El
mundo del arte está repleto de curiosas iconografías que por los motivos más
diversos han triunfado en un momento o lugar concreto. Una de esas iconografías
que calaron profundamente en el Valladolid del siglo XVII fue la de “Cristo
vestido de sacerdote”, iconografía que llegó a tener tal éxito que llegaron numerosas
peticiones de pinturas de esta temática desde gran cantidad de poblaciones del
Castilla y León y del norte de España. Así, veremos ejemplos de esta iconografía
desde Navarra hasta León, pasando por Ágreda, Madrigal de las Altas Torres,
Medina del Campo, e incluso Alicante. En el caso concreto de Valladolid
capital, rara es la iglesia o monasterio que no ha tenido, o tiene, algún
ejemplar de esta curiosa iconografía.
|
DIEGO VALENTÍN DÍAZ. Hacia 1615. Iglesia de San Miguel. Valladolid |
El
origen de esta iconografía se encuentra en la mística vallisoletana Marina de
Escobar (1554-1633), la cual ejerció enorme notoriedad gracias a su fama de
visionaria y milagrera, siendo tenida por venerable por las autoridades
eclesiásticas. En sus frecuentes raptos y éxtasis, doña Marina tuvo toda clase
de apariciones pero la más habitual era la de Cristo, a quien, según su
testimonio, veía generalmente “en su
propio rostro y estatura de varón perfecto, de edad de 33 años…”. Fundadora
de la Orden de Santa Brígida en España, puso todo su empeño en la fundación del
Monasterio de Santa Brígida, objetivo que no llegó a ver con sus propios ojos
dado que no se logró hasta 1637. Precisamente en las Brígidas se encuentran dos
lienzos con el tema de doña Marina ante Cristo vestido de sacerdote, uno de
ellos firmado por el citado pintor Diego Díez Ferreras.
|
TOMÁS PEÑASCO. Colección Privada. Barcelona |
|
DIEGO VALENTÍN DÍAZ. Catedral. León |
La
iconografía de “Cristo vestido de sacerdote jesuita” hace referencia a la
visión que tuvo de Cristo la referida Marina Escobar. Los padres de la Compañía
de Jesús -especialmente su confesor, el padre Luis de la Puente- se encargaron
de difundirla a través de la “Vida
Maravillosa” y de los sermones que estos religiosos predicaron a su muerte,
a partir de 1633. Desde la visión de doña Marina, con algunos matices, se
difundió esta iconografía: “rostro y
estatura de varón perfecto, de edad de 33 años, como está en el cielo, la cual
no es alta ni pequeña, sino de buena proporción y aunque en diversos tiempos le
veía con vestiduras muy ricas y misteriosas, más la ordinaria era honesta de un
morado leonado escuro, larga hasta los pies, a modo de loba o sotana, cerrada
por delante, que traen algunos eclesiásticos y encima de ella uno como manteo
del mismo color, menos largo que la loba y sin cuello, preso en los hombros, y
por allí muy ancho, descubriéndose por el cuello y bocas de las mangas algo
como de lienzo muy blanco, el cabello largo hasta los hombros, partido por
medio y en la cabeza una como diadema de oro finísimo y en todo esto
representaba tanta autoridad y majestad que mostraba ser verdadero Dios como
verdadero hombre (libro I, cap. III, p. 14).
|
Iglesia de San Ildefonso. Valladolid |
|
FELIPE Y MANUEL GIL DE MENA Y MUGA. Iglesia de Santa María Magdalena. Valladolid |
Tan
detallada descripción fue plasmada en pinturas y, aprobada por la Inquisición,
se difundió por Europa a través de grabados como el titular El Salvador “tel qui apparut à Marina
d´Escovar”, surgido del taller de los Wierix, donde la figura de Cristo se
rodea de una orla formada por diez escenas de su vida, del que se hicieron en
París diversas copias en el siglo XVII; o el que el jesuita Filippo Bonanni
incluye en su libro La gerarchia
ecclesiastica considerata nelle vesti sacre e civil, publicado en Roma en
1720.
Esa
doble condición, humana y divina, venía definida por la coronación dispuesta
por los querubines que le rodean desde la gloria, adorado de los ángeles que
servían también en otras visiones narradas por Marina de Escobar y pintadas
también por Valentín Díaz. Esta vallisoletana no era ajena a las prácticas
devocionales que habían conducido a vestir a Cristo -o al Niño Jesús- de sacerdote
o con ropas eclesiásticas. Una costumbre que prohibió el papa Urbano VIII a
través de la bula “Sacrosancta Tridentina Synodus”, aunque tuvo pocas
consecuencias tanto en España como en América.
|
Iglesia de San Miguel. Valladolid |
|
Monasterio de San Quirce. Valladolid |
A
pesar de poseer un esquema compositivo bastante rígido hubo variantes en la
composición. En ocasiones, a los pies de Cristo sacerdote aparecía Marina de
Escobar, escribiendo a su dictado -iglesia de San Miguel y Monasterio de las
Brígidas, ambas en Valladolid-; arrodillada en compañía de su confesor el padre
La Puente -convento de Sancti Spiritus-. Las más de las veces, Cristo sacerdote
era adorado por ángeles -en éste de la parroquia de San Ildefonso-, aquéllos
mismos ángeles que en otras ocasiones, y con instrumentos en las manos,
poblaban las escenas divinas de las obras de Valentín Díaz. Por último, Cristo
jesuita podía aparecer solo a modo de retrato, como lo encontramos en el Colegio
de los Ingleses o en la parroquia de Santa María Magdalena.
Los
autores de estas pinturas fueron en su mayoría los pintores más destacados del
foco vallisoletano del siglo XVII: Diego Valentín Díaz, Felipe Gil de Mena,
Tomás Peñasco, Diego Díez Ferreras, e incluso la monja pintora Teresa del Niño
Jesús Ribadeneira, la cual fue abadesa del Monasterio de Santa Brígida. Uno de
los primeros ejemplos fue el Cristo
vestido de jesuita adorado por ángeles que Diego Valentín Díaz pintó para
la iglesia de San Miguel, antiguo colegio jesuítico de San Ignacio, hacia 1615.
Precisamente, Diego Valentín Díaz, conoció personalmente a doña Marina a quien
retrató en diversas ocasiones, llegando incluso a testificar en el proceso
informativo incoado para su beatificación, que nunca se produciría.
|
Monasterio de Santa Brígida. Valladolid |
|
DIEGO DÍEZ FERRERAS. 1672. Ágreda |
La
obra encierra un mensaje postridentino y pone de manifiesto la autoridad y
preeminencia del sacerdocio católico y muy especialmente el jesuítico. El
hieratismo de Jesús sacerdote no conmueve al espectador, y lo único que
transmite es una verdad teológica destinada a la devoción a Jesús, sumo y
eterno sacerdote, propagada por los jesuitas y las Madres Brígidas.
En
la exégesis cristiana el supremo sacerdocio de Cristo se prefigura en el
Antiguo Testamento mediante la figura de Melquisedec, rey sacerdote que, según
el relato del Génesis (14, 18-20) ofrece pan y vino -alegoría de la Eucaristía-
a Abraham y le bendice al tiempo que recibe el diezmo que éste le ofrece,
mostrando así la superioridad de su sacerdocio sobre el levítico. Así lo alaba
David “Tu eres Sacerdote eterno según el
orden de Melquisedec” (Salmo 110, 4) y lo glosa San Pablo en su epístola a
los Hebreos (5-7).
|
FELIPE GIL DE MENA (atrib.). Monasterio de San Joaquín y Santa Ana. Valladolid |
BIBLIOGRAFÍA
- BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier: “Cristo sacerdote, vestido de
jesuita”. En REBOLLO MATÍAS, Alejandro (coord.): Vera Icon. Símbolo e imagen de Pasión, Ayuntamiento de Valladolid,
Valladolid, 2017, pp. 38-39.
- CALVO
CALLEJA, José Luis y MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Rafael: Santa Teresa en Palencia. Huellas y Moradas, Diputación de
Palencia, Palencia, 2015.
- FERNÁNDEZ
DEL HOYO, María Antonia: “16. Cristo Sacerdote”. En VV.AA.: Las Edades del Hombre. Kyrios, Fundación
Las Edades del Hombre, Valbuena de Duero, 2006, pp. 109-110.
- FERNÁNDEZ
GRACIA, Ricardo: Arte, devoción y
política: la promoción de las artes en torno a sor María de Ágreda,
Diputación Provincial de Soria, Soria, 2002.
- GARCÍA
GAÍNZA, María Concepción y FERNÁNDEZ GRACIA: “La pintura”. En FERNÁNDEZ GRACIA,
Ricardo (coord.): El arte del Barroco en
Navarra, Gobierno de Navarra, Pamplona, 2014.
- PEÑA
MARTÍN, A.: “Tan verdadero Dios, como verdadero hombre. Cristo vestido de
jesuita”. En ÁLVARO, M. I. e IBÁÑEZ, J. (coord.): La Compañía de Jesús y las artes: nuevas perspectivas de investigación,
Zaragoza, 2014, pp. 337-350.
- URREA,
Jesús y VALDIVIESO, Enrique: Pintura
barroca vallisoletana, Editorial Universidad de Sevilla y Universidad de
Valladolid, Sevilla, 2017.
Muy interesante trabajo iconográfico sobre un tema que no parece haberse extendido a otras partes del mundo iberoamericano. No conozco ninguna iconografía americana sobre Cristo vestido de sacerdote jesuita en America.
ResponderEliminarEn la iglesia de San Antolin de Tordesillas hay uno también.
ResponderEliminarYo he visto ha poco, un lienzo virreinal en la Iglesia de la Compañía de Jesús en la Intendencia de Huamanga, Ayacucho, Perú en una sala de exposición. Lamentablemente, no permitían las tomas fotográficas, pero la curadora me indico que era única en sur américa y que en México había lienzos similares.
ResponderEliminar