La presente
casa o palacio que tratamos hoy, la de don Íñigo López de Mendoza, fue
levantado en los últimos años del siglo XV, es decir en la etapa del llamado
gótico isabelino o hispanoflamenco. Lo más notable era la portada, en forma de
gran arco de medio punto baquetonado, con sus capiteles y basas góticas. La
rodeaba un alfiz decorado con bolas, con escudos picados en las enjutas,
continuándose aquél por arriba y envolviendo una ventana morisca ajimezada. La
fachada fue modificada unos años antes de su completa desaparición.
En una fecha
desconocida se modificaría toda la casa, construyéndose un patio con corredores
de columnas toscanas en tres de sus lados, y se regularizarían los vanos, tanto
de su fachada principal como de la lateral que daba a la calle denominada de
las Cocinas del Rey o del León. Las columnas del piso inferior del referido
patio llevaban escudos picados en los capiteles.
Reconstrucción 3D de la casa aparecida en el libro Valladolid forma urbis |
Su situación
era privilegiada: la desembocadura de la corredera de San Pablo (actual calle
de las Angustias) en la Plaza de San Pablo o de Palacio, la plaza más regía y
de mayor importancia de la ciudad, sobre todo cuando la Corte residió en
Valladolid (1601-1606). La casa de Don Íñigo no podía tener mejores “vecinos”:
el Palacio Real, el Palacio de Pimentel, el Convento de San Pablo, el Colegio
de San Gregorio, la casa del conde de Alba Real, el palacio de los marqueses de
Távara…
Las casas
debieron de ser construidas por don Íñigo López de Mendoza y su esposa doña
María de Bazán, pues a su muerte, acaecida antes de 1537, vendieron, el 17 de
abril de aquel año y por 2.000 ducados, a don Luis de Benavente y doña Aldonza
de Bazán, las casas principales de aquéllos “situadas en la corredera de san
pablo de esta dicha villa que han por linderos de la una parte casas de señor
don Bernardino Pimentel y por las espaldas casas del monasterio de Retuerta y
de otro lado y por delante calles públicas de esta dicha villa…”, con la
condición de que si a los tres años los herederos de don Íñigo las quisieran
redimir de su hipoteca las pudiesen recuperar.
Permanecieron
estas casas a esta familia hasta el día 8 de julio de 1602; aquel día don Diego
López de Mendoza, conde de Tendilla, caballero del hábito de Santiago y
biznieto del matrimonio que las había edificado, declaraba que “por cuanto
su majestad el rey don Felipe III Nuestro Señor deseando tomar para su servicio
las casas que yo tengo en esta ciudad en la calle de la corredera de San Paulo,
que hace esquina a la calle que va a San Miguel por el lado de la torre del
palacio Real de su majestad y lindan por la una parte con casas de los
herederos de Joan Mercado…” las vendía al Rey, previa justa tasación y
facultad real por hallarse vinculadas, en 154.000 reales. Se justificaba su
venta por ser la renta del vínculo muy corta y consistía “en granjería en
cuyo beneficio y reparo de las dichas casas se consume en mucha parte de ella”
y además “vivo con necesidad”.
Alzado de la casa aparecido en el libro Arquitectura y nobleza: casas y palacios de Valladolid |
Cuando en
1870 salió a subasta pública esta casa, señalada entonces con el nº 71 de la
calle de las Angustias (antes Corredera de San Pablo), pertenecía aún al
patrimonio de la Corona y se describe lindando “por la derecha según se
entra en ella con calle del León a la que forma ángulo, por la izquierda casa
del conde de Pastrana y por la parte accesoria con casa de don Fernando Ruiz”.
Tenía una superficie total de 1.009 m., 681 de los cuales correspondían a la
parte principal edificada, con plantas natural y sótanos en parte, entresuelo,
principal y desván con su cubierta de tejado; la parte de patio al descubierto
ocupaba 67 m. La fachada a la calle de las Angustias medía 23,55 m. y la que
daba a la calle del León 42,10 m.
Después de
su venta, en este edificio se instaló la casa de Correos hasta que en 1922 se
construyó el nuevo edificio en la plaza de la Rinconada. En este último año lo
ocupó el centro de enseñanza “La Providencia” y posteriormente se utilizó como
sede de los Juzgados Municipales y de 1ª Instancia e Instrucción, en cuyo momento
se reformó su portada (1934), decorándose con una ventana ajimezada, de estilo
neomudéjar, que se envolvió con un alfiz prolongación del original.
BIBLIOGRAFÍA
- MARTÍN GONZALEZ, Juan José: La arquitectura doméstica del renacimiento en Valladolid, Imprenta Castellana, Valladolid, 1948.
- URREA, Jesús: Arquitectura y nobleza: casas y palacios de Valladolid, IV Centenario Ciudad de Valladolid, Valladolid, 1996.
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