El Pasaje Gutiérrez, uno de los pocos pasajes comerciales españoles decimonónicos, fue realizado entre 1885 y 1886 por iniciativa del comerciante vallisoletano D. Eusebio Gutiérrez, según planos del arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina, Valladolid se incorporaba plenamente a la corriente iniciada años atrás en París y con importante eco en otras ciudades europeas y españolas: Hamburgo, Nantes, Trieste, Bruselas, Milán, Madrid, Barcelona, Manchester, etc.; corriente divulgadora de espacios destinados al comercio, a modo de galerías cubierta, generalmente protegidas con bóvedas de hierro y cristal que, como pasadizos interiores, ponían en comunicación las calles más frecuentadas, situándose en su interior tiendas, cafés y otros establecimientos públicos a la moda del momento.
El pasaje constituye un buen símbolo y
un claro precedente de la actividad comercial moderna focalizada hoy día en los
grandes centros. Tal espacio arquitectónico fue teorizado en tanto forma
simbólica de la modernidad por Benjamin.
Según Zola el pasaje es la
"Catedral del comercio moderno", un "edificio sólido y ligero
hecho para un pueblo de clientes". Los pasajes comerciales más importantes
se comenzaron a construir en Paris, sobresaliendo entre ellos el de los
Panoramas (1800), la galería Vivienne, el pasaje de la Ópera (1822) o la de
Orleans (1829). Su evolución hacia las grandes superficies de Milán o Bruselas
viene marcada por una serie de hechos técnicos: En primer lugar la aparición
del hierro fundido permite ampliar las luces de la cubierta. Por otro lado la
aparición de la luz de gas, que comenzó a utilizarse en 1817 en el pasaje de
los Panoramas.
En España nunca se formaron grandes
superficies comerciales, aunque Pascual y Colomer y Aníbal Álvarez construyeron
en Madrid el conocido como de la Villa de Madrid en 1840 y poco después, en
1847, el pasaje de Iris.
En el caso del Pasaje Gutiérrez, Ortiz
de Urbina fue capaz de incorporar todo aquel conjunto de sugerencias modernas
que tal tipo arquitectónico representaba, pues el edificio constituye, en el
terreno comercial, la réplica a los deseos de innovación y modernización que en
el ámbito de la vivienda el arquitecto Saracíbar comenzó a dar en la Acera de Recoletos.
El pasaje se organiza en dos tramos articulados por una rotonda central. Los
tramos, traspasadas las crujías corresponden a los edificios de acceso, se
transforman en lucernarios continuos resueltos con formas de madera de gran
decoración. La rotonda central está cubierta por una cúpula acristalada que
soportan ménsulas de hierro colocado. El alzado interior de las calles sigue
los ritmos convencionales en este tipo de edificios, esto es, el tratamiento de
tal fachada interior como elemento exterior y reforzando tal idea a través de
antepechos en las ventanas, fuerte cornisa, luz de gas y el ritmo de pilastras
gigantes que permiten organizar la secuencia de los locales comerciales. Por
último ha de señalarse el conjunto de temas ornamentales que matizan el
espacio, el tratamiento de la luminaria, las esculturas de la rotonda que
simbolizan las Estaciones, o el Mercurio, eje de la composición y referente
visual del espacio interno.
En el ensanchamiento circular se
encuentra la estatua de Mercurio, dios del Comercio, la cual es una bella copia
del famoso original del escultor manierista Giambologna. En la peana de la
escultura, aparece la inscripción "Val d´Osne", lo que acredita su
hechura y fundición francesas. Val d´Osne hace referencia a la población francesa
de d´Osne-le-Val en Haute-Marne. Allí Jean-Pierre Victor André abrió en 1836
una fábrica especializada en realización de mobiliario urbano y fuentes
decorativas, siendo por lo tanto con toda seguridad el lugar de procedencia de
dicho Mercurio. La escultura del Dios, fue víctima de una serie de actos
vandálicos a finales de los años 70, siendo retirada por entonces de su
emplazamiento.
En los ángulos de la rotonda central, se
encuentran cuatro figuras femeninas, alegorías de las Estaciones, en una de las
cuales se puede leer otra inscripción, en la cual se lee “M. Gossin; Visseaux”
(Sucesores). Finalmente existe otro grupo escultórico, el formado por una
pareja de niños portando un reloj. Este último se sitúa en un balconcillo
correspondiente al mirador del piso principal de la casa cuya fachada mira a la
calle de Fray Luis de León. Dicho conjunto lleva en su pedestal el mismo nombre
que aparece en una de las alegorías de las estaciones: “M. Gossin; Visseaux”,
lo que reafirma el origen francés de todos estos elementos decorativos.
Las pinturas en cambio no son de origen
francés, sino castellano. Fueron realizadas por el pintor Salvador Seijas,
nacido en Fuentes de Nava (Palencia), aunque desde muy joven vivió y trabajó en
Valladolid. Las cinco pinturas, realizadas al fresco, que decoran los dos
brazos del pasaje, se encuadran también dentro de la temática alegórica,
representando a la Industria, el Comercio, la Agricultura, la Primavera,
y Apolo y las Bellas Artes. Terminar
diciendo que Seijas a raíz del éxito que tuvieron dichas pinturas realizaría
una exitosa carrera como decorador de techos en el Valladolid de finales de
siglo.
La Agricultura |
Apolo y las Bellas Artes |
La Primavera |
La Industria |
El Comercio |
BIBLIOGRAFÍA
- CANO DE GARDOQUI GARCÍA, José Luis: La escultura pública en la ciudad de Valladolid, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2000
- DE LA PLAZA SANTIAGO, Francisco Javier: Historia del Arte de Castilla y León 7. Del Neoclasicismo al Modernismo, Ámbito, Valladolid, 1998
Creo que la arquitectura es un verdadero arte y por eso me gusta disfrutar de apreciar distintos edificios y ver las obras que hay. Justamente para apreciar eso, estoy tratando de conseguir Pasajes a Buenos Aires desde Bahía Blanca
ResponderEliminarEl Pasaje Gutiérrez constituye uno de esos recuerdos que te acompañan toda la vida llenándola de belleza y evocación. Lo atravesaba de la mano de mi abuela cuando era un niño y me parecía caminar por un sueño. Cuando visito Valladolid nunca he dejado de volverlo a pasear , con la alegría de volver a verlo bastante bien restaurado después de haber estado al borde de la desaparición.
ResponderEliminarQuerría señalar el detalle de que la escultura de Mercurio tuvo un precioso caduceo en su mano izquierda y que inexplicablemente desapareció tras su reposición....¿donde estará.?
Envidio sanamente a quien puede disfrutar cada dia de este rincón soñado, testimonio de un mundo que ya se fue.