de
sangre del costado. Cerca de este Cristo se conserva un rotundo Atado a la columna que el profesor
Parrado atribuye al destacado escultor Juan Picardo. Cristo sigue las pautas de
los “atados” renacentistas: de pie, con las manos atadas a una columna alta.
También procede del Convento de San Francisco.
Por
último, cabe resaltar otras cinco esculturas que poseen bastante interés. Se
trata de un San Antonio Abad del
siglo XVIII; un San Antonio de Padua y
un San Lorenzo del siglo XVI y asignables
a Simón de Berrieza; y dos efigies que efigian a San Benito y a San Bernardo que se encuentran en el círculo del escultor y
ensamblador vallisoletano dieciochesco Pedro Correas.
PINTURA
Los
fondos pictóricos son escasos, aunque entre ellos se hallan tres hermosas
tablas hispanoflamencas del renombrado Maestro de Osma, llamado así porque la
primera pintura que se le pudo asignar se halló en El Burgo de Osma. De este
anónimo autor se han ido encontrando numerosas obras a lo largo de toda la
Ribera del Duero; de hecho, en el Museo de Valladolid se conservan diversas
tablas procedentes de Curiel de Duero. Las tablas conservadas en este museo de
Peñafiel representan la lucha de San Miguel
con los ángeles caídos, San Juan
Bautista y San Jerónimo. El
estilo de este atractivo pintor es fácilmente reconocible por la forma en que
concibe sus rostros. Es especialmente destacable la armonía pictórica que logra
con los rosas, amarillos y azules. En las tablas que representan a los dos
santos podemos ver un elemento arcaizante como son los fondos con telas
doradas. Las tres tablas se podrían fechar hacia el año 1500, una década antes,
o una década después.
Aunque
son más mediocres, también cabría reseñar un interesante Bautismo de Cristo, que sin ninguna duda fue realizado en algún
taller vallisoletano de la segunda mitad del siglo XVII; y un Sacrificio de Isaac que copia el
original de Caravaggio realizado hacia 1603.
PLATERÍA
Es
imposible destacar una sola obra de platería de las conservadas en el museo
puesto que todas ellas poseen una calidad superior. Así, nos encontraremos
cruces, custodias, cálices, etc… fechables desde la época gótica hasta la
barroca. Hay gran cantidad y variedad, pero sobre todo sobresalen las custodias
de tipo sol y las Cruces procesionales renacentistas. Si os interesa el tema os
recomiendo el libro La platería
vallisoletana y su difusión, obra de Carlos Brasas, el mayor experto en
platería con el que cuenta esta tierra.
OTRAS
OBRAS DE INTERÉS
Aunque
no vamos a entretenernos en ellas, también podemos destacar otras obras que
poseen gran interés:
- Una tabla mudéjar que perteneció al artesonado que habría bajo el coro de la iglesia de Langayo. Se fecha en el siglo XIV, y posee los escudos de Castilla y León y de los Manuel (mano alada con espada).
- Sillería de Coro procedente de la desaparecida iglesia de San Salvador de los Escapulados de Peñafiel. Fue realizada en el siglo XVI. Su único elemento decorativo son unas monstruosas caras que figuran en las misericordias.
- Ordenanzas originales dadas a la Villa de Peñafiel por el Infante don Juan Manuel en 1345. Único autógrafo conservado del principal autor literario castellano del siglo XIV.
- Tesoro de Peñafiel. En 1809 a la llegada de los franceses, un vecino de Peñafiel ocultó dentro de una vasija, en el suelo, un conjunto de casi trescientas monedas de plata. El tesoro fue descubierto en 1989. Actualmente se muestran piezas de plata y oro, escudos y reales españoles. La serie de Oro es de Carlos III e incluye todos los tipos de monea desde la onza hasta el durillo. Las monedas de plata se distribuyeron desde el reinado de Carlos II (1684) hasta Fernando VII (1823). Piezas pertenecientes a la colección de Daniel San Platero y la Asociación Lanraso (Peñafiel).
Para
una segunda entrega acerca de este museo dejamos el análisis de dos destacado sretablos platerescos que se hallan bajo el coro.
BIBLIOGRAFÍA
- Hoja informativa del Museo
- BRASAS EGIDO, José Carlos: La platería vallisoletana y su difusión, Institución Cultural Simancas, Valladolid, 1980.
- VALDIVIESO, Enrique: Catálogo Monumental de la provincia de Valladolid. Tomo VIII. Antiguo partido judicial de Peñafiel, Diputación de Valladolid, Valladolid, 1975.