Como hablé en la anterior entrada, y debido a la cantidad de fotografías que había que poner, decide realizar dos artículos dedicados a la fachada de la Universidad de Valladolid. El primero dedicado a su historia y a la arquitectura de la misma, y esta segunda, en la cual se hablará de su decoración esculorica, la cual es muy numerosa y nada frecuente en la arquitectura barroca civil.
La escultura aparece
íntimamente enlazada con la arquitectura, de manera que parece un gran retablo.
Los encargados de realizarla fueron Antonio Tomé y sus hijos Narciso y Diego.
La labor escultórica de la fachada estaba constituida no solamente por las
estatuas (en las cuales podemos ver dos tipos: alegorías y reyes), sino también
por los capiteles y escudos.
Las figuras están
concebidas en función de un programa. Responden a una época en que el barroco
se acusa con énfasis en los exteriores. Hay un propósito de propaganda. La
Universidad ofrece en la plaza los símbolos parlantes de lo que representa. A
los lados de la puerta se hallan la Retórica y la Geometría. Encima de la
puerta, la Teología, flanqueada por la Ciencia Canónica y la Ciencia Legalis.
En el ático, sobre las columnas, se disponen la Astrología, la Medicina, la
Filosofía y la Historia. También coronando las pilastras, sobre la balaustrada,
emergen las estatuas de Juan I, Alfonso VIII, Enrique III y Felipe II, reyes
protectores de la Universidad. En la hornacina del imafronte se halla la
estatua de la Sabiduría: una matrona pisando la Ignorancia. Un gran escudo de
la Universidad, acompañado de los reales. Los letreros hacen más inteligible el
mensaje, que es directo, sin truculencias más allá de lo alegórico. Es
Universidad real y pontificia, como acreditan las estatuas y emblemas.
En todas las esculturas
se aprecian rasgos del estilo de los Tomé, como pueden ser los rostros menudos
empleados sobre todo en las figuras de los saberes, y que se pueden relacionar
con el relieve de San Martín en la iglesia vallisoletana de su mismo nombre. De
todas formas se aprecia un reparto del trabajo entre los hermanos, habiendo
realizado cada uno un grupo de las esculturas, uno las estatuas alegóricas, y
el otro el de los reyes.
CAPITELES
CAPITELES
Las cuatro columnas
centrales se coronan con capiteles compuestos, en los que figuran niños en
disposición de atlantes, los cuales sustituyen a las volutas; en el centro hay
un mascarón. Debido al carácter decorativo se entiende que esta obra se
encomendara a un escultor. Los capiteles presentan rica decoración; sobre las
hojas de acanto se ven figuras de niños y mascarones. Son de jugosa talla los
canecillos y la guirnalda del friso.
ESCUDOS
ESCUDOS
A los lados de la
figura de la Teología se disponen dos escudos reales, gemelos. En el campo
cuartelado están las armas de Castilla y León; en la punta, la granada. Dos
niños sostienen la corona, volada y perforada; sobre el timbre del escudo hay
ornamentación vegetal muy densa y el collar con el vellocino de la Orden del
Toisón.
Sobre la estatua de la Teología aparece otro escudo, el propio de la Universidad. En esta zona central se ha concentrado la heráldica. Si el escudo real se ha duplicado, el de la Universidad se ha hiperbolizado con su tamaño. El escudo ofrece en el campo un gran roble, con el fruto de sus bellotas (emblema de la robustez). Por detrás está cruzado por llaves, atributo del Papado, fundador de la Universidad. Se corona con una monumental tiara papal, sostenida por niños, que tocan trompetas. Otros dos niños hacen de tenantes retozando entre la hojarasca. Este escudo, que irradia un sentido triunfal, está tallado totalmente con labores de intenso claroscuro.
Sobre la estatua de la Teología aparece otro escudo, el propio de la Universidad. En esta zona central se ha concentrado la heráldica. Si el escudo real se ha duplicado, el de la Universidad se ha hiperbolizado con su tamaño. El escudo ofrece en el campo un gran roble, con el fruto de sus bellotas (emblema de la robustez). Por detrás está cruzado por llaves, atributo del Papado, fundador de la Universidad. Se corona con una monumental tiara papal, sostenida por niños, que tocan trompetas. Otros dos niños hacen de tenantes retozando entre la hojarasca. Este escudo, que irradia un sentido triunfal, está tallado totalmente con labores de intenso claroscuro.
Empezando desde el
cuerpo inferior, a la izquierda de la puerta de acceso a la Universidad está la
imagen de la Retórica, representada como una joven, vestida con elegancia y
de forma suntuosa, que porta en las manos una cornucopia, o cuerno de la abundancia,
henchido de frutos. El vestido se agita con gracia. Ofrece un aire
extrovertido. Las vestiduras ricas y solemnes corresponden a la representación
de uno de los saberes más importantes. El cuerno de la abundancia que lleva en
su mano no es un atributo muy habitual en las alegorías de la Retórica.
En el otro lado de este primer cuerpo, aparece la Geometría, otra joven vestida, que se mantiene absorta contemplando la tablilla que lleva sobre sus manos, sobre la cual está trazando figuras geométricas. Un cinturón ciñe con gracia el busto. Como la anterior, los pliegues están ejecutados con talla muy profunda.
El segundo cuerpo está reservado en los laterales para representar la ciencia jurídica (Derecho Canónico y Derecho Civil). Se trata de unas alegorías muy poco frecuentes, de las que apenas existen representaciones. Normalmente se suelen representar las alegorías de la Justicia o de la Jurisprudencia, con su atributo característico de la balanza. Hay que tener en cuenta que los estudios de Derecho en Valladolid tienen una gran tradición y su reconocimiento fue internacional, unido sobre todo a la presencia de la Chancillería en la misma ciudad. Se contaba con una facultad de Cánones y una facultad de Leyes, para el estudio del Derecho Civil.
En el otro lado de este primer cuerpo, aparece la Geometría, otra joven vestida, que se mantiene absorta contemplando la tablilla que lleva sobre sus manos, sobre la cual está trazando figuras geométricas. Un cinturón ciñe con gracia el busto. Como la anterior, los pliegues están ejecutados con talla muy profunda.
El segundo cuerpo está reservado en los laterales para representar la ciencia jurídica (Derecho Canónico y Derecho Civil). Se trata de unas alegorías muy poco frecuentes, de las que apenas existen representaciones. Normalmente se suelen representar las alegorías de la Justicia o de la Jurisprudencia, con su atributo característico de la balanza. Hay que tener en cuenta que los estudios de Derecho en Valladolid tienen una gran tradición y su reconocimiento fue internacional, unido sobre todo a la presencia de la Chancillería en la misma ciudad. Se contaba con una facultad de Cánones y una facultad de Leyes, para el estudio del Derecho Civil.
El Derecho Canónico (Sciencia
Canónica) es una mujer que sostiene un libro cerrado en la mano derecha y sobre
él la tiara papal que alude a la triple soberanía que tenía el pontífice y en
este caso las leyes eclesiásticas, sobre las almas, sobre los “estados de la
Iglesia” y sobre los reyes temporales. Un amplio manto envuelve la túnica, con
su ceñidor. Elegantes mechones serpean sobre los hombros.
En el otro lado, haciendo pareja con el Canónico, aparece el Derecho Civil (Sciencia Legalis), que blande la espada de la Justicia Civil. En esta ocasión es una iconografía más habitual en las representaciones de la Justicia, simbolizando su poder llevado a la práctica. Porta casco adornado con plumero. La escultura llevaba en la mano izquierda una balanza, hoy perdida, como así se puede ver en dibujos antiguos de la fachada.
Por encima de la balaustrada, casi como remate de las columnas gigantes de la parte baja, se encuentran otras cuatro alegorías, las cuales son las figuras de más acentuado barroquismo. La primera a la izquierda es la Astrología, que sostiene con su mano izquierda un globo de bronce, alusión al planisferio. Hay que recordar que la Astrología es ciencia hermética, pero apoyada en la consulta a los astros. Es ciencia y fe a la vez. La mano derecha se ha perdido. Es sin duda una de las figuras de mayor movimiento. Se envuelve en un manto con muchas dobleces, con pliegues que parecen sacudidos por un fuerte viento. A continuación se sitúa la Medicina, la cual porta un recipiente de experimentación.
Astrología |
Medicina |
Al otro lado se hallan las estatuas de la Filosofía y la Historia. La Filosofía ofrece el globo terráqueo, al que señala con una mano. Hay una contraposición entre Astrología, con el planisferio y la mirada dirigida hacia lo alto; y la Filosofía, con la Tierra como objeto de meditación. Viene a ser lo que encarnan Platón y Aristóteles en el famoso fresco de Rafael en las Estancias del Vaticano: el mundo de las ideas (lo divino y lo superior) y el mundo aristotélico de la experimentación. La Historia, otra de las enseñanzas de la Universidad, aparece efigiada como una guerrera. Se defiende con un escudo y ataca con espada. Este dinamismo de figura sin duda trata de encarnar el sentido crítico que tiene que tener la interpretación histórica, el belicismo que ha de acompañar al historiador.
Filosofía |
Historia |
Las dos alegorías principales de este “retablo urbano” son las dos situadas en la calle central, una por encima de la puerta de acceso (Teología), la otra en la hornacina de la peineta (Sabiduría). La primera es la Teología, ocupa el nicho central más próximo al espectador, lo cual es un rango de honor. La fundación de la cátedra de Teología, de Scoto, es lo que ha determinado esta predilección en el emplazamiento. La Teología está representada con una matrona vestida con amplios ropajes, de airoso movimiento. Lleva un libro en la mano izquierda y con la derecha hace un gesto discursivo; la mano está rota, por lo que desconocemos si pudo haber llevado algún otro atributo. Su rostro mira hacia el cielo.
La fachada aparece rematada por la figura de la Sabiduría pisando a la Ignorancia. La primera cubre su cabeza con una corona de laurel y entre sus manos tiene un libro y una pluma. A sus pies se postra en el suelo la Ignorancia, representada como un niño con los ojos vendados. Una inscripción que figura al pie de la estatua, su bien hoy está prácticamente borrada, muestra su identidad, al mismo tiempo que recoge el lema de nuestra Universidad: “SAPIENTIA AEDIFICAVIT SIBI DOMVM”.
Como nota común todas las alegorías son femeninas, vestidas de formas diferentes y variando en las posiciones que adoptan. Ninguna porta corona, lo cual resulta extraño pues en muchas de las representaciones de los saberes suele aparecer. Tan sólo la Sabiduría presenta sobre la cabeza una corona de laurel. Alguna lleva una especie de diadema, pero más con un carácter decorativo que simbólico. Tienen debajo de sus pies un letrero con una inscripción que aclara la figura representada, algo propio del siglo XVIII, cuando la cultura alegórica está en cierto retroceso.
Todas estas figuras
están labradas en dos bloques de piedra caliza de Campaspero. La espada es
metálica.
REYES PROTECTORES DE LA
UNIVERSIDAD
Sobre la balaustrada se
sitúan cuatro figuras de reyes, en la vertical de las pilastras. Aparecen
sueltas y arrogantes en el vacío. Los escultores fueron conscientes de esta
circunstancia y por eso su composición aparece más desenvuelta. Encarnan a los
reyes que han protegido a la Universidad. En el plinto llevan la identificación
del monarca, con una frase latina que se refiere a lo que suponen para la
Universidad. Los letreros dicen: “Alphons
VIII erexit. Joannes I semit. Henricus III auxit, Philipus ius dedit”. Lo
que significa que Alfonso VIII fue el fundador de la Universidad, Juan I
consolidó sus comienzos, Enrique III aumentó las enseñanzas y Felipe II
acrecentó las prerrogativas. Estos reyes han sido distinguidos por ser los
creadores de facultades y cátedras.
Por su composición en
el ademán e indumentaria, aparecen complementarios y contrapuestos Juan I y
Felipe II (vestidos con mantos de armiños, propios del atuendo regio), en los
extremos de la balaustrada; Alfonso VIII y Enrique III (vestidos como guerreros).
Alfonso VIII
está representado como un guerrero español de la Edad Moderna, con arnés, cota
de malla y casco de lambrequín. Es figura que manifiesta arrogancia e ímpetu
militar. Fue el fundador de los Estudios Generales de Palencia, de la que según
algunas hipótesis derivaría la de Valladolid, idea que aparece reflejada en el
prólogo de los Estatutos de la Universidad, impresos en 1605 o en el del Libro
Becerro de 1757 redactado por el entonces rector, Fray Vicente Figueroa.
Juan I viste de rey, porta un gran manto de armiño con muceta que envuelve el cuerpo, y una corona de delicadas labores. Es una de las esculturas mejor labradas, con labores de finos detalles. Pese a la distancia, los botones de la túnica, las manos, las barbas y hasta la expresión están realizados como si la escultura hubiera de ser contemplada en la cercanía. La presencia de este rey en la fachada se justifica por haber ayudado a los Estudios vallisoletanos eximiéndolos de cualquier clase de tributos y pechos, como ya había hecho su padre, Enrique II. Además su posición a favor del papa Clemente VII durante el Cisma y sobre todo con su sucesor el papa Luna, Benedicto XIII, impulsor de los centros universitarios en la península.
Juan I viste de rey, porta un gran manto de armiño con muceta que envuelve el cuerpo, y una corona de delicadas labores. Es una de las esculturas mejor labradas, con labores de finos detalles. Pese a la distancia, los botones de la túnica, las manos, las barbas y hasta la expresión están realizados como si la escultura hubiera de ser contemplada en la cercanía. La presencia de este rey en la fachada se justifica por haber ayudado a los Estudios vallisoletanos eximiéndolos de cualquier clase de tributos y pechos, como ya había hecho su padre, Enrique II. Además su posición a favor del papa Clemente VII durante el Cisma y sobre todo con su sucesor el papa Luna, Benedicto XIII, impulsor de los centros universitarios en la península.
Enrique III
se muestra calmado, también se representa como guerrero, con yelmo y espada en
la mano, y con corona real. Sobre el yelmo se advierte la corona real. El manto
le cubre por la espalda y sirve (como en las demás figuras) para sujeción de la
estatua. En la aludida calma no habrá que olvidar la intervención de un maestro
menor (seguramente sea obra de taller), puesto que hay una notoria diferencia
de calidad entre unas esculturas y otras. Fue uno de los grandes benefactores
de la Universidad, al confirmar privilegios anteriores, al haber concedido una
parte de las tercias de Portillo y Cevico en 1398 y sobre todo al crear nuevas
cátedras en 1404, disponiendo el salario de lectores y maestros.
Finalmente, Felipe II va vestido a la moda del siglo XVI, con jubón y calzas acuchilladas, cuello con gorguera, manto de armiña, muceta, coronado y con el collar del Toisón de Oro. Lleva corona. Se muestra con aire comunicativo, con ritmo de prudencia y calma. El rostro evidencia sus rasgos, señal de que se siguió un retrato para modelo. Con él se pasa realmente por una etapa de patronazgo, acrecentó las prerrogativas universitarias, creó en 1594 la cátedra de Cirugía y dio plena jurisdicción al Rector.
Varios son los retratos de monarcas que ha tenido y tiene la Universidad, pues al fin y al cabo su título fue el de “Universidad Real”, pero interesa subrayar como en una de las descripciones más detalladas que tenemos del antiguo edificio universitario, la de Jacob Cuelvis se nos indica como en la fachada de la calle Librería existía una inscripción con el nombre de cuatro reyes, junto a los escudos: “Encima de la puerta del Collegio. Estan pintadas las armas del Pontífice, del Rey de España y un Cardinale y Obispo y un laurel verde. Escrito.
Finalmente, Felipe II va vestido a la moda del siglo XVI, con jubón y calzas acuchilladas, cuello con gorguera, manto de armiña, muceta, coronado y con el collar del Toisón de Oro. Lleva corona. Se muestra con aire comunicativo, con ritmo de prudencia y calma. El rostro evidencia sus rasgos, señal de que se siguió un retrato para modelo. Con él se pasa realmente por una etapa de patronazgo, acrecentó las prerrogativas universitarias, creó en 1594 la cátedra de Cirugía y dio plena jurisdicción al Rector.
Varios son los retratos de monarcas que ha tenido y tiene la Universidad, pues al fin y al cabo su título fue el de “Universidad Real”, pero interesa subrayar como en una de las descripciones más detalladas que tenemos del antiguo edificio universitario, la de Jacob Cuelvis se nos indica como en la fachada de la calle Librería existía una inscripción con el nombre de cuatro reyes, junto a los escudos: “Encima de la puerta del Collegio. Estan pintadas las armas del Pontífice, del Rey de España y un Cardinale y Obispo y un laurel verde. Escrito.
TE
REGNANTE FLORESCIT
HEINRICO
I, LIBERATORI
JOANNI
I, BENEFACTORI
HEINRICO
III, RESTAURATORI
JOANNI
II, PROPAGATORI”
No se sabe dónde estaría esta
inscripción, pues en el dibujo y las fotografías no aparece. Quizá no sea una
descripción muy certera, puesto que confunde uno de los escudos reales con el
de un Cardenal, posiblemente refiriéndose a Don Pedro González de Mendoza,
fundador del Colegio de Santa Cruz. El caso es que no extrañaría esas
referencias a los reyes en la fachada, al igual que ocurre en la barroca.
SI TE INTERESÓ ESTÁ ENTRADA, CONTINÚA EN:
LA FACHADA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID I
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BIBLIOGRAFÍA
- MARTÍN GONZÁLEZ, J.J.: "La fachada principal de la Universidad " en Historia de la Universidad de Valladolid. Edificios y patrimonio artístico, Valladolid, 1990.
- ANDRÉS GONZÁLEZ, Patricia:"Pintiana Sapientia": iconografía de la fachada del edificio histórico de la Universidad de Valladolid, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2006.